02.

384 37 63
                                    

Loan O'Conner

Me es inevitable no bailar en cualquier situación, aunque haya música presente, aunque tenga auriculares, o aunque simplemente nada esté reproduciendo un ritmo, incluso con recordar una canción en mi mente, yo quería hacer pasos en dónde estuviera.

No importaba si iba caminando, si me encontraba en una fiesta, si me acababa de despertar, o si solo estaba parado sin hacer nada. Siempre era buen momento para bailar.

Evidentemente, adornar mi departamento tan navideño como podía, no iba a ser la excepción, y menos si tenía música de fondo.

Debería considerar algún trabajo como stripper.

Después de todo, próximamente tendría que conseguir un trabajo estable en algún punto.

Que realmente, nunca me proyecté a mi mismo en una oficina o en algún lugar con espacios cerrados, eso podría ser un pequeño problema a la hora de conseguir trabajo fijo. No obstante, confiaba en que en un futuro, las cosas saldrían bien.

Mientras la música salía de la bocina, mi departamento terminó de estar totalmente decorado por la festividad navideña.
Las luces por las cuales hubo tanto problema, ya estaban en el balcón puestas.

Me incliné en él, ahora sintiendo el frío aire caer sobre mi con más intensidad, se me hacía bastante raro que para este día, aún no estuviera nevando, probablemente mañana cuando despierte, las calles estarían blancas.

Afortunadamente, las vacaciones decembrinas llegan una semana antes de navidad, y esa era la única cosa que me mantenía con ánimos.

Alcé la vista al otro edificio, con la pura mirada perdida, imaginé en qué piso estaba hace unas horas yendo por mis luces.

En todo el edificio, solo estaba una luz prendida, y si mi vista no estaba fallando, la iluminación provenía de algún dormitorio muy cerca del que vive ese niño.

Él en serio tenía una cara de ángel, claramente, he visto muchos rostros a lo largo de mi vida, rostros que jamás me atreví a catalogar como bonitos o feos.

No obstante, el suyo era tan... Lindo a mis ojos.
Tanto así, que de solo imaginarlo hacerlo expresiones de placer ya dejaban volar mi imaginación.

Lo hubiera invitado a una noche, cuando mucho.

[...]

Observé la lista en mis manos, la misma lista que yo creé para saber qué tendría qué comprar en el supermercado.
Por lógica, la comida no cae del cielo, y si quería seguir vivo, debía ir a comprar bastantes cosas.

Siempre era más divertido venir acompañado, usualmente, Hadan era quién venía conmigo a comprar cosas, recordándome lo que debía buscar, de lo contrario, yo era capaz de perderme por los pasillos de dulces... O de botellas, lo que pasara primero.

Sin embargo, como adulto independiente, depender de mi mejor amigo para sobrevivir no era opción.

—Necesito, necesito, necesito, necesito— me repetí a mi mismo, colocando cosas en el carro del supermercado, hasta que en la estantería encontré una caja de harina para brownies —no necesito, pero quiero.

Lo lancé al carrito felizmente, no por nada tengo un sueldo.

El hecho de venir y comprar todo yo solo, era más aburrido de lo que creí.

Ni siquiera yo me explicaba a mi mismo.

Toda mi vida, odié que quisieran estar sobre mi, protegiéndome a cada instante, era tan tedioso ser el centro de atención.
Actualmente, no tenía problemas con que las personas tuvieran su atención en mi, y aún así, me aburría estando solo.

Apodyopsis (O'Conner #3/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora