08.

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Loan O'Conner

—¡Despierta!

Algo líquido y frío cayó sobre mi cara, obligandome a abrir los ojos de repente.

Sacudí mi cara y tallé mis ojos, viendo por un lado, a Hadan con una botella de agua.

—¿Y a ti qué te sucede? —alcé la voz.

—Buenos días —sonrió—. Felicidades, te perdiste dos clases seguidas.

Negué, volviendo a echar mi cabeza en la pared detrás de nosotros, y apenas pude ubicarme en el presente.
Me había quedado dormido en clase, en la silla en la que evidentemente se supone que debía estar sentado y concentrado.

A un lado de mi, estaba Hadan moviendo su cabeza al ritmo de la música que resonaba en sus oídos por audífonos.

Limpié mi rostro con el cuello de mi camisa, despertando cada vez más, dándome cuenta que las personas ya estaban listas para irse de esta clase.

—¿No dormiste bien? —inquirió.

—¿Te parezco alguien que haya dormido bien?

—Es difícil diferenciar cuando estás de mal humor por no dormir bien y cuando estás en tu estado natural —dijo bromista.

—Lo siento, no he tenido oportunidad de descansar bien —expliqué.

Porque claro, no iba a decirle que he tenido recurrentes pesadillas en dónde al final, Xander aparecía para darme tranquilidad.

—Loan —habló sorprendido—. ¿Acabas de decir "lo siento"? ¡¿Desde cuándo eres tan educado?!

—Muero de hambre —me levanté, escuchando las risas emocionadas del castaño.

—¡Xander, eres el mejor!

[...]

Cómo era costumbre, luego de las cuatro primeras horas estudiando, Hadan y yo íbamos juntos al gimnasio, todo esto era bastante rápido por la mañana, y gracias a eso, nos daba tiempo de hacer cualquier otra cosa más tarde.

Siempre, al finalizar nuestras sesiones, acostumbrabamos a estar en silencio, él leía uno de sus libros, yo miraba a las personas mientras fumaba, y todo cuando regresabamos a la universidad antes de la próxima clase.

Mi rutina no era la más interesante, menos hace meses, mi rutina era la misma en la universidad, y al salir, era ir a fiestas con Hadan, conquistar a alguien y trabajar desde casa.

Pero desde que Xander llegó, mis rutinas se basaban en repetir lo mismo con Hadan en la universidad, y en pasar el resto del día con Xander. Añadiendo que, en muchas ocasiones me ha visto trabajar hasta altas horas de la noche.

A pesar de conocer muchas personas, disfrutaba de mi pequeño círculo social de solo mi mejor amigo y pequitas. No necesitaba más.

Por eso, era que en esos momentos en los que Hadan leía sus libros y yo observaba a los demás, ya ni siquiera me esforzaba por buscar a quién podría cortejar, ahora solo pensaba en que quería volver a mi departamento.

Y claro, que el ojimarrón no perdía la oportunidad de hablar.

—¿Tienes planes en la noche?

—Ninguno hasta ahora.

—Habrá una fiesta cerca de aquí, si quieres, pueden venir tú y Xander, prometo cuidarlos a ambos —explicó centrado en su lectura.

—Él no va a fiestas... Creo.

—Pasas mucho tiempo con él, supongo que sus amigos solo están esperando una oportunidad para que estén juntos.

Y me pregunté; ¿Quiénes serán los amigos de pequitas?

Apodyopsis (O'Conner #3/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora