CAPÍTULO 28

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Klaus observó desde arriba sintiendo como cada vez le faltaba más oxígeno, la sonrisa burlona de Mikael al levantarlo del cuello hizo que sintiera más furia mientras el sabor metálico de su propia sangre se hacía cada vez más presente.

Observó el suelo cubierto de sangre e inmediatamente se preocupó, miró a Caroline y un vuelco en su corazón lo oprimió y por unos instantes dejó de respirar, pero no era de ella, era Alaric quien yacía en el suelo, sintió una mezcla de rabia y culpa cuando vio a Caroline llorando, preocupada, con restos de sangre en su ropa y algunos golpes, de pronto... un centelleo, fuego, a unos cuantos metros de distancia estaba su madre, aún con esa elegancia que la caracterizaba, se estaba enfrentado a Hope, la vio, lucía cansada y una gran línea de sangre salía de su nariz y se sintió aún más culpable, culpable por haber hecho que todos estuviesen en aquella situación, por venganza..., por él.

Justo cuando se disponía a contraatacar un sonido sordo hizo que volteara, de pronto no estaba más contra la pared, había caído, había fuego a su alrededor, gritos, golpes y un terrible dolor en su pecho hizo que abriera los ojos desmesuradamente...

DOS DÍAS ANTES...

Me estaba empezando a impacientar, se suponía que teníamos que vernos a las afueras de la ciudad a las siete en punto y ya pasaban de veinte minutos, lo miré, parecía neutro aunque movía sus piernas nerviosamente, coloqué una de mis manos entre las suyas haciendo que me mirase, le dediqué una leve sonrisa y el me la devolvió, justo cuando parecía a punto de decir algo escuchamos un carro, inmediatamente nos separamos para observarlos.

Al poco tiempo las cuatro puertas se abrieron dejando ver a nuestro "equipo".

-¿Qué pasó en la cena?—Dijo Alaric mirándonos a Klaus y a mí, era el único que sabía de aquello.

-¿Cuál cena?—Preguntó Hope que estaba a su lado con el ceño fruncido.

Al cabo de unos minutos les explicamos por encima lo de la invitación, un poco de contexto entre la lucha de hace siglos entre Klaus y sus padres, no tocamos el punto de su "demanda", no, eso era algo que Klaus había decidido hablar a solas con Hope y yo lo respetaba.

Sabía que el motivo de su nerviosismo no era solo por la cena o por lo que estábamos a punto de enfrentarnos y es que... ¿Cómo le dices a alguien que eres su padre después de conocerla hace solo unos meses en medio de una misión suicida?...

...

Klaus no sabía por dónde empezar, estaba hecho un lío, jamás se había puesto tan nervioso como en ese instante, volteo a verla, aún de noche la presencia de Caroline resplandecía de alguna manera, cuando cruzaron sus miradas un halo de paz y confianza lo traspasó, notó como la chica le sonreía levemente, lo suficiente para darle ánimos y decirle sin palabras que todo estaría bien.

Dejó de verla y se concentró en la joven bruja, era bajita, como Ivy, también había sacado su cabello entre rojizo y castaño, pero sus ojos, sus ojos eran los de él sin lugar a dudas... su temperamento sin dudar también era de su parte, tragó saliva al saber lo que debía enfrentar, debía decirle la verdad, decirle que él era su... su padre, se sentía avergonzado, deseó haberla conocido en otro contexto, no es justo que un hijo vea a su padre como un monstruo y eso era lo que Klaus Mikaelson era, su padre no se había olvidado de hacérselo saber ni un solo día de su miserable vida.

Se preguntó si su vida fue lo suficientemente buena, sabía que la chica había pasado por una rehabilitación, pero también sabía que era fuerte y poderosa, sin duda aún no llegaba ni al mínimo de todo su potencial.

Las cosas cambian para bien o para mal...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora