CAPÍTULO 3

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*POV CAROLINE*

Siento como voy despertando poco a poco hasta que abro los ojos completamente y ahí está él, sentado en el sillón purpura con tonos dorados junto a la cama, al principio pensó que la estaba mirando pero se percató de que miraba hacia la ventana perdido, hasta que notó que ella estaba despierta.

-Ya era hora querida-Dijo cambiando de una mirada fría y pensativa a una juguetona

-Eres una clase de pervertido al que le gusta ver a las chicas dormir o algo así?-Dije mientras entrecerraba los ojos y le mostraba una sonrisa sarcástica

-Me insultas, amor, sólo pasaba a ver si estabas bien y se me hizo poco caballeroso despertarte-Noté que miraba mis mejillas así que me levante de la cama y me pare frente al espejo que yacía frente a la cama.

-Por Dios, luzco horrible-Dije mientras intentaba borrar con mis dedos las huellas de las lágrimas fundidas con rímel de mi mejilla, me había olvidado por completo de desmaquillarme los ojos, que era lo único que me había maquillado la noche anterior, aún tenía los mismos jeans, la camisa negra holgada que hacía que mi estómago estuviera cómodo y botines del mismo color, sin duda necesitaba un buen baño.

-El desayuno está listo, puedes bajar cuando gustes, ah y por cierto, creo que es más cómodo dormir en pijama-Dijo señalando la pijama que le había dejado y de la cuál la chica le había comentado, antes de que pudiera decir algo él ya no estaba.

Me quedé observándome a mí misma a través del espejo, lucía terriblemente cansada y con los ojos algo hinchados por el llanto de la noche anterior, abrí un cajón en donde había acomodado todo estratégicamente hablando en cuanto a la ropa, elegí un vestido azul parecido al tono en las paredes de la habitación y me dispuse a tomar un baño, era un baño bastante cómodo y espacioso, me bañé lo más rápido que pude y después de cambiarme y alisarme el cabello bajé al desayuno.

Mientras bajaba las escaleras noté algo de ruido abajo, por lo que pude suponer que no estarían solos, efectivamente habían dos personas a la mesa cuando ella bajó.

-Bien, creo que ya sabrán que hay una persona más viviendo aquí-Guiñó un ojo hacia mí –Puedes sentarte querida, bien, ya conoces a Sasha-Dijo señalando a la chica que solo se molestó en levantar una mano y seguir a lo suyo-Elijah-Dijo a modo de introducción

-Bienvenida señorita Forbes-Dijo educadamente el hermano de Klaus, yo solo asentí, no tenía idea de que él viviera con Klaus

Después de desayunar Klaus y Elijah se disculparon diciendo que tenían asuntos por resolver y que me sintiera como en mi casa, habían varios humanos a su disposición para beber sangre también al parecer todos estaban controlados y se dedicaban a hacer las labores del mantenimiento y claro ésta, a alimentar a todo el sequito de vampiros con su sangre, por suerte había traído su reserva de su sangre favorita la cuál guardaba en un cajón en su habitación.

Después de pasar unas horas en las que lo único que pude hacer fue doblar y acomodar mi ropa por colores en su cajón estaba terriblemente aburrida, no podía hablarle a ninguno de mis amigos, no sin poner en peligro el plan y vaya que estaba aburrida.

...

Caroline se propuso a deambular por la mansión y observar, otra manera de decir "husmear" pero con más clase pensó para sus adentros, la mansión era muy grande y estaba decorada con muebles de la época victoriana muy bonitos y costosos- pensó, cuando vio un gran pasillo que daba hacia una biblioteca, no pudo evitar abrir la boca de la sorpresa, eran cientos y cientos de libros antiguos y no tan antiguos, había un enorme escritorio con varias sillas y sillones muy cómodos(así se veían) y varias lámparas que le daban un toque a biblioteca real de cualquier pueblo o ciudad aunque en más pequeño pero aun así era fascinante, no pudo evitar tomar un libro del título que más le había llamado la atención y sentarse a leer en un cómodo silloncito junto a una lámpara.

Hacia tanto que no tenía tiempo para ella, para hacer algo tan trivial como leer un libro, poco a poco se fue metiendo de lleno en la historia de Elizabeth Bennet y Mr Darcy, sin duda fue una gran opción, aunque por la página número 150 sus ojos le empezaron a pesar, pensó en llevarse el libro a su recamara y recostarse un rato pero no pudo más y se quedó dormida con la cabeza recargada en el respaldo del cómodo sillón y el libro sobre su vientre.

Abrió los ojos cuando escuchó un par de pisadas y se sobresaltó y cuando se enderezó el libro cayó al suelo, Kaus la miraba divertido.

-Veo que encontraste uno de mis lugares favoritos-Cuando vio que Caroline se disponía a recoger el libro el rápidamente lo levanto y se lo dio en las manos-Puedes quedártelo-Le dijo con una sonrisa

-Gracias, yo.. estaba aburrida

-Ya lo creo, Jane era una mujer fascinante

-¿Jane?-Preguntó Caroline confundida

-Jane Austen-Dijo señalando el libro en las manos de Caroline

-No... cómo? Tú la conociste?-Su cara era de total asombro que logró divertir al híbrido

-Oh si, si que la conocí-Dijo con una mirada sugerente

Caroline volteó los ojos divertida

-A veces olvido lo viejo que eres-Le dijo con diversión

-La verdad es que me sienta bien

- Y la modestia, también suelo olvidar la gran modestia que posee oh señor Mikaelson-Dijo imitando el acento inglés que tanto caracterizaba a Klaus

Klaus sonrió y agregó- Cuando quieras puedes venir y si quieres puedo platicarte más de Jane o de alguno más de los autores que estén aquí, a la gran mayoría los conocí-Dijo Klaus sinceramente, o así lo notó ella

-Sí, yo, gracias, por todo-Dijo Caroline mientras hacía un ademán de irse y tomaba el libro para llevárselo a su habitación.

-Buenas noches Caroline

"Es tu enemigo Caroline, no socialices"-Se dijo para ella misma, no sin antes tener un breve pensamiento de que no fue tan terrible e incluso era lo más relajada que había estado hacía mucho tiempo.

No tardó en llegar a su habitación y buscar algún papelito que le sirviera de separador en el libro, cuando se dispuso a cambiarse, recordó que había una pijama encima de una silla junto a la ventana, era un pijama de dos piezas y para embarazada, era de seda blanca con tonos azules en las florecillas que tenía, sin duda era una muy linda y se veía muy cómoda, así que no dudo en ponérsela.

No tardó más de dos minutos en quedarse dormida.

Las cosas cambian para bien o para mal...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora