Siguió mirándola, vió como la coreana desabrochó el mandil de su cintura y salio por la puerta principal del restaurante, su vista volvió al histérico doctor que aun lloraba por su camisa.
—Puedes pasarle un pañuelo humedo.—Opinó Mina.—Quizás así se quite un poco.—Bambam la miró disgustado.—Es solo una sugerencia... Lo lamento.
—Es de diseñador, no es que pueda meterla a una lavadora y ya.—Vio que una rubia, la amiga de Chaeyoung venía acercándose a la mesa.
—¿Que sucedió?—Preguntó preocupada Jeongyeon al ver el desastre.
—Fue un accidente.—Mina excusó antes que Bambam dijera algo.
—Accidente o no.—Miro a la japonesa para luego posar su mirada en la mesera.—Vine a pasar un rato agradable y una de las meseras, de baja estatura.—Añadió para ser específico.—Tiró esta asquerosidad en mi ropa.
—Descuide, traeré un pañuelo para que pueda limpiar aquello.—Jeongyeon se iba a dar la vuelta pero el hombre la detuvo.—¿Algo más?—Preguntó.
—Llama a tu jefe ahora mismo, esto no va quedar así.
—El día de hoy el jefe no se encuentra.—Respondió y para la suerte de la rubia, su padre se encontraba de viaje junto con algunos empleados, así que no habrían regaños por este escándalo, al menos por el día de hoy.—Le podemos traer una nueva bebida y no tendrá que pagarla, va por la casa.
—Volveré mañana a hablar con tu jefe, esa mesera no puede seguir trabajando, hizo un pésimo trabajo.—Jeongyeon solo lo miró en silencio.—Me ha dejado en vergüenza...—Siguió mientras miraba a Mina quien estaba muy incómoda.—Ya verá.
Jeongyeon se dirigió nuevamente a donde se encontraba un estante con objetos de limpieza, en la bodega mientras que Nayeon se encontraba buscando especias para reponer en la cocina, la rubia al verla se acercó de inmediato.
—Había mucho ruido allá ¿Que pasó?—Preguntó la castaña mayor.
—Chaeyoung tiró una bebida encima de la cita de su psicóloga.—Dijo intentando alcanzar los paños de limpieza que se encontraban en el último compartimento del mueble.—Fue muy escandaloso, de verdad.—Agregó.—A todo esto ¿Has visto a Chaeng?—Finalmente preguntó y Nayeon le respondió negando con su cabeza.—Se escapo sin dejar rastro... Que astuta es.—Jeongyeon rió y vio como la chica de quien hablaban entraba por la puerta trasera junto con una bolsa de plástico.—¿Donde te habías ido?—Le preguntó al tenerla cerca.
—Ah... Fui a comprarle algo a Nayeon.—La menor se acercó a sus amigas mientras que Nayeon la miraba un poco confundida.—Dijiste que me perdonabas si te compraba algo.—Le dio la bolsa plástica con un paquete de galletas y un pudín de fresa.
—Pero pudo ser otro día, Chaeng.—Vio dentro de la bolsa.—Me encantan estas galletas.—Nayeon chilló y le dio un corto abrazo pero la menor no alcanzó a corresponderle.
—Tal vez necesitaba que me perdonaras hoy.—Chaeyoung dijo.
—Mi incantin istis guilliñiñiñi.—La rubia hizo gestos burlándose e imitando a Nayeon.—Ustedes coqueteen mientras yo tengo que ir a escuchar los lloriqueos del noviecito de la psicóloga.—Reclamó.
—Pensé que ya había pasado suficiente tiempo para que se fueran... —Chaeyoung rascó su nuca.—Jeong, lo iré a arreglar yo.
—¿Estas segura?—Le pregunto tomando su brazo, la castaña asintió soltándose del agarre de su amiga y comenzó a caminar al salón principal donde se encontraba el público y Myoui Mina... Sin la compañía.
Se extrañó por el hecho de que solo vio a la japonesa con sus manos posadas sobre sus rodillas sentada en el mismo lugar donde se ubicó desde que llegó, pero esta vez sin el hombre con el que había llegado, Chaeyoung caminó un poco más allá para buscar el mandil que había dejado y luego volver a la mesa donde estaba Mina.
—¿Y tu acompañante?—Preguntó.
—Le prometí que hablaría contigo si el se iba a casa.—Chaeyoung frunció el ceño.
—¿De verdad?—Mina asintió.—Lo siento...—La pelinegra frunció el ceño sin dejar de mirarla.—Por lo de tu cita.
—Oh no, no te preocupes, fue un accidente ¿No?—Chaeyoung apreto sus labios mientras asentía.
—Entonces todo esta bien.—Chaeyoung se dio media vuelta para ir por sus cosas y al ver por el gran ventanal, se dio cuenta que los faroles de la ciudad ya estaban encendidos lo que significaba que se había hecho tarde y era hora de irse a casa. —¿Ah?—Una mano se posó delicadamente en su hombro y la detuvo.
—Espera.—La castaña dirigió su mirada a la japonesa.—¿Podemos hablar? Digo, cuando salgas... Si es que puedes...—De un momento a otro todo se inundo en silencio, Chaeyoung tampoco hizo algo para romper el ambiente que se había creado así que asintió con su cabeza.—Bien, esperaré aquí.
La coreana caminó calmada hacia donde solo los empleados podían entrar, tenia que quitarse el uniforme, ordenarlo y dejarlo en el lobby de los empleados.
—Ah, chicas...—La castaña se encontró con sus amigas guardando su uniforme.
—Gracias Chaeng.—Dijo Jeongyeon desordenando bruscamente su cabello.—Te debo una.
La castaña menor sin pensarlo mucho se abalanzó sobre sus dos amigas rodeando con ambos brazos los cuellos de cada una, uniéndolas en un cálido abrazo, que luego de unos segundos fue correspondido por las dos mayores.—¿Que pasa Chaeyoung?—Preguntó Nayeon quien vio que la mas baja este día tuvo comportamientos poco usuales. La nombrada solo negó con la cabeza.
Sabia que hoy era un día extraño desde que se despertó, se sentía extraña y muy cansada, su corazón le pidió que se despidiera de sus amigas de forma especial, estaba agradecida por haberlas visto el día de hoy.
Tenía que encontrarse con la japonesa, en eso habían quedado, la confusión era notable en el rostro de Chaeyoung al no encontrar a Myoui junto a la mesa, encogió los hombros y decidió seguir su camino saliendo por la puerta principal del restaurante, encontrándose a la japonesa sobando su brazo derecho con su mano izquierda, pudiendo notar que solo llevaba un vestido color celeste no tan formal. «Se ve hermosa.» admitió Chaeyoung en su mente.
Lamento la demora 🥺
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FOOLISH HEART [MICHAENG]
FanfictionChaeyoung nunca se imaginó que se encontraría en aquella situación.