Mejor no me avises

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La chica de pelo naranjo abrió sus ojos al limite luego de ver que el hombre sacó un arma de su bolsillo apuntando a la chica que acababa de conocer.

—Mejor volvamos.—Sana le dijo a Momo para darse la vuelta y volver por donde habian venido.

—¡Dije que no se movieran!—Volvió a gritar el hombre.—Pásenme todo el dinero.—Ambas chicas se miraron nerviosas.

Sana ya no tenia dinero en efectivo, solo contaba con la tarjeta que traía, eso pensaba cuando revisaba los bolsillos de su chaqueta disimuladamente encontrándose con aquellos vacíos.

La tarjeta se le había quedado en la cafetería.

—No tengo nada.—Le respondió Momo rápidamente.

—Entonces voy a matarte.—Dijo apuntando su pistola, Sana sentia como su corazón se aceleraba.

Si tan solo no hubiera salido de la casa de Myoui no estaría vivenciando esta muerte.

—Bueno, esta bien.—La rubia se resignó acercandose al hombre y poniendo el cañon en su frente.—Creo que tengo miedo...—Soltó mientras el asaltante frunció el ceño.—¿Me puede avisar cuando vaya a disparar?—Preguntó separando su frente del cañón, para luego apegarlo nuevamente y luego de unos segundos, separar su frente de el.— Oh no, mejor no me avise.— Volvio a pegar su frente al cañón pero separó de nuevo.—No, mejor si avíseme.—Cerro los ojos mientras volvia a sentír el metal apoyado en su frente.

Sana cerro sus ojos esperando el impacto pero solo escucho el grito de una voz femenina.

—¡La policía ya está aquí!—Las dos niponas abrieron sus ojos mirando como el hombre se iba corriendo.—¿Están bien?—Preguntó la chica que acababa de gritar acercándose a paso rápido.—No sabia que iba a funcionar.—Dijo refiriéndose a lo que había hecho para espantar al hombre.

—¡Me salvaste de nuevo!—Momo miró como la pelinaranja abrazaba eufóricamente a una chica que tenia un yeso en el brazo.—Muchas gracias, muchas gracias, muchas gracias.—Sana repitió sin soltar a la castaña.

—Muchas gracias.—Momo hizo una reverencia.

—Ah, no, no.—Chaeyoung negó con su cabeza—No es necesario.—Le tocó el hombro a Momo indicándole que levantara su rostro.—Bueno.... yo estaba caminando de paso por aquí cerca así que ya me tengo que ir.—Caminó lentamente por el mismo camino donde venían ellas.—Que estén bien.

Sana miro a Momo aun nerviosa sabia que despues de lo que paso no tendria el mismo entusiasmo de ir al trabajo de Mina, solo queria ir a casa.

—¡Espera!—La castaña se detuvo para mirar a las dos chicas.—Ayúdame.

—¿Que pasa?—Preguntó Chaeyoung.

—¿Me ayudas a llegar aquí?—La pelinaranja se acerco indicándole en la pantalla de su celular.

—¿Te doy las indicaciones?

—No soy muy buena en eso...

—Puedes poner la dirección en el mapa tu celular e ir.—Metió su mano en el bolsillo de su pantalon.

—Acompáñame.—Sana la miró a los ojos.—Por favor, casi nos matan... Por favor.

—Ah...—Suspiró.—¿Que tan lejos queda?—Sana busco la dirección que le había mandado Mina hace unos dias, antes de llegar al pais.

—Mira.—Chaeyoung tomó el celular de la chica.

—Habrá que tomar un bus, creo que los que sirven pasan por la siguiente calle.—Dijo.—¿Tienen sus tarjetas para pagar?—Las miró recibiendo silencio por respuesta.—Creo que llamaré un taxi, saldrá lo mismo y será más rápido.—Chaeyoung empezó avanzar.

FOOLISH HEART [MICHAENG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora