Llamada

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—Te traje ropa.—Dijo Nayeon mientras entraba al cuarto.

—Gracias.—Pronunció, mientras tomaba el pantalón y la camisa.—Voy a ir a cambiarme.—Se metió al único baño que había en la habitacion, cerrando suavemente la puerta.

—¿Y tu que haces aquí?—La castaña le preguntó a Dahyun mientras se sentaba en la orilla de la camilla.

—Me escapé del trabajo pero en unos minutos tengo que volver.—Chaeyoung estaba hospitalizada en el mismo hospital el cual trabajaba ella y su amiga.—Recién le quitaron el cateter del brazo ¿Viste que le quedo bracito? Mi Chaecita pequeñita—Dijo Dahyun.—Ahh... Mi pobre amiga.—Suspiró.

—Gracias a todos los dioses que no le haya pasado nada y gracias a Mina, sin ella tal vez la hubiéramos perdido—Habló la mayor.

Chaeyoung frunció el ceño al oír el nombre de aquella japonesa así que con mayor atención acercó su oído a la puerta para escuchar a través de ella

Myoui Mina.

Suspiró y puso la bata que acababa de usar en su antebrazo para girar la manilla.

—Estoy lista.—Dijo Chaeyoung.

—Iremos a buscar tus cosas a tu departamento... Con mi madre arreglamos una habitación, espero que te guste.

—Yo, Volveré al trabajo.—Dijo Dahyun, mientras que sus amigas asintieron con su cabeza.

Al salir del gran hospital ninguna de las coreanas soltó alguna palabra, solo irían al departamento de la menor a buscar sus cosas.

La cabeza de Chaeyoung daba demasiadas vueltas, habían cosas que no podia procesar en el momento, entre esas no sabia si agradecerle o detestar a la japonesa por aquella acción, sin embargo ella sabia que su comportamiento no era común, lo tenia mas que claro, al ver sufrir a sus amigas por algo que le hacia falta a ella misma, amor propio, algo tan humano, algo tan difícil de conseguir y mucho menos cuando la vida siempre se encarga de hacerte saber lo miserable que eres.

—¿Estas lista Chaeng?—Nayeon la sacó de sus pensamientos.

—Ah, si. Nayeon.—Dijo firmemente.—Me quiero quedar aquí, hay muchas cosas que tengo que pensar y quiero hacerlo sola en mi hogar.

—Claro que no... No puede ser posible, acabas de atentar contra tu vida, no pensé que volverias a llegar a este extremo, ya no confío en ti.—La mas baja la miró suplicando que cambiara de opinión.— No Chaeyoung, ya hablé.

—No eres mi madre, ni mi abuela—Se sentó de golpe contra su cama mientras que Nayeon repetía la misma acción solo que más suave.

—Lo sé, pero hace falta que alguien este encima de ti para que no hagas tonterías.

—Soy una adulta, podrias ocuparte por tus asuntos, como Dahyun o Jeongyeon, ellas me dan mi espacio, mientras a ti te encanta jugar a ser mi madre y ya no quiero eso.

—Chaeyoung entiende que no puedes estar sola más tiempo, estas enferma.—La habitación se inundó de silencio, acompañado de una suave corriente fria que venia desde la ventana abierta del cuarto.

Sana se miraba al espejo con atencion intentando hacer varias poses para ver si realmente el atuendo que llevaba se veia bien en su cuerpo.

—¿Ya estas lista?—Preguntó Momo quien estaba echada en la cama de la japonesa menor.

—Aun no ¿En serio esto se ve bien?—Se dió una vuelta frente al espejo.

FOOLISH HEART [MICHAENG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora