𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭.

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Richie daba vueltas en su habitación, todo el lugar era un asco: latas de refresco aplastadas, frituras por el piso, ropa sin planchar sobre la cama, todo el escritorio lleno de dibujos regalados por Eddie y por último el pequeño sillón que tenía en su cuarto estaba repleto de peluches y juguetes que iban en la repisa.

El cuarto era un desorden.

No podía parar de pensar en él, en Eddie, en su Eddie. No entendía que le estaba pasando, se sentía demasiado nervioso cuando lo veía.

Recordó las palabras dichas por su mejor amigo unos días atrás.

—¿Cuando aprenderás? —le dijo Stan suspirando —, Ya has pasado esto antes, Richie —le recordó—. Antes de andar con Heather te pregunté, Richie, te pregunté si te seguía gustando Eddie y dijiste que no, pensé que lo decías enserió.

—Nunca he dejado de sentir algo por Eddie —confesó Richie—. Ha sido él desde el día uno, Stan.

Sin saber bien que hacer, se encaminó a su cama, estaba cansado y lo único que quería hacer en ese momento era cerrar los ojos, olvidarse de todo y dormir.

Tiró todo lo que tenía en la cama y la dejó en el suelo, agarró una cobija y se acomodó para descansar, olvidándose de todo.

¡Pum!

Un sonido proveniente de la ventana lo desconcertó, se tapó la cara con la almohada y intentó ignorarlo.

¡Pum!

Otra vez ese maldito sonido, se levantó molesto de la cama y abrió la ventana.

Era Heather.

—¿Puedo pasar? —preguntó sonriente la chica—. No me importa si me dices que no, igual lo haré.

Richie iba a hablar, pero en menos de un minuto la rubia ya se encontraba acostada en su cama.

—Heather —la llamó suspirando—, No estoy de humor en este momento, ¿podrías irte?

Lo único que hizo fue reírse y negar, se levantó de la cama y se dirigió al azabache.

—Realmente estoy cansado y....

Lo interrumpió con un beso.

Richie sin nisiquiera pensar bien siguió besándola, hasta que ambos escucharon la puerta abrirse y cerrarse de vuelta.

¿Era su madre?

—Mierda —maldijo en voz baja—. Quédate aquí.

Salió del cuarto (cerrando la puerta, por si las dudas) y bajó las escaleras, fue hacía la cocina en silencio: ahí estaba su madre cocinando.

—¿Mama, tu entraste a mi cuarto? —le preguntó avergonzado.

Ella se giró para ver a su hijo y negó con la cabeza, Richie suspiró decidiendo volver a su habitación.

—Eddie vino, le dije que estabas arriba ordenando un poco —comentó su madre antes de que él saliera de la cocina—, ¿Se fue?

—¿Qué Eddie qué? —exclamó sorprendido.

Eso significaba que...

¿El había visto...?

—¿Paso algo? —preguntó su madre dejando de cortar las verduras.

Richie negó y sin saber que hacer, corrió a la entrada; tomó un abrigo que estaba en el perchero y se puso los zapatos.

—Richie —Maggie llamó a su hijo antes de que este saliera de la puerta, el azabache se volteó a mirarla—, Si vas a salir, vuelve antes de la cena.

—En menos de cinco minutos estaré aquí, mamá.

Salió afuera y tomó su bicicleta.

Mierda, que frío.

Se subió en la bici, pedaleando hasta la casa de Eddie (la cual no quedaba tan lejos) quería verlo y ahora tenia una excusa perfecta.

El problema sería Sonia.

Una vez ahí, pensó en que hacer para que ella no lo viera; estaba por trepar el árbol que daba a la ventana de Eddie, pero escucho su voz.

Estaba en el patio, pero no estaba solo, si no que lo acompañaba Will, su nuevo amigo.

El castaño lo abrazaba mientras Eddie soltaba ¿lágrimas?

Sin saber que hacer, tomó nuevamente su bicicleta (que ya hacía en el suelo) y decidió que lo mejor era volver a casa, él no estaba solo y por más que quisiera no era capaz de interrumpirlos.

Estaba molesto consigo mismo, ¿por qué no había sido lo suficientemente valiente para enfrentar sus problemas y poder finalmente hablar con Eddie?

—¿Richie? —lo llamó su madre desde la cocina.

La ignoró y subió con rapidez las escaleras, cerrando la puerta detrás de él, quería estar solo.

Rich, ¿por qué tardaste tanto? —su novia era la causante de esa voz, el azabache se paralizó al escuchar ese apodo nuevamente.

Heather totalmente confundida se levantó y lo miró a la cara —¿Rich, que suc...

—No me digas así —murmuró este observando un punto fijo de la habitación.

Los dibujos de Eddie en su escritorio.

—¿Richie?

Una vez más la rubia lo había estado llamando, quien estaba molesta por el comportamiento repentino de su novio.

Solo vete —no quería sonar grosero, pero había veces en las que aquella chica lo sacaba de quicio —Por favor.

—Vete a la mierda, Tozier.

Heather giró loa ojos evidentemente molesta, se levantó y tomó su bolso que anteriormente había dejado en el sillón.

Richie la observó —No salgas por la pue....

Tarde. La rubia se dirigió a la puerta de la habitación, salió y finalmente la cerró fuertemente.

El azabache ya harto de si mismo, se acostó en su cama y cerró los ojos hasta quedarse dormido.

Maggie quien lo había estado llamando para cenar, se apoyó en el marco de la puerta y vio a su hijo dormir, rápidamente lo tapó con unas sabanas.

HEATHER ━reddie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora