--Te dejaré sola.
Así lo hizo, Zeref desapareció de mi habitación. Quedé sola en aquella inmensa estancia. Si no hubiera muebles mi eco resonaría tanto como las cuerdas de un violonchelo en pleno concierto.
En aquel momento hice algo que deseaba completamente. De lo cansada que estaba me tumbé con movimienos exagerados en aquella cama. Pero al posar mi cabeza contra la almohada pude notar algo brusco en ella. Me levanté confundida para encontrarme con un caramelo de lima en esta. ¿Quién lo habría puesto allÍ? ¿Él tal Sting tal vez? Como si fuera una niña de cinco años desenvolví el pequeño pedazo esférico de azúcar, agua y extractos de lima y lo desposité en la parte superior de mi lengua, saboreándolo completamente. Aquel caramelo hizo sacarme la primera sonrisa en mucho tiempo.
Cuan lo terminé, me di cuenta de que no tenía nada por hacer así que me dirijí al baño para darme una ducha. Cuando entré en él me fijé en que también era inmensamente grande. Vi que en la bañera se encontraba todo preparado, desde toallas hasta champús y gels. Tras una exuberante hora metida en aquella habitación me coloqué la toalla para salir a buscar más ropa.
Cuando salí una persona se encontraba en mi cama, Sting, mirando al suelo, observándolo más bien. O quizás, pensando duramente para sus adentros. Aunque nada más pisar el mismo suelo que él, pareció notar mi presencia. Yo me quedé allí plantada, sin saber como reaccionar ante tal escena.
--Te traje ropa de racambio, veo que la necesitarás-- dijo sin apartar la vista del suelo.
--Gracias-- titubeé, esperando que tras esto se marchara.
Pero no lo hizo, se quedó allí, sin mover ni un ápice de su cuerpo.
--¿Quién demonios eres?--preguntó inesperadamente aún sin quitar su vista del suelo-- ¿Qué demonios tienes de especial para que Zeref te haya raptado?
Esta última pregunta la hizo levantándose, acerándose brusco hacia mi. Instintivamente me alejé y choqué contra la pared.
--No se de que me hablas ¿ a qué te refieres?-- pregunté temerosa.
--Vamos, no te hagas la idiota, dime que es lo que hay de especial en ti.-- dijo, encerrandome entre sus brazos y la pared.
--¿Especial?--dije nerviosa-- Supongo que es por que puedo moldear como quiera toda la magia que me ataque, anularla también. Zeref empezó acercarse a mi con otro nombre y al final...al final...-- no pude terminar la frase ya que me puse a llorar.
Un par de lágrimas bogaron en mis mejillas mientras de Sting solo salía un simple suspiro. Se apartó de mi y se desplazó un metro de distancia.
--Siento haber sido tan bruto. Aunque no lo creas, Zeref me hizo algo parecido, quiere mi amistad.-- añadió.
--¿Amistad?-- dije, secándome las lágrimas con la mano.
--Si.--contesó.
Sting se sentó en mi cama y con su mano dio unas palmadas a su lado, señalándome que me sentara. Así hice, o intenté. Ya que me había olvidado por completo de la toalla que llevaba, que, junto a uno de mis torpes nudos, fue suficiente para que esta se solara y callera al suelo, dejándome ver competamente desnuda.
Automáticamente me puse roja al observar la atenta mirada de Sing, la cual no cambiaba de rumbo. Por un momento me tranquilizó ver como cogía la toalla pero, cuando estiré la mano para que me la diera, este la lanzó en otra dirección. Con su atenta mirada sobre mi y dejándome sin posibilidad de taparme.
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Secuestrada por Zeref (saga fairy tail)
Fanfic¿Qué pasaría si un malvado mago como Zeref se enamorase de ti y te raptara? Entra y averígualo. Booktrailer: https://www.youtube.com/watch?v=Ew-Lw2yQ2c4