Las olas del mar llegan a la orilla y rompen dejando a su paso una deliciosa brisa que el viento se encarga de mover. William esta recostado en una de las tumbonas viendo el paisaje, se le ve relajado, su pelo esta revuelto por el aire y el tono de su piel ha adquirido un bronceado leve pero que le queda muy bien.
Suelto un suspiro y me acomodo en mi silla para contemplar el mismo paisaje, cierro los ojos y escucho el vaivén del mar.
No sé en qué momento me he quedado dormida, siento que me acarician la mejilla y dicen suavemente mi nombre. Abro los ojos y veo a William sentado en mi silla. El sol esta iniciado su descenso y el cielo es una acuarela de rojos y naranjas con nubes esparcidas. Es un momento mágico de luz, el abrazo del día a la noche para darle la bienvenida.
-Creí que querrías ver el atardecer-. Me dice algo apenado con una mirada cargada de algo que no llego a captar.
-No sé en qué momento me quede dormida. ¿No te has aburrido?
-No, yo también me he quedado dormido. Nate me ha despertado.
Volteo a ver y Nate tiene abrazada a Ágatha por detrás. Su cabeza en el hombro de ella y hacen una bonita imagen.
Me siento en la silla y quedamos frente a frete y lo beso. Sin importar que pase a nuestro alrededor, solo es él y yo. No quiero que este momento se acabe. Me mira de una manera que no sé cómo interpretar, pero me embarga una sensación que me llena y me hace suspirar.
Volteamos a ver el atardecer hasta que el sol desaparece por completo.
-Tenemos que arreglar nuestras cosas, de seguro Nate querrá que paremos en algún lugar a comer-.
-Si, a mí me gustaría llamar a Charles para saber cómo está.
Nos levantamos de la silla y entramos en la casa, vamos subiendo las escaleras cuando Nate y Ágatha entran a la casa besándose. Nate la levanta y la sube a la mesa sin dejar de besarla.
Tengo que hablar con Ágatha para saber si está cuidando, desde que llegamos no han permanecido quietos. Y me pregunto si cuando lo haga con William será así que no podre quitarle las manos de encima.
William se agacha para tomarme de las piernas y me lleva sobre su hombro, me tapo la boca para no gritar y no arruinar el momento de los de abajo.
Va caminando por el pasillo y llegamos a su habitación, me pone sobre mis pies, pasa sus manos por mis piernas en su paso aprieta mi cintura y llega a la parte superior de mi traje de baño lo desata y este cae. Inicia masajeando mi pecho derecho mientras con su otra mano me pega más a él.
Me besa y muerde mis labios. Mi temperatura ha subido y siento la humedad entre mis piernas que ruega porque él le de atención.
Pasa de mi boca a mi cuello y va bajando hasta llegar a uno de mis pechos y empieza a besarlo y mordelo. Su mano ha ido bajando y la introduce debajo de mi bañador sus dedos empiezan a masajear y mi cuerpo reacciona. Sus dedos han descendido a mi entrada y siento como con un dedo esta haciendo círculos. Muerdo mi labio y gimo bajito.
-oh nena, estas tan mojada quiero hundirme en ti dulce Rebeca, quiero que sientas como me pones-. Me dice mientras muerde el lóbulo de mi oreja.
Mis manos toman su erección por arriba de la ropa y esta tan duro que no imagino como seria tenerlo dentro de mi. Beso su cuello y voy dejando pequeñas mordidas en su pecho, a la vez que lo hago lo oigo gemir. Y es el sonido más delicioso que he escuchado.
-Mi dulce y traviesa Rebeca, así es, déjate llevar, disfruta soy todo tuyo nena.
En estos momentos me desconozco y no se de donde sale toda la iniciátiva y valentía que tengo. Me arrodillo y lo veo a los ojos mientras que voy bajando lentamente su bañador. Lo tomo con mis manos y cierro mis puños alrededor de él, dejando aún una gran parte libre y hago una foto mental para luego comparar el tamaño.
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Corazones incompletos
RomanceRebeca regresa a casa y a su vuelta todo será diferente. Él hará que esa parte que se encuentra dormida dentro de ella despierte, siempre pida más y conozca nuevas sensaciones. Ella le ayudará con su mal genio y ablandara poco a poco su corazón. Y...