Capitulo 4

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Subo a mi habitación, siento como los monstruos del recuerdo que tengo muy bien guardados en una parte de mi cabeza quieren salir y destrozar todo a su paso.

Cuando pienso en Teresa prefiero estar sola y encerrada en mi habitación. En el internado a menudo soñaba con ella y la forma en la que la encontré el día que fuimos con Charles. Aún es difícil hablar de su suicidio, con el abuelo nunca hablamos de ello es como si los dos suprimimos esa parte de nuestra vida para evitar el dolor.

Trate de perdonar a Teresa pero en el fondo no entendía porque no lucho por mi. En el internado me decían que ella había muerto por amor, pero lo que ella tenía con Chuck era enfermizo. Antes me gustaba pensar que yo era el resultado de su amor y ella intentó cuidar de esa semilla porque era lo único que le quedaba de él.

Pero crecí y me di cuenta que yo era resultado de un par de adultos irresponsables que nunca planearon mi venida al mundo.

Me resulto difícil salir de ese abismo en el que creía que estaba sola, que no había nadie que estuviera dispuesto a dar amor a una niña que no conocía el abrazo o beso de una madre.

Pensaba que Charles solo quería deshacerse de mí y por eso me había mandando al internado, pero luego de un par de años y la ayuda de Maria la madre superior  lo entendí, el abuelo perdió a su esposa y su hija y tenía miedo que me perdiera a mi también.

La madre Maria me decía que cada vez que sintiera que me sobrepasaba el pasado lo mejor era llorar y sacar todo dentro de mi, nunca iba a superar a Teresa, algún momento de mi vida pensaría en ella y sería como un amor a la distancia y me encontraría en paz con ella y desearia que donde estuviera fuera feliz.

Y lo hago. Dejo que todo salga. Lloro como la niña que solo anhela un abrazo de su mami.

No me doy cuenta en que momento me quedo dormida pero afuera ya está oscuro veo el reloj y marca las doce. Me levanto para ir por algo de agua y por extraño que parezca siento que no necesito dormir más. Me pongo una pijama de short antes porque aún tengo el vestido.

Saco un vaso de la alacena, lo lleno de agua y lo tomo mi garganta se hidrata rápidamente siento como me refresca.

Salgo a la parte trasera de la casa, y me siento en una de las bancas mecedoras, veo los árboles de manzanas siento el viento que sopla y cierro mis ojos. Me siento mejor pero mis ojos están irritados por llorar.

Escucho un ruido abro los ojos y veo una silueta que viene entre los árboles. En otros tiempos hubiera huido y gritado como loca. Pero lo reconozco sé que es William. Llega y se para frente a mi y me ve con algo de ternura.

-Me puedo sentar? Hay dos bancas si lo hace en la mía quedaremos muy cerca por el tamaño de la banca.
Lo veo y lo único que sale de mi -Adelante, y se sienta en la otra banca. Mi subconsciente me dice y que esperabas tonta ? La odio.

-Que haces despierta Rebeca? ¿tienes problemas para dormir ? Me pregunta con la voz ronca y cierto deje de preocupación en su rostro.

Cómo decirle que pase llorando toda la tarde hasta quedarme dormida, de seguro pensaría que soy una loca. Y no creo que este interesado en escuchar mi historia.

-Creo que tengo insomnio William. Me gusta la forma en que se siente decir su nombre.

-Me pasa seguido, y para relajarme vengo acá afuera por aire fresco.

-¿Te pasa muy seguido?

-Un par de veces a la semana pero hablemos de otra cosa. Guau, que forma de cambiar de tema. Y creo que no le estaba gustando que la plática girara en torno a él.

Corazones incompletosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora