Continuación del día 5.
Akashi Seijuuro solo quería una cosa, o más bien a una persona, a Furihata Kouki, desde que lo vió por primera vez le pareció alguien deslumbrante, con esa gran sonrisa sincera dirigida a todos y todas. Además sus largas y lindas piernas lo tenían cautivado, quería tener a ese doncel, quería hacerlo suyo, pero algo lo impedía y eso era que, ese lindo chico ya estaba comprometido con el primogénito de una familia reconocida, Kagami Taiga. Y él, él pertenecía a una familia igual de reconocida pero, no era considerado un buen candidato a esposo debido a sus diversas amantes, así que no podía hacer nada...
No, él era un Akashi y un Akashi nunca pierde... Recurrió a un pacto, con el demonio de la lujuria, le dio el poder que cualquier persona, hombre o mujer caería a sus pies. El primero fue un noble del reino vecino, Mibuchi Reo. Después siguió el esposo de uno de sus viejos amigos, Murasakibara Tatsuya. Cada día, su lista iba aumentando, así como la lista de personas enfermas. El único que no caía era Furihata Kouki. Así que un día, mandó un regalo de "bodas", un hermoso espejo de cuerpo completo con rosas talladas y rubíes. El castaño quedó fascinado. A través de él, el pelirrojo le observaba y se deleitaba con su figura cuando el contrario se vestía o desvestia frente a él.
Un día, hartos de lo que estaba ocurriendo, la iglesia y las familias de poder junto con el pueblo iniciaron una investigación, pues donceles y mujeres desaparecían por días y cuando eran hallados, estos se encontraban débiles y con signos de haber tenido relaciones sexuales. Lo raro, es que ellos no recordaban nada. El sacerdote concluyó que se trataba de un demonio, un incubo. La gente asustada, cerraba sus casa con seguro y no dejaban salir a sus hijas o hijos donceles solos o por las noches.
Al poco tiempo, Seijuuro fue descubierto al intentar acostarse con Kouki, una criada fue quien lo vio y dio aviso a sus jefes, quiénes informaron a la vez a los encargados de ese caso. Su pacto fue expuesto, y en su casa hallaron todos los indicios que daban credibilidad, él era el culpable.
Furihata no podía creerlo, él estaba enamorado de ese pelirrojo pero el matrimonio forzado le impidió declararse. Cuando recibió el espejo se emocionó por la nota que traía, pues en ella se aseguraba que ese objeto era el inicio. A través de él, Seijuuro se transportaba al hogar de Kouki cuando Taiga no estaba, y se entregaban en cuerpo y alma. Akashi comprendió porque con él, el hechizo no había funcionado, y era porque este le amaba.
Cuando lo condenaron, gritó a los siete vientos
-En está y en las siguientes vidas, regresaré, y ese espejo será mi contenedor, quien lo posea será mío- fueron sus últimas palabras. Al poco tiempo, la noticia del suicidio del futuro Kagami Kouki fue conocida, no pudo soportar una vida sin la persona que amaba y le daba placer. En aquel espejo se halló escrito con sangre
En esta y en la siguientes vidas seré tuyo.El espejo fue mandado a destruir, pero el encargado de tal acción sintió pena por deshacer tal belleza, así que lo vendió a un noble. Al pasar el tiempo, la gente fue olvidando lo sucedido, así como la promesa o más bien maldición dada por el pelirrojo. Siglos pasaron, para que nuevamente Furihata Kouki reencarnar.
...
Actualmente.
Continuación del día 5.Akashi Seijuuro solo quería una cosa, o más bien a una persona, a Furihata Kouki, desde que lo vió por primera vez le pareció alguien deslumbrante, con esa gran sonrisa sincera dirigida a todos y todas. Además sus largas y lindas piernas lo tenían cautivado, quería tener a ese doncel, quería hacerlo suyo, pero algo lo impedía y eso era que, ese lindo chico ya estaba comprometido con el primogénito de una familia reconocida, Kagami Taiga. Y él, él pertenecía a una familia igual de reconocida pero, no era considerado un buen candidato a esposo debido a sus diversas amantes, así que no podía hacer nada...
No, él era un Akashi y un Akashi nunca pierde... Recurrió a un pacto, con el demonio de la lujuria, le dio el poder que cualquier persona, hombre o mujer caería a sus pies. El primero fue un noble del reino vecino, Mibuchi Reo. Después siguió el esposo de uno de sus viejos amigos, Murasakibara Tatsuya. Cada día, su lista iba aumentando, así como la lista de personas enfermas. El único que no caía era Furihata Kouki. Así que un día, mandó un regalo de "bodas", un hermoso espejo de cuerpo completo con rosas talladas y rubíes. El castaño quedó fascinado. A través de él, el pelirrojo le observaba y se deleitaba con su figura cuando el contrario se vestía o desvestia frente a él.
Un día, hartos de lo que estaba ocurriendo, la iglesia y las familias de poder junto con el pueblo iniciaron una investigación, pues donceles y mujeres desaparecían por días y cuando eran hallados, estos se encontraban débiles y con signos de haber tenido relaciones sexuales. Lo raro, es que ellos no recordaban nada. El sacerdote concluyó que se trataba de un demonio, un incubo. La gente asustada, cerraba sus casa con seguro y no dejaban salir a sus hijas o hijos donceles solos o por las noches.
Al poco tiempo, Seijuuro fue descubierto al intentar acostarse con Kouki, una criada fue quien lo vio y dio aviso a sus jefes, quiénes informaron a la vez a los encargados de ese caso. Su pacto fue expuesto, y en su casa hallaron todos los indicios que daban credibilidad, él era el culpable.
Furihata no podía creerlo, él estaba enamorado de ese pelirrojo pero el matrimonio forzado le impidió declararse. Cuando recibió el espejo se emocionó por la nota que traía, pues en ella se aseguraba que ese objeto era el inicio. A través de él, Seijuuro se transportaba al hogar de Kouki cuando Taiga no estaba, y se entregaban en cuerpo y alma. Akashi comprendió porque con él, el hechizo no había funcionado, y era porque este le amaba.
Cuando lo condenaron, gritó a los siete vientos
-En está y en las siguientes vidas, regresaré, y ese espejo será mi contenedor, quien lo posea será mío- fueron sus últimas palabras. Al poco tiempo, la noticia del suicidio del futuro Kagami Kouki fue conocida, no pudo soportar una vida sin la persona que amaba y le daba placer. En aquel espejo se halló escrito con sangre
En esta y en la siguientes vidas seré tuyo.El espejo fue mandado a destruir, pero el encargo de tal acción sintió pena por deshacer tal belleza, así que lo vendió a un noble. Al pasar el tiempo, la gente fue olvidando lo sucedido, así como la promesa o más bien maldición dada por el pelirrojo. Siglos pasaron, para que nuevamente ambos pudieran reencontrarse, y es que debido a sus pecados, Seijuuro se convirtió en la encarnación del demonio de la lujuria y fue condenado a no reencarnar y vivir eternamente encontrándose con Kouki sin que este le recordara o le viera, hasta esta ocasión...
...
Actualmente.
Esta vez no te dejaré dormir Kouki- dijo el pelirrojo antes de lanzarse al chico castaño que a pesar del miedo, sé encontraba completamente excitado.
Cientos de recuerdos vinieron a la mente del castaño, de hace mucho, y ahora el chico frente a él ya no le era un desconocido. Lo recordaba, el amor de su vida, aquel que fue ejecutado frente a sus ojos por hacer pacto con demonios y se había convertido en uno. Ahora entendía todo, el sentirse observado y el vacío en su corazón, la atracción a ese espejo y la lujuria que lo embargaba. Las palabras de Akemi-san, por nada del mundo lo dejes frente a tu cama, y por las noches cubrelo. Eso no hubiera funcionado, porque en el fondo, el anhelaba ese reencuentro y al fin estaba con él.
Esa noche la lujuria alimento sus cuerpos y Kouki fue reclamado de mil maneras por Seijuuro, una y otra vez hasta que el castaño declaró nuevamente en esta y en las siguientes vidas seré tuyo. Creando así un lazo irrompible entre el y ese demonio.
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31 Días de Akafuri (Cancelada)
FanfictionOne shots y drabbles de la pareja akafuri. No terminada, me esforzaré en el próximo 😅😊