Día 15

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Otro día, otra discusión. Furihata Kouki estaba ya harto de su pareja, todos los días era lo mismo desde hace unos meses. Las peleas no cesaban y empezaban por cualquier mínima idiotez. Lo odiaba, aquel amor que alguna vez sintió se esfumó y ahora solo se sentía aburrido a su lado, tenía claro que tenía un amante, pero poco le importaba. Ocho años de noviazgo de los cuáles 3 ya eran por mera costumbre. Agh, ¿Cuánto tardará en dejar de respirar si pongo una almohada en su rostro?

-Kouki ¿Me estás escuchando?-

-ah, ¿Estabas hablando?-

-¡Agh! Siempre es lo mismo contigo joder, me iré a Europa la siguiente semana, no sé cuando regresaré- mencionó un pelirrojo tocando el puente de su nariz

-Oh, bueno, ojalá nunca vuelvas- dijo el castaño de manera tranquila e indiferente - Por cierto, saludas a Tetsuya de mi parte, espero que lo jodas tan bien como lo hacías conmigo, aunque... No lo dudo, querido- contestó con sorna el chico más bajo.

-¿En serio debes ser tan idiota? ¡No puedes simplemente fingir una sonrisa y decir que te vaya bien! ¿¡Y qué hay con Tetsuya!?- gritó el más alto

-¿El idiota soy yo ahora? ¿Fingir? ¿¡Fingir!? Ya estoy harto de fingir. Fingir frente a nuestras familia, frente a mis amigos y...-

-¡Cállate joder! ¡Solo cierra la maldita boca! ¡Fue un maldito error! ¡Una sola vez!- gritó con furia el pelirrojo

-¡Te lo cogiste en nuestra cama! ¡Lo vi! No lo puedes negar. Ya estoy harto de esto, ¡De ti!- exclamó el castaño, con su respiración agitada y el rostro rojo del enojo - ¿Y sabes qué es lo peor? ¡Que tenían razón! Todos aquellos que decían que esto era un error y no íbamos a durar, tenían razón...- ya no podía soportar más está situación, el corazón dolía y sus ojos ardían de las lágrimas que estaba reteniendo.

-Kouki... Yo...- el más alto no sabía que decir, era cierto que su relación no estaba bien desde hace unos años. Y el fue muy estúpido al caer ante el peliazul. Un momento de debilidad... Que le costó a Tetsuya su matrimonio y a él su relación, bueno, esperaba que tuviera una oportunidad de arreglarlo.

-¿Qué cosa Seijuuro?-

-Dame... Dame otra oportunidad, yo aún-

-¿Me amas? Tal vez...- interrumpió el castaño- Pero yo ya no, todo esto se tornó demasiado pesado para mí, hice todo, todo para ser alguien digno de Akashi Seijuuro. Nunca me preguntaste si realmente quería esto. - soltó un suspiro - Las noches que yo quería estar junto a ti, recostados viendo películas, o simplemente estando en silencio, tú, tú te ibas a esas cenas o reuniones, nunca preguntaste si estaba de acuerdo... Y luego... Pasó lo de Tetsuya en nuestro 5to aniversario... Sei, eso me terminó  por desmoronar, ya no puedo sonreír como antes, siento que estoy muerto en vida-

-Kouki, yo no sabía... Yo...- ya era tarde, al parecer. Él aún lo amaba, ese castaño durante años fue la luz de su vida y ahora ya no más. ¿Cuándo fue que todo cambió? -Entonces- suspiró - es un adiós-

-Es un hasta luego, la vida suele ser tan cruel que a veces vuelve a poner en el camino a personas que ya no deseabas o esperabas volver a ver - con una sonrisa cansada en su rostro, continuó - Gracias, gracias por todas las sonrisas y maravillosos momentos que pasamos juntos, Sei-

Con una última sonrisa, la conversación quedó finalizada. Al día siguiente Kouki se fue del apartamento, y de la vida de Seijuuro. Ahora es libre de ser y hacer lo que ama. No hay quienes estén vigilando y criticando lo que hace.

Dos años después, el nombre de Furihata Kouki es conocido no solo en Japón, sí no en el mundo. Ahora es un afamado escritor, con diversos libros de diferentes temáticas. A sus 28 años, ha logrado todo lo que siempre anhelo sin ser hostigado.
Akashi Seijuuro es ahora el presidente del imperio Akashi, el heredero absoluto de una de las más grandes fortunas de Asia; grandes logros ha tenido, como siempre y es un genio de los negocios.

Ambos ahora viven su vida como quieren, disfrutando de cada día, y aún así... Algo les falta, lo sienten.

Después de un largo día de trabajo, Kouki se siente agotado e ingresa a su nuevo hogar lejos de la ruidosa ciudad de Tokio. Mientras que en otro lado, Seijuuro se encuentra mentalmente agobiado después de otra cena de negocios.

Ambos observan sus habitaciones en la solitaria y oscura noche, suspiran. Caminan hacia el balcón, con las ventanas abiertas una suave brisa mueve sus cabellos, la luna en su punto más alto, brillante y hermosa, el tintineo de la estrellas, sonríen a la noche y desean con todo el corazón que la persona que amaron (y tal vez, solo tal vez siguen amando) sea feliz y de un pensamiento un poco egoísta susurran al viento no me olvides.

31 Días de Akafuri (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora