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Ambas chicas miraban al hombre, la pequeña con un rostro de alegría y la mayor estaba muy confundida.

Budo estaba igual de sorprendido que ellas, dejó caer su maletín y con algó de confusión se atrevió a decir algo en el incomodo silencio del lugar.

-Ah... H-hola..

Ambos empezaron a caminar para acercarse y saludarse después de tanto tiempo. Ambos se encontraban muy nerviosos y la incomodidad fue inevitable, ninguno de los dos tenía la idea apropiada para saludarse, él quería abrazarla pero ella quería hacer su antiguo saludo. Una mirada incomoda fue la causante de la segunda oportunidad, esta vez ella solicitaba un abrazo pero él quería realizar su saludo. Así algunos intentos transcurrieron hasta que por fin, después de una pequeña risa por parte de ambos, pudieron saludarse juntando y tomándose las manos.

Sus miradas se encontraron, reflejaban una mezcla de emociones, tristeza, alegría y nostalgia.

-¿Vestido...? -Budo rompió el silencio sintiéndose algo confundido por el nuevo atuendo de Ayano.

-Si... -fue inevitable que una sonrisa escape y refleje lo feliz que se encontraba en el momento.

Soltaron sus manos y una pequeña risa, con algo de incomodidad, se hizo escuchar. Los niños miraban con curiosidad lo que pasaba pero le restaron importancia.

La pequeña niña estaba feliz pero su plan acababa de comenzar.

(...)

La noche había llegado, Ayano se encontraba sentada en un banco de madera a orillas de la laguna viendo las estrellas que iluminaban el cielo, los recuerdos junto a su amigo rondaban por su cabeza y no le dejaban pensar con claridad.

Budo la vio a lo lejos, se armó de valor y se sentó al lado de su vieja amiga.

-H-hola -rompió el silencio.

-Hola... -respondió la pelinegra.

-Ayano... -ambos se miraron- ¿Te sientes bien?

-Si ¿por qué?

-No es nada -su mente le advertía para no decir ninguna estupidez pero él no le hizo caso- es solo que... Te ves... Hermosa... con ese vestido.

Ambos rieron ante las palabras del mayor. Ayano guardo silencio y se atrevió a comentar algo importante y probablemente incomodo para Budo.

-Yo... No sabía sobre Raibaru. Lo siento...

Budo negó levemente con la cabeza y se animó a responder.

-¿Cómo podrías saberlo? Desapareciste -dijo con sinceridad.

-Cambié de dirección... -se justificó.

-¿Tambien cambiaste a tus amigos? Cuando más necesité a mi amiga tú no estuviste ahí.

Ayano se sentía culpable por aquel comentario, él tenía razón, un día simplemente desapareció y ni siquiera intentó regresar o volver a comunicarse con Budo. Los recuerdos la atormentaban pero ya era momento de enfrentar el doloroso pasado.

-¿No te casaste de nuevo? -el silencio la incomodaba y por eso preguntó.

-No pude encontrarte -Budo bromeó haciendo referencia a un antiguo pero atesorado recuerdo- o si no me hubiera casado contigo -balbuceó causando subirle el animo a su amiga para luego reír junto a ella- Ayano... Nacemos una vez, morimos una vez, nos casamos una vez y amamos...

-Una vez... -el rostro de Ayano reflejaba una sonrisa pero sus ojos decían lo contrario.

La voz de la experiencia...

-¿Tú tampoco te casaste? -cuestionó el mayor.

-No pude encontrarte -devolvió la broma.

-¡Hey mira! -Budo empezó a señalar una brillante luz en el cielo- Una estrella fugaz.

-¿Todavía creer en eso? -ante la pregunta Budo se quedó congelado por un segundo.

-No ¿Tú?

-No -respondió con seriedad.

Un silencio se volvió a formar, ninguno de los dos sabía que decir o de que conversar.

-Ok... Buenas noches -Ayano se despidió, se levantó y se dispuso a retirarse.

-Buenas noches... -al ver que ella poco a poco se alejaba decidió decir una última cosa- Ayano... -ella lo miró con confusión- ¿Qué deseaste? -preguntó con diversión.

-Buenas noches Budo -ella se retiró con una sonrisa.

-Buenas noches -pasaron unos segundos y él tambien se retiró.

La pequeña se aseguró de que nadie la viera y salió de su escondite, se limpió las hojas que se quedaron atrapadas en su ropa y miró a su padre irse a dormir.

-Buenas noches... Ash -puso la palma de su mano en su frente y negó con su cabeza- eso fue un desastre...

Comenzó a caminar buscando a su abuela para contarle lo sucedido. La mujer se encontraba caminando por los pasillos de algunas cursos deportivos.

-Abuela...

-¿Qué noticias tienes? 

-Malas noticias... Se están comportando como si se vieran por primera vez -dijo desanimada- Buenas noches Budo, buenas noches Ayano -intentó imitar las voces de los mayores.

-¿Y ahora que hacemos?

Las dos empezaron a pensar en como solucionar ese inconveniente.

-¿Tienes alguna idea abuelita?

-La solución está en el rezo y la devoción.

-Oh abuelita -Ayano estaba algo desesperada. Miró al cielo e intento hacer lo recomendado-¡¿Eso es lo único que puedo hacer?!

Su mirada regresó al suelo y empezó a ver su entorno y encontró una solución.

-Ah... ¡¿"Artes marciales"?! -leyó en uno de los letreros de las puertas- ¡Si! -dijo con una enorme sonrisa.






Mi Primer Amor - Ayano x BudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora