Mi Primer Amor - Ayano x Budo

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Ahí se encontraba la pequeña Ayano "peleando" con un niño del campamento. Él jalaba y tironeaba el cabello ajeno y ella intentaba "ahorcar" el cuello contrario. Los niños que los rodeaban solo alentaban a que la discusión continúe.

Ayano y Budo se percataron de lo sucedido. Ayano se encontraba preocupada por los niños y Budo por su princesa.

Ambos tomaron a los niños e intentaron separarlos para que dejaran de discutir.

-¡Hey! ¿Qué hacen? ¿se volvieron locos? -dijo Ayano molesta y preocupada.

-¡Dejen de pelear! -Budo elevó la voz.

Ambos niños forcejeaban y buscaban la forma de liberarse del agarre de los adultos para poder continuar su disputa.

-¡Ya déjala Rohan! Los chicos grandes no pelean con una chica -Ayano trató de calmar al niño pero su esfuerzo fue inútil.

-¿Por qué pelean? -cuestionó Budo intentando calmar a su pequeña.

-Ella me pegó primero -respondió el niño.

Budo no creía esas palabras, ¿Cómo era posible que SU princesa haya iniciado eso?

-Dije que las chicas pueden pelear contra chicos y ganar y el dijo... -Ayano se justificaba.

-Las chicas no pueden ganarle a un chico en artes marciales -el pequeño completó la frase.

Budo se calmó un poco y bajó a la niña.

-ÉL dijo la verdad y tú solo peleaste con él para comprobar algo que es mentira -Budo regañó a la niña.

-¿Por qué?  -respondió la pequeña- En el instituto la señorita Ayano te ganaba siempre en artes marciales -dijo retadora causando que los niños de al rededor se rieran de Budo.

-Shh, silencio -Budo tapó la pequeña boca de su niña al haberlo avergonzado tanto- No siempre -intentó defenderse- ella solo me ganaba algunas veces...

-Budo, yo siempre te ganaba -respondió Ayano desmintiendo las palabras anteriormente dichas.

Budo soltó una pequeña risa.

-Si Ayano, tú siempre me ganabas -respondió con sarcasmo.

-Budo perdías siempre -Ayano contestó con seriedad.

-No Ayano.

-Si Budo.

-No mientas delante de los niños -Budo apartó a su pequeña y dio un paso acercándose más a Ayano.

-¡¿Qué?!¿Estoy mintiendo? -Ayano apartó al niño y repitió la acción del contrario.

-¿Yo estoy mintiendo? Mentirosa.

-¡¿Qué?!

La pequeña miraba con una sonrisa la escena, su plan estaba funcionando.

-La verdad es que tu solo podías hacer trampa para ganar -respondió Ayano estando a punto de perder los estribos.

-¡Hey! No me llames tramposo.

-Eso es lo que eres... Un tramposo, tramposo, ¡Tramposo!

-Ayano yo no soy un tramposo -Budo estaba perdiendo la paciencia.

-Budo es un tramposo, es un tramposo -Ayano empezó con un pequeño cantico siendo seguida por los niños repitiendo aquella frase- Budo es un tramposo.

-¡Oh no! ¿Enserio vas a empezar? No la escuchen -Budo se sentía muy avergonzado por ser humillado de esa manera.

-¡TRAMPOSO! -dijo por última vez.

-Voy a matarla -aquellas palabras se llevaron lo que le quedaba de cordura.

La misma escena se repitió, solo que esta vez, en lugar de los dos niños, se encontraban dos adultos. Los niños alentaron la pelea y esta vez los dos niños separaron a ambos "adultos".

-Ok, estoy bien -respondieron al unísono al detener su discusión.

Budo sacó un pequeño peine de bolsillo y empezó a acomodar su cabello el cual se encontraba más alborotado de lo normal por culpa de Ayano.

-Te desafío ahora, peleemos -retó Ayano.

Budo solo rio en un tono burlesco y los niños presentes tambien.

-No seas tonta Ayano.

-¿Por qué?¿Tienes miedo Budo? -las niñas rieron ante el comentario.

-Budo Masuta nunca tiene miedo o ¿acaso olvidaste el origen de mi apodo?

-Ya lo veremos -respondió Ayano empezando a caminar con dirección a la zona de entrenamiento de artes marciales mientras era seguida por las niñas del lugar e incluso por la pequeña Ayano quienes gritaban su nombre con entusiasmo.

-Ya lo veremos -Budo repitió la acción y caminó seguido de los niños.

Él no lo admitirá pero se sentía traicionado por su pequeña.

Ambos ya se encontraban en el lugar. Los pequeños rodeaban el perímetro, las niñas estaban del lado de Ayano y los niños del lado de Budo.

-Perderás de nuevo Budo.

Ayano se ató el cabello con una pequeña cinta después de mucho tiempo, digamos que portar ese peinado le traía dolor de alguna u otra forma pero hoy era necesario usar el cabello de esa forma.

-He practicado por 8 años, no perderé.

Budo empezó a estirar para no lastimarse durante la pelea, él ya había perdido algo de practica y le mintió completamente a su contrincante al decir que había practicado, esto no pudo ser por las mismas razones de Ayano, le traía dolor.

-Escucha... ten cuidado con tu vestido -él mencionó un problema realmente obvio molestando más a Ayano.

Ambos se acercaron el uno al otro, hicieron una pequeña reverencia y comenzaron a pelear. Para Ayano era algo difícil, después de todo ninguno de los dos se dio la molestia de cambiarse y era complicado e incomodo pelear con vestido.

Budo era consciente de la "pequeña" desventaja de Ayano y la usaría a su favor.

Ninguno de los dos había peleado en años y se sentía bien recordar los viejos tiempos y eso los hacía felices, Ayano se las arregló para poder pelear con aquel vestido usando sus brazos para el combate.

Al cabo de un par de minutos la ventaja la tenía Ayano, tal y como lo había dicho, pero nunca esperó que Budo recurriera al "juego sucio". Gracias a un intento de golpe en la cabeza, Budo jaló levemente aquella cinta de cabello logrando que se desate, el cabello de Ayano cubrió gran parte de su rostro y él aprovechó ello para derribarla. Ayano se levantó y logró acomodar su pelo detrás de sus orejas queriendo cobrar venganza por lo recientemente sucedido al ver que su contrincante empezaba a tener ventaja. Ella, con un movimiento rápido, jaló la corbata del contrario logrando dar un golpe que hizo que él cayera al suelo.

La madre de Budo, Aisuru, se encontraba observando la pelea y no pudo evitar reírse ante la "buena jugada" de la chica. Las niñas hicieron lo mismo pero los niños y Budo no estaban felices con lo que ella había hecho.

-¡Hey! Si no puedes pelear al menos no hagas trampa -se quejó el mayor.

-No me llames tramposa.

-Eso eres, una tramposa.

Un silencio invadió el lugar pero este fue interrumpido por las risas de los niños y de Budo.

-Miren a la perdedora -mencionó con un tono burlón.

Ayano en verdad sentía que lo que había hecho era trampa pero no pudo evitarlo, eso la hizo sentirse aun más culpable.