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Había sido un muy largo y agotador viaje. Ayano por fin se encontraba en casa junto a sus padres y se encontraba mucho más tranquila ahora.

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años. La joven pelinegra aun dudaba estar en una relación con aquel hombre que había aparecido en su camino. Su madre no fue ajena a este hecho y estaba dispuesta a hablar con su hija.

-Los hombres son muy débiles... Hacen principios, pero no se dan cuenta de que ningún principio puede anular al corazón. Nosotras les recordamos a esos tercos hombres débiles que los lazos del corazón son basados en los sentimientos y no en los principios.

-...

-Pero estos lazos son creados al decirle a la otra persona sobre nuestros sentimientos internos.

-...

-Acepta sus sentimientos y dile lo que en verdad sientes por el Ayano.

-Pero...

-¿Pero...?

-A veces decir lo que se siente puede romper el corazón de alguien.

-Pero al no decirlo, tú no logarás ser feliz. 










No serás feliz...












Los pequeños se encontraban junto a la pelinegra, al parecer la noticia de su compromiso se había hecho popular.

-Felicitaciones Ayano-sensei, le deseamos una vida de casada llena de felicidad -dijo un grupo de niños al unísono.

-¡Niños a almorzar! -indicó alguien del personal.

Los pequeños hicieron una reverencia y se retiraron corriendo hacia el comedor.

Ayano estaba algo desanimada, aun recordaba las palabras que su madre le dio el día en el que se comprometió con Taro.

Budo la vio a lo lejos y decidió acercarse para felicitar a su querida amiga, después de todo eso habría querido su difunta esposa ¿verdad?

-¡Ayano! ¡Felicitaciónes! -la pelinegra solo guardo silencio y miró con confusión al mayor- Ayano... Ni siquiera me lo dijiste. Taro me dijo que estás por casarte -Budo vio que su amiga no sonreía y no comprendía el porqué. Cuando él se casó en verdad estaba completamente feliz- Hey, ¡felicidades! -continuaba diciendo de manera alegre- ¿Eres feliz? -preguntó sonriendo- Hey, ¿eres feliz? -insistió.

-¿Estas feliz de enterarte? -cuestionó de manera seria y cortante.

-Muy feliz.

-¿Entonces como YO puedo ser feliz?

-No comprendo -respondió confundido.

-Algo está pasando Budo, no lo entenderías -dijo antes de retirase  de aquella conversación.

Mi Primer Amor - Ayano x BudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora