2.- Errores

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No olviden que este fic trata temas delicados, entre ellos depresión y suicidio...también tocará temas de maltrato, les pido sus consideraciones.



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Todos estaban reunidos en la sala, acomodados, en silencio, toda la clase A estaba en silencio o al menos eso hasta que los sollozos de alguno de ellos se escuchaban profundamente, Shinso estaba recostado en un sofá, tenía los ojos abiertos, pero no miraba a ningún lugar en específico, las lágrimas bajaban de manera caudalosa.

Izuku se mantenía cerca del más alto, Recovery Girl había insistido en darle un calmante, por lo que todos sabían que la calma que hasta ese momento estaba teniendo, era simplemente por la medicación, aunque ninguno de los miembros de la sala estaba mejor que otro, algunos no lloraban, pero estaban pálidos, parecía que se desmayarían.

Shinso había gritado, había rogado, había luchado para que no lo sacara del cuarto, para que no lo alejaran del rubio, pero finalmente lo habían sacado y seguido la recomendación de la mujer para evitar que se hiciera daño.

El bakusquad estaba extrañamente callado, muchos habían subido al sentir la explosión provocada por Bakugo, pero ahora, casi 4 horas más tarde, la voz de los chicos parecía no salir.

Mina lloraba de manera sonora, estaba abrazando a Uraraka, no se había movido del lado de la chica desde que los había alejado de la habitación de Kaminari, la castaña había logrado que la chica bebiera agua un par de veces, ella también quería llorar, pero por ahora, solo esperaba que Mina no se deshidratara.

Sero estaba de pie, frente a una ventana, en silencio, mirando, a su lado Iida, quien se había mantenido junto a él, luego de los miembros de la clase dejaran de intentar subir nuevamente. Los hombros de ambos estaban pegados, en un contacto suave, pero constante, Iida había notado que las piernas del moreno flaqueaban cada cierto tanto, por lo que simplemente se había quedado cerca, esperando a que las fuerzas lo dejaran.

Jirou estaba devastada, dolida, pero no lloraba, tenía la cabeza apoyada en el hombro de Momo, pero su mirada estaba lejos, su cabeza estaba lejos, no paraba de pensar, de recordar, las imágenes del cuerpo de Kaminari en el suelo y las veces en que el rubio le había sonreído, las veces que había sido un tonto, las veces en que Denki hacía estupideces solo para hacerla sonreír.

Kirishima había llorado, tenía una mueca de dolor en el rostro, estaba sentado en el suelo, cerca del sofá donde estaba Shinso, su mandíbula estaba tensa, sus ojos enrojecidos, no entendía mucho de lo que estaba pasando, parecía perdido con todo y cada cierto tiempo levantaba la vista, buscando a Bakugo, haciendo que su preocupación subiese más y más.

El rubio estaba con la cabeza gacha, con las piernas recogidas, sus rodillas de apoyo para su frente, sus manos apretadas, pero lo más preocupante era lo silencioso que se estaba.

Las puertas del ascensor se abrieron, el maestro Aizawa venía con el jefe de la policía, habían tenido que reportar la situación, para sacar el cuerpo y realizar algunas pericias.

La asociación de héroes también debería ser notificada, ya que debían verificar la veracidad del suicidio y si las acciones del menor habían sido por propio deseo o por el uso de algún quirk malvado.

Se había llevado el cuerpo cerca de las 3 de la mañana, todos habían visto la camilla y la bolsa, nadie podía comprender como es que llevaban a Kaminari en ese lugar.

Aizawa se despidió del policía y se acercó a sus alumnos, pocos levantaron la vista, todos escuchaban, pero nadie en realidad parecía querer mirar al mayor.

—Muchachos, necesito que vuelvan a sus cuartos, sé que en este momento puede sonar difícil de creer, pero necesito que descansen. —El moreno dejó salir un pesado suspiro, ni él mismo estaba claro de que era lo que debía decirles en ese momento, ¿cómo pedirles que no sufrieran con la muerte de uno de sus compañeros? ¿de uno de sus amigos? ¿cómo pedirles que superaran algo que a él mismo lo estaba retorciendo por dentro? — Será mejor que descansen, las cosas no serán mejor mañana y no les puedo mentir, quizá no lo sean en mucho tiempo, pero necesitan tratar de descansar, sé les avisará a sus padres y les comunicaremos una decisión de como procederá la academia en esta situación.

Aizawa sentía su propia garganta cerrarse, dolía, se giró alejándose donde la vista de los estudiantes no lo encontrasen, donde pudiese liberar ese terrible dolor.

—¿Hizashi? —fue como un susurro, el rubio levantó la vista, sus miradas se habían conectado, cuando todo en el pecho del moreno colapsara. — se suicidó.

—lo sé.

—No pude verlo, no supe ver las señales, como me puedo llamar su maestro, como puedo guiarlos si no fui capaz de contenerlo.

—Nadie pudo saberlo Shouta, todos estuvimos cerca, todos vimos las mismas sonrisas, nadie podía saber que este sería el resultado.

—No, yo debí hacerlo, debí notar como algo estaba mal, las señales estaban, su estado anímico, su rendimiento, sus gestos, lo pienso y sé que las señales estaban, pero pensé...—sollozo. — Jamás me preocupé por él, jamás le di la importancia que necesitaba, pensé que era fuerte, que superaría todo lo que le ocurría, pero era un niño, era un niño que me necesitaba y no pude hacer nada por él, no pude ver sus gritos de ayuda para hacer algo, su vida está en mis manos y lo estará para siempre.

Hizashi se quedó con el cuerpo del otro entre sus brazos, el también sentía dolor, también sentía culpa, muchas veces el mismo se había reído de las pocas habilidades de Kaminari, el mismo había pensado que el chico no se esforzaba, que no daba lo mejor de sí, pero ahora un millón de dudas lo atravesaban ¿si en realidad lo estaba dando?

Muchas veces Denki era el último en salir del salón, muchas veces miraba esos exámenes con malas calificaciones y su sonrisa se desvanecía por un instante, varias veces pudo distinguir esas lágrimas en sus ojos, pero nunca había dicho nada, él había fallado y lo peor, es que probablemente Aizawa sintiese lo mismo y ninguno tendría las fuerzas para negarlo.

Los peritajes en el cuerpo y el cuarto fueron rápidos, cerca de las 9 de la mañana, las cartas ya se encontraban listas para ser entregadas de acuerdo con los deseos del joven, le dolía haber tenido que revisar esas cartas, le dolía inmiscuirse en las despedidas de un joven que había perdido una batalla tan difícil como la que llevaba, pero si quería entregarles la posibilidad, necesitaba saber las reacciones de los dueños de esos papeles, giró la vista hacía la morgue y suspiró, tenía que actuar rápidamente.

Letters...depression...goodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora