4.-Segunda carta...Hanta Sero.

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Aizawa miró fijamente a Sero, quien se veía inseguro y algo incómodo, siempre se había cuestionado lo muy expresivo que solía ser el joven de cabello largo.

—Sero, sé que esto puede ser extraño para ti, pero fue la última voluntad de Denki, por eso te la estoy entregando.

—Yo, si, entiendo, yo. — Sero extendió su mano, pero no llegó a tocar el sobre, sentía que le faltaban las fuerzas para llegar a sostener algo así de pesado.

—Sero, sé que muchos padres podrían no estar de acuerdo con lo que estoy haciendo, pero creo que Denki tendrá algo que decirte, necesitas dar este paso.

—¿Para qué? —Sero Hanta no solía actuar a la defensiva, pero en ese momento su respuesta parecía más hostil de lo que nunca había escuchado su profesor. — Ya no está, no creo que algo de esa carta pueda cambiar como me siento, no quiero. — Alejó su mano, girándose para volver a su habitación, pero la mano de su maestro lo detuvo.

—Hanta. —Aizawa sintió el timbre de su voz un poco quebrado, pero no se esmeró en disimularlo. — nadie pudo verlo, nadie pudo evitarlo y sé que no culpas a Denki por la elección que tomó, sé que te estás culpando y por lo mismo, sé que debes leer lo que tiene que decirte, lo que tiene que mostrarte.

—Profesor...— Sero levantó la mano y tomó el sobre.

—Por estos días no retomaremos las clases, pero si les daré aviso de cuando sea el momento de conversar y ver algunas situaciones.

Aizawa se marchó, dejando a un Sero confundido y bastante asustado, sus manos temblaban, la verdad es que dudaba que abrir ese sobre fuese correcto, se dejó caer sobre la cama, apretando el sobre, cuando una voz a la distancia llamó su atención.

—Si haces eso, la romperás, debes leerla, no romperla.

—¿Escuchaste? — Sero movió su cuerpo, dando espacio a su lado.

—Si escuché qué no querías recibir la carta que Kaminari te dejó. —Iida se sentó y rodeó el cuerpo del otro, atrayéndolo sobre su pecho. — Pues lo hice, lo que no entiendo es el motivo.

Sero apoyó su cabeza en el pequeño espacio que se formaba bajo la barbilla de Iida, apegándose más y más al cuerpo de otro, quien se tensó. —Aun no te acostumbras a tanto afecto.

—No puedo acostumbrarme a que una persona tan maravillosa me de estás muestras de cariño. — Iida besó la mejilla de Sero. — Ahora volvamos al tema Hanta, siempre haces esto de querer cambiar la conversación cuando te molestas conmigo o cuando es un tema difícil.

—No es difícil. — Hanta quería alejarse, pero Iida estaba más cerca de lo que el joven de cabello largo esperaba. —Ten no quiero...

—Quiero tomarte el cabello, ven. — El moreno sintió las manos del otro pasar por su cabello, sus dedos bajaban suavemente. — Me gusta como luce tu cabello al ser levantado en una coleta, puedo ver tu cuello, tu mentón.

—Estás aprovechándote de una persona triste.

—Estoy esperando que superes, la negación y que entiendas que esa carta es importante para Kaminari y es correcto que leas...

—¡Denki no está para sentirse orgulloso de nada! —Sero gritó violentamente y agregó. — No entiendes, no lo comprender, se fue, nos dejó, ya no tiene derecho a decirnos nada, no tiene derecho a querer, a intentar dejarnos un mensaje después de todo lo que...

—Después de elegir suicidarse.

—No puede hablar de esto como una elección Tenya, no puedes elegir quitarte la vida, no puedes elegir simplemente dejar de existir.

Letters...depression...goodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora