6.- Cuarta carta...Kyoka Jirou

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Momo tenía la vista fija en la carta entre sus manos, estaba en completo silencio, escuchando atentamente lo que su profesor le decía.

—Yaoyorozu, entiendo que su compañera esté deprimida, no creo que nadie pueda estar viviendo esta situación de una manera alegre, esto en realidad nos ha golpeado a todos, pero es necesario que ella tome esto y lo lea.

—Maestro, ella sigue dormida, yo...— la chica de cabello largo miró al interior de su habitación y simplemente optó por asentir. — no se preocupe, haré lo necesario, sé que Kaminari querría que lo leyera.

La morena cerró la puerta, mirando de forma triste a Jirou, quien estaba sobre la cama, con su guitarra junto a ella.

—Kyoka...

—Es de Kaminari, ¿verdad? —la joven se sentó, mirando sus manos. — ese idiota siempre tan dramático, no me esperaba algo menos de él.

—Ji, linda, creo que debes...

—Leerla, ver las últimas palabras de mi amigo, claro que debo. — Las manos de la chica viajaron al rostro de Momo, quien estaba visiblemente triste. —Kami siempre decía que te veías muy bella cuando sonreías, eso y que tenías un hermoso cuerpo.

—Kaminari siempre hablaba de las chicas.

—Si, pero nunca de ti, no al menos de esa forma, solía decir que la chica de sus amigos estaba prohibida.

—¿Se lo contaste? —Momo sabía que su pareja era reservada, por lo que le parecía una locura que fuese el rubio el primero al que le contara de su reciente relación.

—Nunca, pero él lo sabía, ese idiota sabía más cosas de las que todos creemos, era muy bueno en artes y podía leer música, incluso le gustaban los libros, la literatura.

—Jamás lo pensé.

—Nadie se lo imagina, en realidad dudo que alguien se interesara si quiera en saber la mitad de las cosas de las que Denki solía saber de sus amigos y compañeros.

—¿Qué quieres decir?

—Kaminari se preocupaba de sus amigas y de sus amigos, a veces no entendía el ambiente o los problemas de los demás, pero solía preguntar dos o hasta tres veces para poder saber como ayudar a quienes apreciaba.

—Siempre pensé que Kaminari preguntaba muchas veces ya que no ponía atención.

—Era todo lo contrario. — Kyoka tomó el sobre y lo abrió. —él era capaz de poner tanta atención, que solía notar detalles en tu rostro, en tus gestos, en la voz de quienes los rodeaban.

Kyoka.

Mi querida Jirou, mi nivel de estupidez llegó a su grado máximo, quiero decir, es bastante estúpido dejarte una carta para decirte que me suicidé, si probablemente ya sabes esto, si nol no estarías leyendo esta carta...

Sabes, cuando te vi por primera vez, tuve curiosidad, eras intensa, pero calmada, intensa, pero sensible, eras una extraña mezcla, embriagante, misteriosa y por un tiempo creí que estaba enamorado de ti, pero bueno eso no era verdad, solo sentía una tremenda curiosidad, por lo que me alegró mucho ver como la mirabas.

Pero solo pude pensar en algo al notarlo, ¿me lo contarías? Sé que no he sido el mejor para guardar secretos, pero me gustaría creer que sería una de esas personas importantes a las que le dirías antes de hacer algo público, aunque sé que tampoco merezco algo así, pero lo agradecería.

Te quiero contar que estas cartas, las escribí mucho antes de tomar la decisión y esta carta en especial la estoy escribiendo luego de ir a tu cuarto. Fui a tu cuarto quería conversar y todos estaban ocupados, por eso pensé que al menos podría verte tocar, pero te encontré con las chicas, por lo que ahora entiendo tantas cosas.

¿Realmente te molesta tanto mi presencia en las noches?

Entiendo que muchas veces puedo ser insistente, que muchas veces me equivoco y que probablemente soy demasiado ruidoso como para que quieras mantenerme a tu lado, pero ¿si prometo quedarme callado me dejarás ayudarte? ¿me dejas quedarme y escucharte tocar? Es que a veces mi habitación es demasiado grande, pero entenderé si no te sientes cómoda.

Tampoco quiero perder el tiempo, tampoco quiero irme sabiendo que no me perdonaste, yo sé que muchas veces insistí demasiado, que casi podía parecer que te acosaba, pero de verdad me encantaba estar contigo, me encantaba la personas que eres, quería ser tu amigo, quería hacer algo que me hiciese importante en tu vida.

Sabes lo que fuiste para mi en este tiempo, fuiste una amiga, una compañera, esa locura en mi vida y extrañamente sentí que eras más luminosa de lo que jamás había visto en alguien, yo quería que me iluminaras, quería que me iluminaras, cuando estaba en tu cuarto, cuando oía tu música, creo que en el fondo este dolor que había guardado en mi pecho se marchaba, se me olvida, por unos minutos olvidaba que era un idiota que nadie necesita.

¿Alguna vez me necesitaste? Yo sé que puedo ser bastante inútil, sé que no soy una de las mejoras personas que pudiste tener en tú vida, pero la verdad, quiero creer que me consideraste, quiero creer que pensaste en mí y que en algún momento valí la pena, valí su tiempo.

Kyoka, eres impresionante, eres luminosa y eres increíble, no te escondas, no dejes que esa belleza se quede en tu cuarto y que esa luz hermosa, ese talento que brota por tu cuerpo se pierda.

Te quiero mucho, lamento irme de esta forma, lamento no poder decirte todo esto, no tengo mucha fuerza para hablar contigo, pero me encantaría que lo sepas.

Tu amigo un poco idiota

Denki Kaminari.

Pd. Hay una canción que me gustaría tocaras en mi nombre, crees que puedas darme ese regalo...


—Kyoka, no dice que canción quiere.

—Sé que canción, me lo dijo una de las veces que me puse los audífonos para fingir que no lo escuchaba.

—Kyoka...— Momo la miró con tristeza.

—Si tuviese la oportunidad, no volvería a ponerme los audífonos, no lo volvería a fingir estar ocupada por no ayudarlo, si tuviese la oportunidad le diría que no es mi idiota amigo, que el solo simplemente mi amigo, uno de los más importantes que jamás creí podría tener.

El detective sintió la marca de sus muñecas, solo un par de cartas más, unas más y podría ayudarlos.

Letters...depression...goodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora