19.- Él.

1K 116 18
                                    

Shinso y Denki estaban sobre la cama, los brazos del pelilila habían rodeado el cuerpo del rubio, ambos se habían recostado, estaban tibios, parecía una locura, pero el frío que los llevaba rodeando, seguía siendo parte del momento, pero un poco más tenue.

—Me gustaría que mejoras...— Shinso quería hablar, quería decir tantas cosas, pero su voz terminaba entrecortada siempre que hablaba. — No importa si ya no quieres quedarte a mi lado, si ya no podemos estar juntos, me basta con saber que sigues en este mundo.

—No me gusta la idea de que odies el morado, a mi realmente me agrada como luce, el contraste con tu piel...— Denki había levantado la mirada desde el hueco en el cuello de Shinso, donde se había acomodado minutos antes. — y quiero curarme, quiero estar bien, aunque puede que esto sea parte de lo bien que se siente sentirse querido.

—Eres amado.

—Pero mi cabeza me hace creer que no, me hace sentir solo, idiota, me hace creer que nada de mi vida funciona bien, que yo no sirvo, que nunca seré más que basura, que todos piensan eso de mi...

—Denden...—Shinso quería refutar, pero no dijo nada, no era mucho lo que podía decir con las cosas que llevaban viviendo los últimos días.

—Toshi, puedes decirme. —Denki seguía mirando firmemente al otro y simplemente, luego de un largo suspiro agregó. — ¿Por qué no me saludaron por mi cumpleaños?

Era una duda que llevaba dando vueltas en su cabeza, él quería creer que lo amaban, se sentía amado desde hacía varias horas, pero no podía olvidar lo que lo había colapsado su cuerpo, lo que había colapsado su mente, lo que lo había llevado a pensar que todo lo que estaba en su cabeza era la verdad.

—Denki, no creo...

—Necesito saberlo. — Denki se había separado completamente, para luego agregar. — No los culparé, pero necesito saber qué era, qué fue eso tan importante que necesitaban hacer como para olvidarme completamente.

—Planeamos una fiesta

Denki sintió un nudo en su garganta, una sensación angustiante subió por su cuello, como si recorriese su columna.

—¿Una...?

—Tu fiesta de cumpleaños, planeábamos tu fiesta, tus amigos iban a distraerte, pero nos retrasamos demasiado, conseguí que el maestro me diese más tiempo...

—Pero el toque, en los dormitorios...

—El profesor Aizawa había notado tu esfuerzo y le pedimos que nos ayudara con más tiempo, el accedió.

Denki comenzó a llorar. — Arruiné mi propia fiesta, soy un fracaso...

—No mi amor, no eres un fracaso, eres un niño que necesita ayuda, que necesita amor, no estás bien.

—¿Había pastel? ¿Regalos? Nunca tuve una fiesta sorpresa, no recuerdo si quiera haber tenido una fiesta normal y solo logro arruinarla.

—Podemos tener la fiesta cuando regreses a los dormitorios.

—No será lo mismo y siendo como soy, también la arruinaría...

—Claro que no será lo mismo, celebraremos tu vida, celebraremos que estás sano, celebraremos que sigues vivo y que con la ayuda que vamos a buscar, estaremos bien y tendremos muchos años juntos.

Pasaron unos minutos más en completo silencio, Denki se había dejado cobijar por los brazos cálidos del pelilila, quien había estado acariciando suavemente su cabeza, hasta que el movimiento se había vuelto casi imperceptible.

El rubio levantó la vista, solo para notar que su novio ahora dormía plácidamente a su lado.

—Shin, cariño, debes volver a la escuela. — Aunque el rubio estaba nuevamente acomodado entre los brazos de su pareja. — Aunque por ahora prefiero que te quedes a mi lado.

Denki no sabía bien lo que estaba pasando, no sabía si fuera de ese cuarto sus amigos continuaban reunidos o si se habían marchado, no sabía si sus padres lo volverían a ver o solo se habían olvidado, tampoco sabía si sus profesores o los medicamentos o la terapia serían de ayuda para superar todo, en ese momento, lo único que tenía claro, era que la calma y la paz que su corazón necesitaba, estaban simplemente, entre los brazos de quienes lo amaban, entre las caricias de quienes lo consideraban y aunque, el camino que le faltaba era demasiado largo, en ese momento lo único que importaba, estaba en esas cuatro paredes, lo único que debía importar era él, debía ser un héroe por los que amaba y por él mismo, había llegado la hora de buscar ayuda.

FIN

Letters...depression...goodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora