Capítulo 13 "Un cascabel para tener fortuna"

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-Buenos días. -dije tras dar un buen bostezo.

-¡Zeon!

Emma saltó sobre mí para abrazarme. Estaba claro que estaba preocupada por mí.

-Hey, tranquila, tranquila. -le sonreí mientras acariciaba su cabeza. -Estoy bien. Y aún mejor, sigo vivo, que eso ya es un logro siendo compañero de Kuro.

-¡Oye!

Kuro me miró con una expresión entremezclada de enfado, preocupación y alivio. Eso sí, era gracioso ver cómo no sabía qué cara poner.
El sol parecía haber salido hacía poco tiempo, pero mis compañeras habían madrugado para comprobar cómo estaba.

-Me alegro de que estés mejor. -suspiró Emma aliviada. -Cuando empleé mi magia curativa en ti y vi que tenía muy poco efecto... Pensaba que te íbamos a perder.

-Soy un hueso duro de roer. Si no la palmé en la mazmorra o contra aquel hombre con la katana, no voy a morir por una bestia. -me reí, tratando de tranquilizarla.

Emma se secó las lágrimas con la manga de su camisa y me sonrió. Debió estar realmente preocupada por mí...

-Para mañana debería llegar la poción que encargué. -me informó Kuro. -Pronto estarás mejor.

Le agradecí por ello, pero no pude evitar sentirme aún culpable de que siguiese pagándome todo... Cosa que debió notar, porque se acercó a mí con expresión de enfado y comenzó a tirarme de la oreja.

-¡Y te dije que dejases de preocuparte por el dinero! -me regañó. -Es MÍ dinero y lo gasto como quiero. Y lo que quiero es curarte, así que hazte a la idea, compañero.

-¡Sí, por supuesto! ¡Lo siento, lo siento! -grité adolorido mientras trataba de hacer que me soltase.

-Así está mejor. -sonrió soltando al fin mi oreja. -Somos compañeros y como tales debemos cuidarnos. ¿Entendido?

Tanto Emma como yo respondimos afirmativamente al unísono. Después nos miramos y nos reímos entre los tres. Al fin un momento de paz ahí en Alhark... Sin monstruos... Sin demonios... Sin maldiciones...

-Por cierto, cuando regresemos podremos reclamar la recompensa. -me informó Emma con emoción. -¡Y no era una pequeña!

-Ja, cierto. Tal vez invite a la abuela a unos tragos a la vuelta.

-¿Tú bebes, Kuro? -pregunté.

-Algo. -respondió mientras se frotaba la nariz. -Solo en ocasiones especiales.

Una ocasión especial. Imaginaba que el cobrar bastante dinero sería una de esas.

-Por fin podré ahorrar un poco para la medicina de mamá. -se alegró Emma tratando de contener un leve llanto, de felicidad intuí.

Yo simplemente la acaricié con una sonrisa tranquila. Estaba feliz por ella. Poco a poco iba cumpliendo el objetivo que la llevó a convertirse en una aventurera siendo tan pequeña.

-Bueno, por el momento iré a comprar por el pueblo algo para comer. Os traeré algo rico. Debéis estar hambrientos. -dijo Kuro mientras se dirigía a la puerta de la habitación.

-¡Espera! -exclamé sin pensar.

Kuro se giró extrañada. Normal después del grito que había pegado.

-¿Qué pasa, Zeon? ¿Acaso necesitas otra ducha? -soltó con total naturalidad.

-¿Eh? ¿Cómo que otra ducha? -pregunté completamente confuso.

Kuro suspiró antes de contestar... Y no sé por qué no imaginé su respuesta, a pesar de ser obvia.

-¿Quién te crees que te limpió toda la suciedad tras el combate para curar tus heridas? -contestó colocando las manos en su cintura. -Yo te lavé para que el doctor Rufus curase tus heridas. No fue tarea fácil. Había mucha sangre... ¡Hasta tuvimos que tirar tu ropa y todo de lo sucia que estaba! Pero tranquilo, Rufus te dio nueva.

Cuando me duermo... ¡¿Aparezco en otro mundo?! / NemurisekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora