Capítulo 3 "¿Equipamiento? ¡Equipamiento!"

479 51 4
                                    

- ¡Vamos a ir a comprarte una armadura en condiciones! -

Kuro me empezó a decir eso pocos días después de aquella misión. A estas alturas ya tenía asumido que cada vez que iba a dormir terminaría en ese nuevo mundo, por lo que me estaba empezando a acostumbrar a vivir en ambos.

- No puedes ir a hacer misiones simplemente vestido así. ¡Si te golpean podrías morir! Necesitas equipamiento y lo necesitas ya. - se quejaba a viva voz. - Venga, muévete. Hoy vamos a ir de compras exclusivamente por ti. -

Teniendo en cuenta cómo nos fue en nuestra última misión no podía decir que no tenía razón. Más aún sabiendo la mala suerte que precede a Kuro. Si quería seguir vivo tenía realmente que comprar un buen equipamiento. El problema es...

- Pero no tengo dinero suficiente para ello. - aclaré. - Apenas me llegará para poder comprarme otro escudo. -

- Eso no es un problema. Tengo una buena cantidad gracias a las misiones que he completado antes de conocerte. - me aseguró con una sonrisa. - Venga, muévete. -

- Voy, voy. - suspiré. - ¿Tienes alguna tienda pensada? -

- Pues... -

Kuro me llevó por la ciudad ignorando la mayoría de tiendas que parecían tener un buen surtido de armas y armaduras. Por lo visto sí que tenía un lugar en mente al que ir. ¿O sólo estaba intentando hacer publicidad de una tienda desconocida? No sabía qué pensar. Aunque tampoco tenía muchas más opciones. Decidí tener fe en Kuro y su posible tienda predilecta. No por nada su mandoble y armadura no se rompieron en el último combate. ¡Parecen ser de una calidad jodidamente buena!
A todo esto, respecto a la misión... Terminamos informando al gremio de la situación que pasamos y esto hizo correr la voz entre los aventureros y los caballeros de la ciudad, aumentando la seguridad en la misma por si hubiese un posible ataque inminente. También le dieron a Kuro una gran cantidad de dinero, pues no se creían que mi contribución había servido de algo. Sí, así de clasistas son. Era un aventurero de rango hierro, por lo que estaba casi en lo más bajo posible en la pirámide de poderes. Y tampoco podía quejarme, pues eso habría empeorado la situación. Dicho esto, no tardamos demasiado en llegar a la tienda de armas que quería Kuro.

- ¡Hola, abuela! - gritó Kuro entrando en la tienda con la elegancia de un rinoceronte.

- ¡¡Ya te he dicho que no me llames abuela!! ¡¡Aún estoy en mis cuarenta y pocos, mocosa maleducada!! - se quejó la dueña.

Esta mujer era una mujer muy enorme. Para empezar tenía músculos en los músculos. Y cicatrices en esos músculos. Su pelo era corto y uniforme de color blanco, casi como el peinado de un militar. También llevaba un parche en su ojo izquierdo. Sinceramente parecía una berserker. Sólo le faltaba el casco de cuernos y un par de hachas.

- Oye, ¿y quién es este renacuajo? - preguntó a Kuro mientras me señalaba.

- Es mi nuevo compañero. - respondió con confianza. - Aún es un aventurero de hierro, ya que empezó hace apenas unos días, pero tiene mucho potencial. Por eso quiero ver qué puedes ofrecernos para que él aguante más. -

- ¿Has ido de misión ya con él? - se extrañó la dueña.

- Así es. -

- ¡¿Y sigue vivo?! - exclamó sorprendida.

Eso hizo saltar mis alarmas. ¿Cómo que si seguía vivo? ¿A qué se refería? ¿Tan raro era? ¡¿Qué estaba pasando?!

- Desde luego es todo un logro. He oído que derrotaste a un soldado del rey demonio a las afueras de la ciudad, en el bosque. ¿Él te ayudó? -

Cuando me duermo... ¡¿Aparezco en otro mundo?! / NemurisekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora