Me llevé la mano a la boca y comencé a morderme las uñas. ¡Parecía que era yo la que estaba ahí, pendiendo en la nada! Gracias a Dios que no me habían elegido.
-Uno... -comenzó a contar Ramsés-. Dos...
-¡ESPERA! ¡ESPERA! -gritó mi tía.
El pastor le acercó el micrófono con el stand.
-Dime, Melisa ¿quieres decir tus últimas palabras?
Todos reímos. Bueno, no todos...
-¿Puedo cambiar de caja?
-Mmmm... Espera -se giró hacia nosotros-. ¿Qué dicen, familia?
Y como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, se escuchó a coro:
-¡NOOO!
-Ya los escuchaste -canturreó con gracia y luego tomó una falsa postura seria-. Tienes que asumir las consecuencias de tus actos, hermana.
Volvimos a reírnos.
Esas últimas y sencillas palabras retumbaron en mi cabeza: "Asumir las consecuencias de tus actos".
-Uno... -comenzó de nuevo a contar-. Dos... -los miré apretar la cuerda con sus manos.
Y es que el detalle con Ramsés era que, los que no hubieran elegido bien, no solo se irían hasta el fondo. Sino que seguramente habría una sorpresa esperándolos.
-¡Tres! -las cuerdas fueron aflojadas.
Todo sucedió muy rápido. Kikín se fue hasta el fondo, levantando una nube de polvo blanca; Melissa quedó de pie y la caída de Mateo salpicó mucha agua.
Las risas y los aplausos llenaron el auditorio. Tratando de mantener la compostura, Ramsés se acercó a cada uno para entrevistarlos.
-¿Qué pasó, Mateo?
Pero el castaño no pudo responder, estaba que se moría de risa.
-¿Cómo está todo allá arriba? -extendió el micro.
Melisa tomó el aparato.
-Esto -señaló la caja sobre la que estaba parada-, se llama tomar buenas decisiones. Eso -señaló hacia Mateo-, se llama justicia divina.
Explotamos en más carcajadas. ¡Cuánta razón tenía!
-Y usted jovencito... -le preguntó a Kikin, que seguía quitándose de la cara y el cabello lo que parecía ser harina.
-Mala decisión, brother... -contestó.
Los chicos del staff volvieron a subir y mientras los ayudaban, Ramsés se dirigió a nosotros.
-Fíjense bien familia, yo no les dije que no podían mirar dentro de las cajas...
-¡PERO TAMPOCO QUE SÍ! -gritó Mateo.
-Hay que ser oportunista, hermano -le respondió-. No te preocupes, los chicos te darán ropa... Ponme el texto de nuevo, por favor -le pidió a la chica de multimedia.
Volvimos a leer en voz alta:
"Seré la piedra principal y serviré de base al edificio.
El que confíe en mí, jamás será avergonzado"
-¿Dónde estás parado? -preguntó Ramsés-. ¿Sobre qué estás sosteniendo tu vida? -guardó silencio invitando a la reflexión-. ¿Seguro que es un lugar firme? ¿O uno que se mueve y puede cambiar en cualquier momento?
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Tesoro Escondido © (Libro #2)
Romance¿Cuál es la definición de hermoso? Muchas veces me hice esa pregunta, y llegué a una conclusión... Hermoso no quiere decir sin defectos, pero sí que alberga una gran perfección. Perfección que no puede ser admirada por todos, sino sólo por aquellos...