Capítulo 10

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*Newt*

¿Como...? Aeel se encontraba inconsciente en el suelo. Repasé en mi cabeza los sucesos, la pelea se había ido de las manos, sus ojos habían pasado a ser rojos, tenía la daga en el abdomen y una luz azulada había salido de mis manos. La mirada de demencia de mi compañera había pasado a ser una de asombro y segundos más tarde estaba en el suelo a mis pies. Intenté salir de mi asombro, los azules de mi mirada se habían intensificado radicalmente, poco a poco los colores comenzaron a matizarse a mi alrededor ¿Que había sucedido?

Ella estaba tumbada con los ojos abiertos, el terror me inundó ¿No podía haberla matado no? Me agaché con los ojos cristalizados, tome su pulso, la artería bombeaba sangre, no estaba muerta. La cogí de la parte inferior del cuello y las piernas, la llevé con cuidado hasta el sofá y la dejé cuidadosamente sobre este. No tenía nada roto, parecía no estar más que inconsciente, tan solo podía esperar que despertara y confiar en que se encontraba correctamente.

Aquella luz...Una corriente de electricidad me había recorrido todo el cuerpo, tan solo había sido un segundo pero la energía que me dió era incalculable, la energía que en forma de electricidad había usado como arma contra Aeel. Mis manos no parecían tener nada nuevo, ni una quemadura, ni una marca, ni un solo arañazo, estaban...como antes.

Los azules se habían intensificado, como si el cielo hubiera descendido y todos se tornara de sus tonos, sus colores. Aeel en una de las muchas tardes que pasabamos practicando el tiro con la pistola me explicó lo que sentía al usar su don, me explicó como todo se pintaba del color de la sangre más intensa y creía que por ello sus ojos pasaban a ser unas llamas si control ¿Y si el azul de mis ojos se había intensificado hasta el punto de teñir mi visión y controlar mis sentidos.

Salí despacio de la sala y me dirigí a la parte trasera, un tranquilo espacio al aire libre. Delante de mí había algunas hileras de árboles ligeramente secos, seguía fascinado y aterrado por lo que acababa de suceder. Levanté las manos despacio, miré los árboles y cerré los ojos, me concentré en lo que sentía, a mi alrededor un pequeño estruendo y el sonido de las llamas camuflado entre en el de los árboles cayendo. Abrí los ojos, la primera hilera estaba en llamas, pero el rojo no relucía en ellas, eran del color del cielo intensificado, como un mar iluminado desde el interior, como un zafiro ¿Era capaz de eso?

La segunda hilera no se encontraba en llamas ya que lo que fuera que había hecho no había llegado hasta allí. Intente repetirlo, unos hilos de luz aparecieron en mis manos, eran como un pequeño rayo, fijé la vista en los árboles intactos tras las llamas. Los hilos de electricidad impactaron en los troncos secos que se quemaron entre llamas azules, aquel fuego parecía tan frágil pero era tan destructor, arrasaba todo lo que encontrara sin control, sin importarse por las vidas que se consumían a su paso.

Yo lo había provocado, yo era el que lo arrasaba no el calor extremo de las llamas, yo era la llama zafiro en el incendio.

-Mierda- dije saliendo del mar de pensamientos en el que flotaba- Como carajos arreglo yo esto- dejando de lado el hecho de lo que había hecho yo con un rajo, me encontraba frente a un incendio azul consumiendo la vida de aquellos árboles y no sabía cómo apagarlo. Miré hacia el almacén ¿Y si pedía ayuda a Aeel? Quedaría como un niño torpe pero por lo menos el almacén no ardería en llamas.

-Aeel por favor despierta- grite dulcemente con el nerviosismo consumiendo mi voz- la sacudí ligeramente más no despertaba ante nada- Capullito de alelí- insistí impaciente- ¡Aeel joder que vamos a arder en minutos!- grité, no se inmutó tan solo se revolvió como si el sonido de mi voz le fuera molesto y perturbara sus sueños, capulla. Cogí la parte inferior del fino colchón cubierto de mantas y lo volqué sin pensarlo dos veces.

-Estás muerto - amenazó somnolienta, al ver mi ceño fruncido y la cara de preocupación se levantó, cogió la pistola y se puso las botas-¡¿Que está pasando Newt?!

-Puede que haya incendiado los árboles de la parte de atrás- dije dando un par de pasos atrás procurando seguir con vida.

-¿¡Qué has hecho que!?

- Si quieres me matas más tarde, cuando no tengamos peligro de morir en este lugar.

-Eres gilipollas- finiquitó corriendo hacia el incendio con el único extintor que había.

Al girar la esquina la encontré mirando estupefacta el fuego- ¿Porque el fuego es azul y no rojo?- la sorpresa se notaba en su voz.

-Hacemos una cosa, primero apagamos el fuego y luego te explico el porqué- dije llegando a su lado agitado.

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-Empieza a largar antes de que manche tu preciosita cara de sangre- se encontraba ante mi con su mirada clavada en la mia, era como si unos cuchillos que se clavaran en mi, me iban matando y rasgando mi interior hasta salir al exterior y dejar caer un cuerpo inerte y desfigurado. Sabía que no me mataría pero no podía evitar sentir que en cualquier momento la demencia y las sed de sangre de sus ojos guiarían sus actos hasta que ya no quedara parte de mi que destrozar- ¿Sigues ahí, Newt?

-¿Que es exactamente lo que necesitas saber con tantas ansias, que te carcome tanto que siquiera me has dejado dar un trago al agua?- volví a crear, o intentar crear, mi burbuja de superioridad. No apartaba la mirada de la chica que me devoraba las entrañas por no dejar que entrara al servicio primero, el era el mayor en la sala más Aeel era la más mortífera.

-No se, empecemos con ¿¡Por que cojones aquellos arboles estaban en llamas!?- cuestionó clavando la daga en la mesilla sin piedad ni control.

-Los incendié después de que te desmayaras practicando- contesté firme.

Su rostro cambió la ira desapareció y fué remplazada por la intriga y la ausencia pero el ceño fruncido de su frente se mantuvo impasible-¿Que fue lo que sentiste antes de que cayera inconsciente?

-Sentí la energía recorrer mi cuerpo e inundarme hasta controlar mis sentidos, sentí como la electricidad me recorría y la canalizaba en una especie de rayo contra ti- Aeel bajó la mirada, observó sus manos, percibí como mi brazo se descomponía al compas de una melodía que resonaba por la sala, Aeel estaba cantando y usando su poder contra mi- ¿Que estás...?

Mi voz temblaba y mis ojos mostraban el terror y la confusión que me abrumaba en aquel instante.

Deje de percibir mis piernas. Temía mirar abajo y no encontrar mis extremidades- ¿¡Aeel que mierda estas haciendo!?- grité confundido, no era capaz de levantarme y la castaña seguía absorta en la melodía que resonaba incluso ante mis gruñidos y gritos- ¡Respondeme joder!- mi pulso se aceleraba, el sudor caía por mi frente.

El cielo descendió de nuevo, los azules de mi alrededor se intensificaron y engulleron el resto de colores. Una mirada, mi compañera abrió los ojos y al ver los mias un hilo tiró de la comisura de sus labios y sonrió. La energía me inundó de nuevo e iluminó en forma de rayo hasta a impactar en la pared peligrosamente cerca de la cabeza de la castaña.

-A funcionado- tan solo eso, no dijo nada más. Se levantó y fué a por un baso de agua y me lo ofreció con una sonrisa dulce- ¿Quieres?

-¿¡POR QUE HAS ECHO ESO!?- estaba estupefacto e irritado. Ella no reaccionó, se sentó junto a mi y dió un trago de agua del vaso que debía ser para mi.

- Tienes poderes, lo que nos da más posibilidades de victoria en la misión de rescatar a los reclusos del gobierno.

-¿Hacía falta hacerme desaparecer por partes para llegar a esa conclusión?- estaba realmente impresionado con la cantidad de demencia que había en la morena pecosa con la que escapó sin mirar atrás- ¿Y si no hubiera reaccionado?

-No se, pero ahora no importa, hay que fortalecer el control de tus poderes como hemos echo conmigo estos últimos días- me ofreció de nuevo el vaso, bebi para deshacer el nudo de mi garganta- Hay que planear la misión como si nos fuera la vida en ello ya que puede que así sea- era increíble que trás lo que acababa de pasar yo siguiera confiando en ella, no sabía si considerarme, leal o estupido. 

Más bien era estúpidamente leal

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