Capítulo 8

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*Newt*

Tras una semana de trabajo y compras el lugar estaba mínimamente habitable. Teníamos un sofá de piel, dos plegatines donde dormimos, una neverita, un calefactor...cosas que uno consideraría mínimamente esenciales.

Era temprano y los rayos de sol entraban e iluminaban todo el almacén, era mucho más pequeño de lo que se veía por fuera ya que la otra mitad era realmente inhabitable. Aeel dormía tapada con mantas hasta la cabeza, el remordimiento me comía por dentro todas aquellas personas que estaban atrapadas en aquel lugar ¿Tan difícil sería ir y sacarlas de allí? Nosotros habíamos escapado y si, habíamos salido heridos, pero habíamos salido con vida.

No se si Aeel lo recordaba pero yo había visto como la puerta se descomponía y se recomponía cuando salimos de allí; un día al volver de las compras la había encontrado mirando a un rincón concentrada y en cuanto me vió una pequeña montaña de tablas de madera reapareció en la esquina, estaba practicando con su don, en ese momento lo había ignorado... pero ahora. Si quería salvar a alguna persona de estar en aquel infierno ella debía controlar mínimamente sus poderes en caso de necesidad, en caso de que yo no pudiera ayudarla.

-Aeel levanta, es hora de entrenar- la sacudi, no despertaba- vamos, ya has dormido mucho- Tu lo has querido, cogí la pistola de debajo de mi cojín y dispare un par de veces, grite de falso dolor, como si estubiera al borde de la muerte. Rápida, ágil, agarró la pistola y sacó la daga de su bota y apuntó con ellas hacia la puerta-¿ Ya despertaste?- sonreí ante la cara de odio profundo que me dirigió.

- Algún día te despertaré de la misma manera- se relajó y tumbó en la cama, estaba muy dormida.

-Tengo una idea.

-Y...

-Vamos a volver para salvar a los demás- dije sonriendo.

-¿Y como piensas hacer eso? Ni que fuera tan sencillo- no le convencía en absoluto la idea- Pondríamos mucho en riesgo, nos podrían capturar.

-Vamos ha planearlo todo minuciosamente por días y entonces- di un golpe contra la mesa- ¡Bum! tenemos a la gente libre. Y no nos capturarán por que tu me enseñarás a usar un cuchillo y juntos practicaremos a tirar con la pistola desde lejos y cerca, ah usarla con soltura. Y...- ella me hizo un gesto impaciente para que prosiguiera- practicaremos con tus poderes.

-¿¡Que!? No, yo si quieres práctico contigo el cuchillo y la pistola pero no vamos ha usar mis poderes- fué a por algo de desayunar, eso significaba que no quería hablar, más simplemente la ignore.

-¡Tienes un don!- la perseguí hasta el sofá- ¿Por que no deberíamos aprovecharlo?

-He dicho que no, coge la pistola vamos a disparar fuera- fué hacia la esquina para coger algunas tablas- no hace falta chaqueta, hace muy buen tiempo.

- Ví como practicabas, hiciste desaparecer las tablas.

- No las hice desaparecer, las descompuse. Se lo que pretendes y no funcionará- dijo sería encaminandose hacia la parte de atrás del edificio. La seguí.

-¡¿POR QUE CARAJOS NO QUIERES DEMOSTRARLE A LOS DEMÁS LO QUE PUEDES HACER?!

-¡POR QUE NO QUIERO SER OTRA VEZ UN MONSTRUO! ¡NO QUIERO QUE ME ODIES!- giró bruscamente, lanzó las tablas al suelo y se sentó apoyada en la pared con la cabeza gacha.

-Yo no pienso que seas un monstruo y sin duda no te odiaré, jamás te odiaría- me senté junto a ella y pasé mi brazo por encima de sus hombros- Dame una razón por la que deba creer que eres un monstruo, solo una.

-¡Newt le he rebentado la cabeza a un hombre porque estaba enfadada!-Gritó con unas lágrimas cristalinas cayendo por sus mejillas, no pensaba que fuera un monstruo, de hecho la admiraba, lo que hacía me parecía asombroso.

-Lo que hiciste me pareció asombroso y nadie debería dudarlo y menos tú misma- la animé, por su mirada de dolor lo supuse.

-¿Quién te ha dicho que lo eras? dime quien- le pregunté serio, nadie podía llamarla monstruo o sería lo último que diría ¿Por que la sed de sangre era tan inmensa en mi interior? No me respondió- ¡DIME QUIEN!

-Tranquilizate porfav...

-¡NO VOY A TRANQUILIZARME! ¡¿QUIEN MIERDAS HA SIDO?!- grité enfurecido, no podía, me levanté y comencé a dar vuelta procurando relajarme, sacar de mi cabeza aquella sed de sangre.

-Fue una señora, su hijo iba a coger un juguete en medio de la carretera y ella estaba mirando el escaparate de la tienda, el coche se acercaba demasiado rápido y el no se fijaba, entonces yo...lo desmaterializé y lo volví a materializar junto a mi- volvió a enterrar su cabeza entre sus piernas- La cara de aquella mujer fué como una flecha en mi pecho, solo había odio y horror, ni una pizca de agradecimiento o alivio. Anes de llevarse a su hijo me miro y me llamó monstruo, aquella palabra me cayo como ácido- se abrazó a mí y apoyó su cabeza en mi hombro- No quiero ser un monstruo.

La ira creció dentro mi, la sed de sangre...; la gente era tan estúpida, en cuanto algo que no conocían se ponía ante ellos ya le temían, siquiera sabían si era bueno o malo pero como no lo conocían ya no era bueno, era una atrocidad, un monstruo. Había salvado a su hijo de ser atropellado y en vez de agradecerle, o como minimo sonreirle, había ido y como si nada la llamó monstruo; como si no hubiera sido algo así como el angel guardián de aquel niño, había tenido la vida de una criatura en sus manos y había decidido protegerla. El monstruo había sido aquella asquerosa señora que no veía más allá de sus narices.

-Vale, no pasa nada- por fín estaba más tranquilo y aquella sed de sangre repentina había desaparecido en un segundo- Quiero que entiendas una cosa, el único monstruo que he conocido en mi vida es la sociedad. Son tan estúpidos que no pueden darse cuenta de que aún que algo no sea lo que conocen no ha de se una atrocidad ¿Entiendes?- asintió secándose las lágrimas- Y si lo que te impide aprender a usar tu don són esos estúpidos ya te estas levantando y practicando, lo que tu posees es asombroso y nadie tiene derecho a decirte lo contrarío y menos tu puedes creertelo.

Cogí una tabla y la hice un gesto para que me prestara atención- Quiero que descompongas esta tabla.

-No es tan sencillo, mis poderes también dependen de mis emociones. El día que te salvé de aquel hombre estaba realmente enfadada y el momento en el que descompuse la puerta estaba frustrada, muy frustrada y cuando...salve al niño tenía miedo de que le pasara algo, de que muriera- contestó levantándose y recomponiendose tras haber llorado.

-Hecho, piensa que esta tabla es un hombre apuntandote con una pistola y lanzando piropos asquerosos- dije tras haber meditado que podría odiar, ella me miró con una ceja arqueada mas tras unos segundos asintió. Miró la tabla concentrada, evité reírme como pude, entonces comenzé a dejar de sentir la madera en mis manos y en cuanto miré mis manos no había madera ya no estaba. Aeel levantó la mano, apuntó al coche y la tabla reapareció apoyada en la rueda- Vale eso ah sido facil ahora quiero que lo intentes con esas piedras pero no quiero que las transportes, quiero que las revientes, canaliza todo tu odio, piensa en toda la mierda que te ha caído encima en estas últimas semanas. Todo desde la explosion- levantó las manos y el color de su iris pasó del miel verdoso al rojo, rojo sangre. Las piedras volaron en pedazos, miró a el ala que estaba destrozada y el color de sus ojos se intensifico, una explosión, todo se llenó de polvo y caí al suelo por la fuerza de la explosión.

Aeel me llamaba- ¡Newt! ¡Newt donde estás!

-¡Aeel!-Grite algo ronco, una piedra me había dado en la boca del estomago. La niebla se disipó, se acercó junto a mi y me ayudó a levantarme- A sido increible.

-Vete a la mierda- me dijo suspirando.

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