Capítulo 15

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Miles de pedazos del castillo volaron en diferentes direcciones, incluso llegando algunos de ellos a sus pies. Abraham estaba perplejo ante tal escena, se quedó en shock, incapaz de moverse.

Los restos de aquel castillo que alguna vez estuvo en pie ahora descendían a través del agua en una lenta caída. Abraham corrió hacia el derrumbado lugar, su vista estaba siendo obstruida por el polvo provocado por la explosión, no le quedó de otra opción que avanzar a ciegas sin pensar en las consecuencias.

Se preguntaba constantemente si los Flushlianos se encontraban bien o si al menos Angela había logrado sobrevivir.

 —¡Abraham! —llamó alguien a sus espaldas.

Él no se detuvo tras reconocer que la voz pertenecía a Kya, sólo podía pensar que era su culpa el haber traído a los Beldaedrodarks hasta ese lago.

Cuando el polvo por fin se disipó y logró ver lo que se hallaba delante suyo, sintió su corazón dar un vuelco al presenciar semejante panorama. Habían Flushlianos atacándose unos contra los otros a diestra y siniestra, con puños, dientes y cualquier objeto que podían tomar como arma.

Gritos y lamentos se escuchaban por donde fuera que Abraham se girara, escombros del castillo yacían varados en el suelo, sólo existía una palabra para describir lo que sucedía: Desastre.

De repente una mano tomó su hombro, obligándolo a voltearse. Era Kya y lo miraba muy preocupada.

No podemos quedarnos aquí —dijo ella en su mente con una pizca de seriedad.

¿Qué sucede con ellos? ¿Por qué se atacan? —preguntó Abraham, lleno de horror.

Kya tensó la mandíbula.

Fueron poseídos por... por los Beldaedrodarks.

¿E-ellos los pueden poseer ?

Sólo si se logran acercar lo suficiente. 

Debe haber algo que podamos hacer para ayudarlos.

No podemos hacer nada, una vez que eres poseído por un Beldaedrodark no hay nada que se pueda hacer al respecto.

¡No! Tenemos que hacer algo —Abraham trató de acercarse a los Flushlianos, pero Kya se lo impidió, sujetándolo de su muñeca con fuerza—, ¡Suéltame!  

¿No lo entiendes? Si vas a allá lo único que conseguirás es que te maten.

¡No me importa! Necesito ayudarlos, fue mi culpa... 

Sin poder contener las lágrimas, Abraham forcejeó contra el agarre de Kya, aunque era en vano, pues ella se negaba a dejarlo ir.

—Si me permite decirlo —dijo Quiromé con indiferencia—, no creo que la muerte de estos Flushlianos represente una verdadera pérdida. No hay razón por la cual sentirse culpable, es más, creo que le ha hecho un favor a Edaland...

¡Cállate! ¡Tú no sabes nada! —rugió Abraham con furia, su campo de visión se nublaba a causa de las lágrimas, pero aún así podía seguir viendo a los Flushlianos seguir luchando justo frente a sus ojos. En pocas palabras, era desgarrador.

Kya lo envolvió en un abrazo y Abraham no pudo apartarse de ella.

Vamos, Abraham, debemos irnos —susurró ella con suavidad, acariciando su cabello con lentitud.

Abraham se dio cuenta que era inútil resistirse e intentar ayudar en algo que no tenía salvación. Sorbió su nariz y se dejó guiar por Kya, sin poder alejar su mirada del suelo.

Árbol Del Juicio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora