Dos

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Grecia


No podía negarlo, si me había emocionado. 

Pero no tanto como Ally que parecía que en cualquier momento iba a explotar de la emoción.

—Podrías calmarte un poco, me estas causando ansiedad —Kels le dijo a mi hermana que no dejaba de dar saltos repentinos.

—¿Cómo quieres que me calme?, estuvieron en presencia de Jax Mason, ¡Jax Mason! La sensación juvenil del momento. ¿A qué huele?— me observó y lo pensé pero no lo dije.

—Largo de aquí los tres, quiero estar sola—empujé a mi hermana y a mi prima, por ultimo le dediqué una mirada a Axel que seguía perdido en su teléfono.

—¿Pero yo que he hecho?—se quejó levantándose.

—Existir.

Me había quedado sola y me sentía mejor aunque afuera podía escucharlos discutiendo por cualquier cosa.

Y volvemos a la normalidad.

No me gustaba celebrar mis cumpleaños, de hecho desde que mamá se fué. Fué muy doloroso tener que celebrar mis siguientes cumpleaños sin su presencia y tener que fingir ante papá que todo estaba bien cuando no era así. Mamá se encargaba de prepararme su delicioso pastel casero de chocolate el cual era mi favorito. Después de su "muerte" o al menos así le decía yo,n papá hacía todo lo posible por sacarme una sonrisa y yo se lo agradecía por que sabía que papá solo quería verme feliz y no triste.

Papá era mi héroe.

Un mensaje de texto de Sofía me llegó diciéndome que nos reuniremos en un café. Eran casi las cuatro de la tarde y hace rato había decido ponerme a ver cualquier película que encontrara en Internet. Me estaba aburriendo así que fui a darme una ducha, mi cuerpo sintió alivio en cuanto tocó el agua, el verano cada año quería ser más fuerte y el calor insoportable; me coloqué mi ropa interior y abrí mi closet para buscar algo cómodo. Amaba usar shorts así que lo que más abundaba en mi closet eran shorts de todo tipo. Tomé uno de tiro alto con algunos detalles con piedritas brillantes y me los coloqué, tomé una camisa color crema.

Tomé mis botas color negra y me las coloqué después de ponerme unas medias de colores que me gustaban usar mucho.

Peiné mi largo cabello oscuro el cual cayó húmedo sobre mi espalda, no me gustaba mucho mantenerlo suelto pero digamos que hoy sería una excepción por mi cumpleaños. Maquille mi rostro dándole un poco de color a mi tez pálida y resaltando mis ojos verdes. No me gustaba usar labial así que aunque tuviera no los usaba para nada, finalicé tomando mi chaqueta de cuero la cual me había obsequiado papá hace unos dos años, alcancé mi celular y algo de efectivo para caminar al café.

El café era nuestro lugar, allí nos habíamos conocido cuando iba en tercero de preparatoria pero no solo a ella la conocí allí si no también a Alanna pero ella ya no pertenecía a nuestra a vidas. Recuerdo que fue una tarde que salí temprano de clases, nunca fui buena haciendo amigos así que me gustaba la soledad de poder llegar aquí y sentarme a tomar un delicioso chocolate frío con espuma en compañía de un buen libro, en ese entonces leía Boulevard, un libro que recién había salido el cual estaban siendo la sensación del momento. Ellas se habían acercado para pedirme permiso de sentarse en las sillas al otro lado donde yo me encontraba, el lugar siempre vivía lleno y a mí no me molestó para nada que ellas se sentaran junto a mí. Aunque acepté era incomodo por que no hablábamos hasta que Alanna rompió el hielo y comenzamos a hablar acerca el libro que leía.

Atravesé la puerta sintiendo aquel cálido aroma que una vez que lo sentí me di de cuenta que lo había extrañado, el aroma a café y a chocolate me hizo recordar por que me gustaba venir aquí casi todos los días. El lugar estaba medio lleno, entre todas las personas logré ver la mano que se alzaba y era de mi querida Sofía.

La Oscuridad de Jax [1]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora