•Capitulo 14•

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Carol
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—Tienes que ayudarme a sacarla de aquí por un proceso legal. Solo... mírala, ella no es peligrosa. Si lo fuera, ¿crees que habría quedado en ese estado?

Igual como ya hace tiempo—quizás días, o solo horas— puedo escuhar conversaciones de todos los que hablan a mi alrededor. Aunque la única conocida es la de Magnus.

No sé si estoy muerta y mi alma espía personas conocidas o estoy en un profundo sueño del que no puedo despertar; no siento la presencia de mi cuerpo, es como si hubiera sido decapitada y mi cerebro siguiera funcionando. Pero sí sé que en todo lo que he escuchado, él trata de salvarme.

Hay un fuerte olor a medicinas y el ambiente se siente frío en la piel de mi rostro.

—No se trata solo de mi, Magnus.—responde una una voz femenina que desde luego se ha vuelto familiar.

—Pero si me ayudas, lo podemos conseguir; tienes contactos, conoces gente...

—Ella no está aquí por nada, Magnus. Ella dejó en coma a una chica, la cual ya lleva dos meses en el mismo estado, sin avances.

—Si ella regresa allá, morirá. Debes ayudarme.—Le suplica, Magnus.

—Puedo conseguir que le otorguen cárcel domiciliaria. Es todo lo que puedo hacer.

—Cla... claro—su voz se entrecorta—eso es suficiente, solo quiero que esté a salvo.—Su voz se siente tan entusiasmada, aunque no logro entender del todo lo que está pasándome. Sé que él me intenta rescatar.

—Bien, primero debe despertar. No sabemos hasta cuándo estará en coma.

¿coma? ¿estoy en el cuerpo de la chica que golpeé? ¿qué?

—No tardará en despertar, los daños no fueron tan graves.

¿Daños?

Escucho pasos que se alejan.

Lucho por moverme, pero mi cuerpo no responde, es como si mi cerebro reaccionara después de minutos, para al final no llevar a cabo ninguna acción. Al menos no una que pueda sentir.

—Te extraño mucho, Carol. Necesito que despiertes, por favor.—es la voz de Magnus ahora más cercana, quebrada y a un hilo de llorar.

Nada de esto tiene sentido, simplemente, nada tiene sentido. No perdí la memoria, reconozco voces, ¿Por qué no sé qué me pasa, ni puedo abrir los ojos o moverme?

—Durante años, te busqué—Retoma, Magnus—un día, hacen ya seis años; sentí un gran alivio cuando me encontré a tu abuela por las calles; pensé que me llevaría contigo. Pero me dijo que no quería que nadie de mi familia se acercara a ti. Seguro...—su voz se quiebra un poco más y mi corazón se encoge— ella pensaba que te odié por matar a mi hermano, pero, le hiciste un favor a todos. Era un cerdo, se lo merecía, tan solo eras una pequeña e inocente niña. Y ahora que te tengo de nuevo, no quiero perderte. Te necesito. Carol, por favor, necesito que luches como siempre lo hiciste.

Quiero decirle que estoy aquí y que estoy con él, pero mi cabeza se siente como si una enorme roca estuviera dentro, haciendo que se sienta tan pesada.

No puedo repasar ningún recuerdo cercano.

Intento mover el dedo.

Simplemente, mi cuerpo no reacciona.

Otra vez.

¡Sí, funciona! mi pulso se acelera.

—¿A... acabas de mover un dedo?—pregunta con asombro.

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