Días antes.
Las olas formaron un remolino contra sus largas y fuertes piernas, las miró detenidamente esperando que se calmaran y fluyeran permitiéndole avanzar. Era de noche, hacía mucho frío, pero tenía que estar allí para salvar a aquella peliblanca. De reojo observó el rostro apaciguado, ojos cerrados bajo unas largas pestañas, unas mejillas pálidas y la punta de la nariz coloreada de un rojo debido al frío.
Yelena lanzó un gruñido pensando en lo débil que era aquella criatura, tan delicada al tacto e inocente a su alrededor. No inocente, no.— Estúpida. —murmuró en voz alta, comenzando a avanzar para poder por fin salir del mar. Sus pies tocaron la húmeda arena y sintió como se adhería a su piel. Con irritación dejó caer el cuerpo inconsciente a la orilla, no fue tan cruel para dejarla impactar.
Miró la mancha de sangre en la ropa, extendiéndose cada vez más debido al agua que la había rodeado. Sin intenciones de seguir mucho tiempo allí, volvió a cargarla hasta llegar al muelle. No quería levantar sospechas, la mayor parte de la Legión y de la policía militar estuviera en las murallas, fue fácil burlar al resto.— ¿Qué te hace tan especial? —comenzó a quitarle el vestido, dándose prisa para que no siguiera perdiendo sangre. En Marley aprendió muchas cosas, entre ellas, medicina. No solo era una infiltrada y de la facción Anti-Marley, ella era una gran mujer experta en varias cuestiones, y todo gracia a Zeke Jaeger, quien la aceptó como su subordinada, instruyendo y compartiendo sabiduría e ideales con ella. Esa era la razón por la cual cuidaba de la albina, porque aunque le pesara, Eirene era el más grande amor de Zeke. No lo entendió hasta verla de cerca, tan hermosa que parecía irreal, era un diosa quizás, pensaba cerrando la herida después de haber retirado las balas. Sí, seguro era eso, pensaba sin encontrar más explicaciones de cómo sobrevivió a dos disparos en el estómago.
Una deidad hecha mujer y que bajó a la tierra para procurar la vida de la humanidad. Rió en voz baja, si eso resultaba cierto, que patético. Le gustaría reírse de cómo una pureza cayó en los encantos de un demonio como Eren Jaeger. Podría decir que era una inocente de maldad y no podía ver más allá, porque su bondad se lo impedía, pero a los ojos de Yelena, Eirene era una idiota cegada por el amor, con un plan tan estúpido que no logró hacer nada por Eldia. Al contrario, se derramó más sangre de la esperada y se confirmó la guerra entre la isla y las naciones.
Estaría bien. Se repitió dejando atrás a aquella mujer, sola en la orilla de la playa. Alguien más la encontraría y cuidarían de ella.
Le había prometido a Zeke que cuidaría de ella y no la dejaría cerca de Eren, pero Yelena prefería deslindarse de todo lazo con esa mujer. Tenía tres razones de peso para hacerlo, la primera y más importante, porque necesitaba estar al lado de Zeke cuando se encontrará con Eren y unieran fuerzas. La segunda porque debía volver a las murallas antes de que comenzaran a sospechar otras cosas, y la tercera, esa era interesante. Quería saber cuál sería el desenlace entre Eren y Eirene. Si ella resultaba ser un símbolo de paz, que haría cuando supiera que su amado era un monstruo lleno de sed de venganza hacia Marley. Seguro que sería entretenido verlos pelear entre ellos defendiendo sus propios intereses. Eren lucharía con todo para lograr la libertad de su gente y Eirene había demostrado dar su vida por la paz de la humanidad, sin duda aún quedaban piezas por descubrir, pero los caminos ya habían sido trazados.
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B R O K E N ¦ EREN JAEGER
FanfictionROTO ━━ ❛ Tú luchas por la libertad y yo lucho por la paz. Espero que alguno de los dos pueda ganar esta batalla.❜ Eren creía que más allá del mar residían sus enemigos, personas con un increíble odio hacia las person...