Capítulo 4

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Viernes, 23:00.

-¿Esos no son Pablo y sus amigos? –dice Marta, sorprendida.

Nerea gira la cabeza rápidamente. Bueno, cada vez que oye “Pablo” gira la cabeza rápidamente, no sea que se pierda cómo parpadea.

-Nerea, si parpadeas, Pablo seguirá ahí, ¿sabes? –dice burlonamente María.

-¿Eh? Ah. Sí. Ya, ya.

Nerea recorre a Pablo de arriba abajo. Tiene el pelo castaño oscuro, y los ojos verdes, como dos esmeraldas. Hoy lleva unos vaqueros, unas deportivas y una sudadera roja. Está guapísimo.

Y de pronto, Nerea se encuentra con la mirada de Pablo sobre ella.

Bueno, se da cuenta de que no está precisamente en su cara.

“Espera… ¿me está mirando de arriba abajo?”, piensa Nerea súper sorprendida.

-A ver si al final sí que le vas a interesar –dice Marta entre risas, a la que no se le ha pasado por alto la mirada que Pablo le ha echado a Nerea.

En su recorrido, ambas miradas conectan.

Nerea no quiere interrumpir eso y no aparta la mirada. Simplemente disfruta de lo que le produce la sensación de que haya una posibilidad de gustarle a Pablo.

Él por su parte, la mira como si no hubiese otra más en la Tierra que ella.

Porque, aunque Nerea nunca se ha dado cuenta hasta ahora, Pablo lleva un tiempo mirándola furtivamente, y a sus amigos tampoco les pasa desapercibido.

Pablo lleva dándole vueltas a lo del trabajo una semana y media. ¿Le tocará con Nerea? Y si es así, ¿podrá acercarse más a ella? Pero seguro que no tiene la suerte de que les toque juntos…

Y, de pronto María le dice algo a Nerea y ella se ve obligada a mirarla.

Y se acabó la magia.

Pero ninguno de los dos olvidará la intensidad con la que se miraron.

-Bueno tío, ¿te vas a lanzar o no? –le dice a Pablo su amigo Miguel.

-No sé cómo hacerlo. No quiero que piense que no voy en serio, ¿sabes? Me gusta mucho, Miguel.

-Tampoco es para tanto, la chica. Tiene un buen culo y eso, pero nada más.

-Tío, eres un puto saco de hormonas –dice Pablo molesto.

-¿Y qué te gusta de ella?

-Bueno. ¿Has visto su mirada? No hablo de sus ojos, ¿sabes? Es que tiene una mirada especial, y es simplemente preciosa, y muy lista y…

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora