Capítulo 13

75 14 6
                                    

Lunes por la mañana. Narra Nerea.

Como siempre desde que salgo con él, me despierto con un mensaje de Pablo de buenos días. Ya no necesito alarma; simplemente me pongo el sonido al máximo y, no sé, quizá porque es él, quizá por otra razón, pero no me cuesta tanto levantarme cuando lo primero que leo es un mensaje diciéndome que pase un buen día y que me quiere mucho.

Me levanto, hago mi cama tranquilamente, voy al baño, me lavo la cara, los dientes y me peino. Luego me dirijo otra vez a mi habitación, pero ya tengo la ropa preparada; otra cosa que Pablo me ha pegado. Este chico me está convirtiendo en una santa.

Me pongo unos pantalones vaqueros cortos, una camiseta rosa suelta y unas converse blancas. Por fin, ¡ya estamos a final de curso! Esta es la última semana. Por suerte ya hemos terminado todos los exámenes, esta semana es todo relax.

Además, mi cumple se acerca, es el 22 de junio, este viernes. No lo celebraré, me basta con Pablo, Marta y Raúl. Aunque me hubiera gustado hacer una fiesta, pero el tiempo se me ha ido echando encima, y al final he decidido dejarlo pasar.

Me hago una trenza de espiga, y salgo a la cocina, donde, para mi suerte, me esperan un par de tostadas con Nutella… de verdad que creo que no hay nada mejor que eso. La Nutella está hecha por los dioses.

Termino de desayunar, y como estoy sola en casa porque mis padres ya se han ido a trabajar y mi hermana está en no sé qué cosa de su colegio de la que, seguro que mis padres me han hablado en alguna comida, pero la verdad es que… estaría… ausente. Vamos, que no le he prestado atención.

Me echo la cartera al hombro, y bajo.

Veo a un sonriente Pablo y a una visiblemente nerviosa Marta.

Saludo a los dos, y salimos.

-¡¡¡No aguanto más!!!! ¡Estoy como un flan! –exclama Marta.

-¿Qué pasa? –pregunta Pablo, desconcertado.

-Bueno, me vas a deber una cena, chico. Porque Marta va a ser sincera con Raúl… y seguro que él va a querer estar con ella. Una pista: me encantan los italianos –digo guiñándole un ojo.

-¡Seriedaaaaaaaaad! ¡Que estoy muy nerviosa!

Pablo ríe, y dice:

-Yo estaba igual cuando me declaré a Nerea, ¿sabes? Además, casi no me atrevo, se quedó con una cara… ¡Esperaba algo más! Y entonces la sorprendí –dice dándome un beso.

-Eh… Bueno, sí, la verdad es que me quedé un poco flipada. Pero ¡fue muy bonito! Parece que hayan pasado años luz y fíjate, sólo 5 meses –digo yo.

-Los mejores cinco meses de mi vida –admite él.

-Entonces estamos igual…

-¡Sí, sí, sois muy felices, y coméis perdices, y todo ese rollo, pero, ¿¿hola??! ¡Estoy aquí, tortolitos! ¡Y no sé cómo decírselo! –dice Marta nerviosa.

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora