Capítulo 2

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Capítulo 2.

Nada más entrar todo el mundo se calla. Nerea tarda unos segundos en asimilar que no es por ellas dos, sino por la presencia de la profesora Blanca, quien goza de una fama bastante beneficiosa para ella en estos casos.

-Buenos días –saluda la profesora.

“Buenos días”, respondieron todos al unísono.

La clase de Lengua transcurrió como siempre. Lenta, muy lenta. Y aburrida, muy aburrida.

Nerea a veces pensaba que no había hora más larga que la de la clase de Lengua, y más a primera hora.

Luego, tras mirar el reloj, justo antes de que la profesora saliese del aula, se daba cuenta de que no había sido más que una hora. Una hora más entre otras muchas.

“Pero el tiempo pasa taaaaaaaaaaan lento cuando te aburres…” pensaba Nerea sonriendo para sí.

Después entró en la clase el profesor de Francés.

Al contrario que la profesora Blanca y por desgracia para él, era un hombre bastante blando, uno de esos que se traga todo lo que le dices, y todas las excusas cuando no has “podido traer” un trabajo.

“Es irónico. A quienes más respeto les tenemos, es a quienes desconfían de nosotros, y sin embargo, a los que nos muestran su confianza, no les tenemos tanta”, reflexionó Nerea.

-¿Tienes los ejercicios de Francés? –le dice Marta.

Nerea, sin escucharla, sigue pensando, a lo suyo.

-¡Eh, tía! ¡Despierta!

-¿Eh? ¿Qué? ¡¿Qué pasa?! –se sobresalta Nerea.

-Que si tienes los e-jer-ci-cios.

-Sí. ¿Cuándo piensas hacer alguna vez los deberes de Francés?

-Cuando los cerdos vuelen, chica.

-Bueno, pues aprenderás sola, ya que no te los voy a dejar.

-¿Cómo? –dice Marta sorprendida.

-Pues eso. ¡Ya es hora de que hagas algo por ti misma! –le dice Nerea fingiendo.

-Pero… Pero… ¡Te dejo Mates!

-Los tengo hechos.

-Pues…

-Venga, no sigas inventando. Era broma, tonta, toma. –Nerea le acerca los ejercicios.

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora