Capítulo 10: Elizabeth

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Elizabeth

*En ultimas noticias*

Sabemos que la fecha de iniciación del campeonato de este año ha cambiado, debido a los daños que han sufrido las instalaciones con los sismos que se presentaron en el pasado mes de junio. Se han construido nuevas canchas de tenis especiales para la época de invierno, y así hacer posible que los juegos de este año continúen y después de prácticamente cuatro meses de retrasos, por fin podemos ver el resultado de tan ardua e interminable espera.

El británico James Mclander venció al suizo y defensor del Abierto de Australia, Stand Wesley, por lo que medirá en la final a Ian Murray, con quien se enfrentó en la final del 2010.

Parece que la disputa del Wimbledon quedará en manos de estos dos ingleses.

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-¡Felicidades!-dijo cerrando el ordenador portátil y colocándolo en la mesa de noche.

-¿Por qué?-dijo James alzando las cejas.

-Haz pasado a las finales de Wimbledon.

-Ya sabía que eso iba a suceder-dijo con excesiva arrogancia.

-¿Así?-Elizabeth inquirió una ceja.

-Si-le susurró justo ante atraerla hacia él y colocarse encima de ella.

-James…-le advirtió.

-¿Qué? Estamos solos…-dicho esto, colocó sus labios sobre los de ella, Elizabeth trataba de guardar un poco la compostura, pero al instante en el que acarició sus labios con su lengua humedeciéndolos, todo lo que quedaba de esta se espumó. Las cálidas y fuertes manos   de James descendieron por su cuerpo, atrayéndola hacia él, ella dejó escapar un gemido y él aprovechó la oportunidad, e introdujo su lengua en su boca, ansiosa de más, aferró sus manos al cuello de él, abrió mas la boca, dejándose llevar por las sensaciones de deseo que  despertaba en ella. Elizabeth no podía pensar con claridad, sentía que su corazón podía salirse de su pecho, no le importaba lo que estaba sucediendo en su entorno, no le importaba nada que no fuera James.

-Mierda-James interrumpió el beso abruptamente, para luego levantarse de la cama.

Elizabeth todavía abrumada por las sensaciones, no captaba lo que había sucedido, pero entonces se enfocó y finalmente pudo ver porque su beso tan apasionado se había terminado.

Un teléfono estaba soñando.

Ella vió a James con su móvil en la mano.

¿Justo ahora? ¿De todos los momentos del día que hay para que me llamen tienen que hacerlo justo ahora? ¿En serio?-Pensó Elizabeth.

Él se lo entregó y ella se quedó pensando en si debía responder o no.

-Sera mejor que lo hagas, algo me dice que no parará hasta que lo cojas -le dijo James.

Elizabeth suspiró y contestó la llamada, a penas que se llevó el teléfono a la oreja, pudo escuchar la voz de su padre.

-¿Dónde estás?-dijo prepotente y bruscamente.

Ella miró a James a los ojos, un poco temerosa de su padre, sabía lo que venía después. Últimamente todo se había convertido en una extensa y ardua rutina.

-Con James-su voz fue casi un susurro.

-¡Lo sabia!-dijo con altanería-Desde que ese muchacho se te acercó no haces más que descuidar tus obligaciones. ¿Debo recordarte que solo en una semana ya sabremos cuales serán los ganadores del Wimbledon? ¡Estás en la final! ¡HAS ENTRENADO PARA ESTO DURANTE AÑOS!-le alzó la voz-NECESITO QUE SE ENFOQUES Y NO TE DISTRAIGAS ¡NO DESHAGAS TODO POR LO QUE HAS LUCHADO! Hazme el favor de ir a tu departamento a descansar-le ordenó-Mañana entrenaremos temprano, protégete del frio, no queremos que se te dé por coger un refriado-después de decir lo ultimo finalizó la llamada.

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