UN ÚLTIMO DESEO - PARTE 2

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La campanilla de la puerta sonó cuando un joven de 21 años de edad con un abrigo largo que llegaba a cubrir hasta sus rodillas, era de color rojo y estaba adornado con unas cuantas finas líneas doradas. En borde de sus mangas las tenía y de ellas salían una sola hasta sus hombros donde tenía unas hombreras rojas también adornadas sus bordes con las líneas doradas, en los pliegues del cuello había de esas, por donde sube el cierre al lado también. Era el joven viajero Aiden, viajero entre universos que se encarga de recolectar historias para venderlas en su universo o simplemente darlas a conocer de manera gratis, dependiendo su humor.

Era como ver una gigante alargada mancha roja, un poco más debajo de las rodillas donde terminaba el abrigo podía verse pantalones totalmente negros y unas botas del mismo tono de negro. El cabello lo tenía castaño oscuro, los pocos rayos de luz de sol que se ocultaba tras las montañas que atravesaban los grandes ventanales del bar hacían ver su cabello castaño claro. Una cualidad que le encantaba a este personaje. Sus cejas estaban bien formadas, sin necesidad de estar retocándolas. Cualidades que llamaban mucho la atención de los demás clientes en el bar.

Sus ojos que se encontraban de color marrón claro, pero que se oscurecerían junto con la llegada de la noche, buscaron por todo el bar a su querida amiga "la muerte". Ella le dijo que lo esperaría sola en una mesa, pero todas parecían estar ocupadas. Tampoco podía reconocer a su amiga ya que cambiaba de forma humana cada vez que se revelaba ante humanos. Sus ojos se clavaron en una dirección a unos metros donde vio en una mesa una melena totalmente negra y ondulada que recordaba muy bien y solo podía pertenecer a ella. No podía ver su rostro ya que se encontraba de espaldas, y frente a ella un asiento vacío. Pero él apostaba a que era ella. Dio uno pasos hasta donde veía aquella melena. Lo cierto es que cuando Aiden visitó el universo 374 por primera vez la persona con la que se encontró fue ella, la muerte, y tenía una forma humana con una cabello largo y ondulado que el admiraba bastante y no ha olvidado aún. Al llegar toco el hombro de la joven y esta se dio vuelta dejando ver su rostro. Nuestro viajero sonrío al verla y ella sonrío al verlo. La muerte usaba la forma con la que Aiden la había conocido hace tiempo.

—Hola Aiden —dijo la joven aun con una sonrisa en su rostro.

—Hola emmmm... ¿Con qué nombre te haces pasar ahora?

La chica bajo la mirada y volvió a levantarla hacia el chico sin dejar de sonreir.

—Para ti siempre seré "Nadia".

—¿Nadia?¿Vas a tomar el nombre que te sugerí tomar en nuestra primera aventura cuando nos cruzamos por primera vez?

—Lo he tomado desde que me dijiste, sólo mis a mis amigos les dejo llamarme así y tú eres mi amigo. También hice fija esta forma humana para el nombre Nadia.

—¡Wow! –soltó Aiden totalmente asombrado —. Eso suena genial Nadia. Gracias por considerarme tu amigo. La última vez me dijiste que solo éramos conocidos.

La chica se sonrojo un poco ante el comentario de su amigo y desvió la mirada un poco avergonzada porque recordaba muy bien lo que sucedió aquella vez.

—Lo siento por aquella vez, pero he tenido tiempo para reflexionar y crecer como persona.

—Uy, uy, uy. Suena a una historia de crecimiento personal para contar ¿Es lo que querías contarme? ¿Tu historia de cómo asumiste que eres la muerte? –hablo rápido Aiden sacando de su bolsillo una libreta y un lápiz y una goma, todo listo para anotar mientras que la chica reía un poco negando con la cabeza.

—No, No, No. Luego habrá tiempo para esa historia, ahora quiero contarte otra. —la cara de Aiden cambio totalmente a una de intriga—. —¿Te molesta si espero a la merienda para contarte?

El joven negó con la cabeza.

—No me molesta, puedo esperar. Tomate el tiempo que necesites. Y quiero pedirte perdón la tardanza —dijo El Viajero—. Es que no encontraba mi abrigo azul oscuro y resultó que estaba lavado, me olvidé de eso. Yo lo siento por la tardanza....

—No hay problema —interrumpió Nadia—. Hasta en otros universos suceden cosas así ¿Cierto?

—Sí —contestó sonriente el chico.

Mientras esperaban Aiden y Nadia aprovecharon esos minutos para ponerse al día, Nadia le fue contando de que cada vez se acostumbraba más a ser la muerte, porque lo cierto es que ella antes era humana, pero termino convirtiendo en lo que llaman la muerte, pero ella no es la única, hay más como ella. Tampoco es que ella sea la muerte, es un ángel encargado de guiar las almas al cielo o infierno y ayudarlas a descansar en paz. Hay más como ellas y desde hace siglos, el hecho de guiar las almas los humanos apodaron a este ángel "La muerte", los humanos no logran distinguir a estos ángeles ya que siempre visten igual, túnicas negras y la capucha que usan impiden que su rostro se vea. Además, la forma con la que los humanos lo ven es como un esqueleto en caso de acercarse mucho. Aiden escucho atenta y luego paso a contarles de manera muy breve las aventuras de otros universos. En medio de la conversación el mesero apareció para tomar sus órdenes, anotó atento los pedidos de los dos jóvenes. Ambos ordenaron licuados, ella de frutilla y él de banana, junto de tostados. Cuando trajeron lo que ordenaron Nadia corto la charla.

—Bien ¿Te cuento? –soltó rápido Nadia

—Por favor –respondió Aiden con una sonrisa y abrió su libreta en una hoja en blanco tomando su lápiz con la mano derecha dejando libre su mano izquierda para poder agarrar la comida, una pequeña costumbre que tiene: con derecha escribir y con izquierda comer o beber.

—Bien –suspiro Nadia—. Hace unos días...

Historias De Otros Mundos Y TiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora