Una Aventura Sin Título

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Al entrar a la residencia cerré la puerta de un portazo, acción que seguro anunció mi llegada, mis pisadas eran pesadas y cada una que daba iba dejando una marca de agua.


Toda mi ropa estaba totalmente mojada y además de eso, como si fuera poco, también estaba cubierto de barro, de pies a cabeza, ni mi pelo se salvó de ensuciarse. Sentía que tenía barro hasta en partes que ni sé de qué manera llegó hasta ahí. Necesitaba un baño rápido, aunque aún en el estado que estaba me seguía viendo igual de jodidamente sexy.

Solo fueron unos pasos hasta estar frente a Marlob, quien estaba muy concentrado haciendo algo que ni me miró.

—Oh, Chico, veo que llegaste, ¿Cómo te fue?—

Tire la pequeña bolsa de dinero sobre la mesa quedando frente a él —Completé el trabajo— dije seco.

—Oh muy bien— respondió alegre —Felicidade...— al parecer iba a felicitarme pero su frase se cortó apenas me vio —Madre mía ¿Qué te pasó?— exclamó totalmente sorprendido.

Levante los brazos en señal de no saber —Y no sé... Pasó que la criatura de agua durante la pelea convirtió toda la tierra seca en puro barro.

—Y parecía fácil el trabajo.

—Era fácil hasta que se complicó— suspiré —pero conseguí la paga— señalé la bolsa de dinero —Dijeron que como se complicó agregaron unos centavos más.

Él miró la bolsa —Al parecer fueron varios centavos más— yo ni contar quise, solo quería volver a casa —Bueno, con esa carita de angel y de niño que tienes, nadie apostaría por ti en una pelea, seguro se compadecieron de ti.

—Oye— entrecerre los ojos.

—Ve el lado bueno. Con eso ganamos centavos extra.

—Ya, ya, ya. Iré bañarme— anuncié.

—¡Deja de ensuciar la casa!— me reprocha en lo que me iba.

Dejé todas las armas que cargaba sobre la mesa de mi habitación, luego las limpiaría, proseguí quitándome las pocas partes de armadura que llevaba quedando con mi ropa liviana que iba bajo el equipo. Entre al cuarto de baño donde había barriles cargados de agua. No tenía los grandes lujos pero me gustaba la vida que llevaba, era mejor que la de la calle. Comencé a quitarme la ropa —Wow— exclamé al ver que había mucho barro bajo mis pantalones donde creí que no había —¿Cómo...?— recordé que aquella criatura me usó como muñeca de trapo lanzandome de aquí para allá y prácticamente me enterró en el barro.

Les haré una pequeña introducción: mi nombre es Deklan, y este mundo es un mundo mágico lleno de criaturas, obviamente mágicas. Algunas de ellas acechan todo el día buscando crear destrozos y otras simplemente conviven en armonía. Contra esas criaturas dañinas, está el ejército del reino pero también surgieron guerreros aventureros dispuestos a enfrentarlos. Como supondrán, yo soy uno de esos guerreros.

¿Mi historia? Era un niño huérfano y ladrón que intentó robar a un humilde pobre mago, termine encontrando un hogar y una familia con dicho mago. Sí, todo cursi, todo muy lindo, fin.

No tenía los grandes lujos pero me dio lo mejor que pudo. Ahora con el dinero que gano por los trabajos que hago podemos mejorar la casa, de a poco ir comprando más cosas para la misma o para nosotros, también objetos mágicos para mejorar mi equipo. Este mundo está un poco loco de tanta magia que hay, la misma afecta lo "normal" volviendolo totalmente loco... Aunque bueno... Este loco mundo es normal para todos nosotros, uno se acostumbra a andar caminando por ahí y que una gran flor aparezca de la nada e intente encerrarte en su capullo para devorarte.

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