Era un vampiro, por el amor acongojado,
viviendo entre criaturas atadas a su cruz.
Ni en mil años se había enamorado,
mas de un bello mortal, lo atrajo con su luz.
Su amor me alimentó de forma desenfrenada
y transformó sus torpes palabras en ternura...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La lluvia seguía callendo, hasta tocar el suelo de aquel piso solitario y desolado de aquella noche, donde la oscuridad cada vez se hacia más oscura.
Viendo cómo se iban alejando sus amigos, hasta desaparecer sus siluetas.
El vampiro tomó de la mano a su ángel, viéndolo con una sonrisa de felicidad que pudiera motivarlo aún más...
—Listo estas mi ángel, para una nueva vida juntos—asistiendo con la cabeza, tomo el portal de su gatito con su otra mano y Tae la maleta de equipaje de su amado...
—Listo...¡ojos bonitos! para ir a donde sea a tu lado—caminando hacia adelante, siguieron con la lluvia tomando el paraguas para que no se mojara el mortal, siendo un chico caballeroso.
Mientras que en el estacionamiento, Hobi abrió la puerta del auto para que subiera Jimin, este con una sonrisa le regalo pero a la vez, noto su preocupación y se quedaron serios por unos minutos de aquella despedida que habían tenido con su amigo...
—Estoy preocupado por Tae, nunca creí que tomará esa desicion, definitivamente el amor lo tiene cegado—expresó el peliazul, mientras Hobi lo miraba de frente...
—Dejemos que sea feliz, si esa fue su desicion es porque lo desea, desde que conocío a Jin, no a dejado de luchar por ese amor del mortal...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Sabes, nunca antes había visto tan feliz a Tae, siento que solo Jin en su mundo esta.
No dejaba de hablarnos de él, de lo lindo que lucía siempre de que deseaba la hora de verlo.
Tae definitivamente esta💘 enamorado y es algo que no debemos de interferir, es su felicidad, si eso será lo mejor, que así sea.
Agachada la mirada se noto serio el peliazul, preguntado por el motivo de su tristeza...
—Qué pasa Jimin, dije algo malo que te entristeciera—tomando su barbilla, hizo que lo mirara a los ojos.
Sus ojitos al borde del llanto estaban apuntó de estallar, para poder confesarle lo que no podía callar más...
