Era un vampiro, por el amor acongojado,
viviendo entre criaturas atadas a su cruz.
Ni en mil años se había enamorado,
mas de un bello mortal, lo atrajo con su luz.
Su amor me alimentó de forma desenfrenada
y transformó sus torpes palabras en ternura...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tae...
Tu nombre fue gritado y tu rostro lleno de tristeza, mostró que ya no podías con este minuto de ausencia.
Tus pensamientos divagaron sin prestar atención, aquella voz que te llamaba...¡bebe!
Volteando note que te exigían con firmeza a su llamado y eso no me agrado para nada, pude ver que era aquel chico popular del que todos hablaban.
La fuerza con la que quería ir a tus brazos eran inmensas, hasta que corriste a su lado sin dudarlo, mi silueta se quedó quieta y mi sonrisa se borro al ver como ibas a su petición, mostrándote tímido y desviado.
Mis amigos me llamaron, estando confundidos viéndo que le hablaría a mi bello ángel de frente, dándole la sorpresa de que estaríamos mas tiempo juntos, viendome con una gran sonrisa en sus labios, que tanto anhelo besar...
-¡Hey Tae! despierta... Vimos que ibas con ese chico, ¿que te sucede? no puedes acercarte, Junkook te daría una paliza-enseguida reaccionó con lo dicho de Hobi.
-¿Porque dices eso?-Jimin se puso serio y afirmó la advertencia...
-Jungkook es el novio de ese chico llamado Kim SeokJin, si te ve que te acercas, ¡lo lamentarás Tae!-el pelidorado seguía mirándolos, sus puños apretó al contenerse que por primera vez estaba sintiendo celos, al tener el coraje de su exigencia...
-¡No permito que nadie le grite de esa manera!-avanzando sus amigos lo detuvieron...
-Que pretendes, ¡que te maten! Jungkook tiene mucho poder, ¡ni siquiera lo conoces!-en sus ojos se noto el color carmín, al saber que el príncipe estaba molesto...
-Tae...¡calmate! no deben saber que somos vampiros, ¡seria lo peor para nosotros!-mirando a sus amigos, los abrazos dándose por vencido.
-Tienen razón, no lo conozco vayan a clase, yo los veo mañana-el pelidorado se marchó a su auto, dejando caer una lagrima de su mejilla, conociendo quien era el actual amor de su ángel sin alas...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.