Era un vampiro, por el amor acongojado,
viviendo entre criaturas atadas a su cruz.
Ni en mil años se había enamorado,
mas de un bello mortal, lo atrajo con su luz.
Su amor me alimentó de forma desenfrenada
y transformó sus torpes palabras en ternura...
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La mirada íntima no dejaba de perseguirlos, se acercó muy astuto el conde ante los ojos de los chicos.
Sus cuerpos temblaron al ver lo fribolo que era y a donde podría llegar si se lo proponía...
—Ustedes están interesados en ese mortal de cabellos negros y ojos oscuros como la noche...
Del cual mi hijo se enamoro perdiendo la razón por completo, ante su voluntad.
¿Qué es exactamente lo que quieren?
—Señor, queremos encontrarlos, mi hermano enloqueció huyendo con su hijo y aun no hemos logrado encontrarlos—añadió el mayor de los Kim, temeroso y un tanto nervioso...
—Ese amor💜 que dicen tenerse, es prohibido, sufrirán ambos y no nos conviene a nadie que estén juntos...
—Esta de acuerdo conmigo señor, porque se que usted no lo sabe, pero su hijo me robo su amor💜, me quito a mi novio con sus coqueteos, he incinuación que lo llevaron a la tentación, terminando nuestra relación que ya estaba punto de ser en matrimonio...
—Entonces mortal, también te gustan los chicos...
—Si señor, pero eso no es lo importante...usted tambien desea separarlos...
—Yo también lo deseo...
—Entonces unamos fuerzas para encontrarlos y que se lleve a su hijo lejos de Kim Seokjin...
—Vaya así se llama el mortal que tiene hechizado al príncipe de las tinieblas...
—Su hijo, ¿es el príncipe?—sorprendidos ambos chicos.
—Siii...ya tenía arreglado su futuro, hasta que apareció ese mortal arruinarlo todo...
—Entonces es un trato que hagamos equipo para encontrarlos señor...
—De acuerdo, pero no me digan señor, soy el conde Dracula, rey de mi descendencia.
Los chicos habían logrado un acuerdo con el padre de Tae, para fastidiar su felicidad y que cada alma de diferentes mundos se quedarán donde pertenecían.
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