Era un vampiro, por el amor acongojado,
viviendo entre criaturas atadas a su cruz.
Ni en mil años se había enamorado,
mas de un bello mortal, lo atrajo con su luz.
Su amor me alimentó de forma desenfrenada
y transformó sus torpes palabras en ternura...
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Dos años antes....
Aquella noche era muy fría y congelada, la luna estando presente, reflejaba la gran nostalgia que atentaba a la orilla de aquel balcon, donde suspiraba aire frío, un joven vampiro muy apuesto de cabellos negros lacios y ojos hermosos rasgados de doble párpado de color negro, llenado de ropas negras, como tal, casi no salía por estar expuesto al mundo humano y ser rechazado como tal, de ser un vampiro.
Se llamaba Kim Taehyung, descendencia pura y de un padre millonario, el gran conde Dracula.
Estando en casa, disfrutaba del arte que era su gran pasión, teniendo tiempo de sobra, se complementaba pintando cuadros de pintura que tanto le gustan, principalmente los paisajes que reflejaban por aquel balcon del que siempre se asomaba cada anochecer.
La oscuridad era su compañía y le gustaba mucho su espacio personal, sobre todo su soledad, era su gran aleado para compartir todos sus recuerdos y algún día alcanzar sus sueños.
Su padre le dio el don de convertirse en humano cuando lo deseara el apuesto vampiro, para no ser revelada su identidad y mantendría cubierta su descendencia, porque cada vez quedaban menos en el mundo.
Su madre había muerto hace un par de años, por una enfermedad muy cruel que la invadio, lo que más deseaba su padre, era verlo casado cuanto antes, con una doncella y de buena familia, pero el apuesto y creído príncipe vampiro, no le interesaba casarse, por muchas razones, le gustaba la buena vida, llenando de satisfacción su vida eterna, sus amigos quienes siempre lo insitaban a ir de fiesta o a relajarse casando ratones.
Este príncipe vampiro era un chico especial, porque tenía el don de ser heredero al trono de su padre, después de que muriera su padre, heredaria su fortuna y por supuesto su casamiento era un requisito principal de heredarle todo, de no ser así, quedaría desterrado a los deseos del gran conde.
Conforme pasaba el tiempo, el gran conde tenía a una gran fila de chicas vampiras, ricas y herederas, esperando por el gran príncipe, logrando que alguna le convenciera del todo, cada que le imponía su deseo, el conde mas se volvía rebelde el apuesto y seductor principe...
—Padre, que no entiendes que no quiero casarme, soy muy joven aun, quiero vivir mi vida normal, como cualquier chico—su padre con canas ya grises, se mantuvo firme ante el futuro de su hijo...
—¡Tu no eres normal! somos de la oscuridad, acaso quieres vivir como un humano—asistiendo con la cabeza, el pelinegro, lleno de planes a futuro en su vida...
-Si padre quiero estudiar, como mis amigos lo hacen en el colegio, quiero convivir con los humanos y ser parte de su mundo.
El gran conde tenía planes que lo llevaría a lograr su objetivo, pensativo por un instante, pudo darle un trato a su hijo a cambio de su deseo.
-Si eso es lo que quieres, ¡lo tendrás! pero con una condicion-el apuesto Tae, solo lambio su colmillo, esperando el trato de su padre.
-Si tu vas al colegio, te cásaras también con la chica que te de como esposa-aquel joven, no tuvo más remedio que aceptar a su deseo.
