C8 "Única esposa"

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Al despertar Luciano escuchó la regadera y sonrió al tener aún el perfume de Laura en su brazo, no era consciente del momento particular que la había hecho pasar y que ella aprovecharía con maestría.

Laura: ¡Buenos días! [sonrió mientras salía del baño] ¿cómo durmió? ¿se despertó feliz?

Luciano: Buenos días ¿por qué la pregunta? [alzó una ceja]

Laura: nada en particular [se acercó y besó su mejilla] apúrese que tengo mucha hambre y hoy tenemos la primera entrevista.

Luciano: ¿siempre es tan mandona?

Laura: digamos que responsable [se miró en el espejo y se dio cuenta como él la observaba] ¿aún aquí?

Luciano: ya voy, ya voy.

Entró al baño y ella no pudo aguantar la risa, terminó de arreglar su cabello y al ver la camisa usada de él no dudo en tomarla, la olió y llena de picardía mordió su labio, le fascinaba ese aroma.

Minutos más tarde ambos salieron de la mano, aunque para ellos era un juego en el fondo les encantaba hacerlo. Dividieron el trabajo y cada uno realizó las respectivas investigaciones, pero no podían evitar darse pequeñas miradas e inconscientemente al coincidir sonreían.

La hora del almuerzo llegaba y esta vez se sentaron lejos de los García quiénes de nuevo ordenaron pescado, estaban en su mundo, compartiendo información y riéndose de algunos socios que en verdad eran excéntricos

Julia: los vi muy concentrados y trabajadores, pero les traigo una propuesta ya que nos dejaron solos [se acercó a ellos]

Luciano: es que los vimos ocupados y preferimos no interrumpir [mintió]

Julia: sé lo que es el amor, queremos estar solitos siempre. Pero esta tarde no me pueden abandonar en la piscina.

Luciano: ¿piscina? [hizo un gesto de seriedad] no creo que yo...

Laura: Ay claro que sí [lo interrumpió junto con una pequeña patada bajo la mesa] ¿a qué hora?

Julia: 4 en punto, no me fallen [dejó un guiño y se fue]

Luciano: ¿a qué hora? ¿en serio? [cruzó los brazos] No voy a ir, odio las piscinas y todos sus gérmenes.

Laura: ¿gérmenes? No sea niño, a mí me encanta y no voy a ir sola.

Luciano: me niego rotundamente.

Laura: por fa [hizo un leve puchero] por su esposa ¿sí?

Ante esos ojitos que rogaban con ternura no le quedó otra que aceptar, Laura sonrió feliz y lo abrazó, pero de pronto se separó rápido.

Laura: ¡Vamos! [lo tomó de la mano y se levantaron]

Luciano: ¿y ahora?

Laura: intuición femenina, si no le gusta la piscina no tiene vestido de baño y por supuesto que no me arriesgaré a que mi hombre tenga dibujos animados ahí [señaló pícara sus pantalones y él cerró rápido las piernas] ¡Arriba, arriba, estamos contra reloj!

Él sonrió ante aquello de "mi hombre" jamás lo habían tratado así, pero ante ella nada que hacer, después de una leve indagación sobre el pueblo más cercanos tomaron carretera y unos 10 minutos más tarde estaban en la única tienda del pequeño lugar.

Laura: ¿qué tal este?

Luciano: no [arrugó la cara mirando la prenda]

Laura: Ay ya [dijo cruzando los brazos] ninguno le gusta. Así que me toca escoger, este y este ¡Vaya!

CASUALIDAD [ꜰᴀɴꜰɪᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora