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Fargan

No quiero ir a esa maldita reunión con Willy y Rubius, pero tengo que hacerlo, maldita sea la hora en la que hicimos ese pacto.

—Estás nervioso por ir no? —pregunta Alexby y se sienta junto a mi en el sofá.

—Si, no quiero liarla—respondo mientras lo rodeo con el brazo.

—Yo también espero que no la líes—me da un beso en la mejilla— Creo que no es necesario que lo repita pero lo diré de todos modos—toma mi mano y la acaricia—Confío en ti, lo sabes no? Ratón.

—Lo se—eso me hace sonreír y le doy un beso—Supongo que a Vegetta tampoco le gustó la idea que vaya Rubius.

—Supongo que si —arrima su cabeza a mi hombro—No pongáis minas ni hagan nada por el estilo, vale?

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—Supongo que si —arrima su cabeza a mi hombro—No pongáis minas ni hagan nada por el estilo, vale?

—Vale, aunque no prometo nada por Willy y Rubius—ellos son capaz de liarla tanto, sobretodo Willy.

—Si algo pasa me llamas—dice Alexby y me pasa mi móvil.

—Vale nos vemos más tarde—beso su frente y después sus labios—Te quiero.

Me levanto del sofá y camino hacia la puerta. Respiro hondo antes de salir y vuelvo a despedirme de Alexby, esta vez con la mano. He quedado con Rubius en el pueblo para después ir juntos a la guarida de la hermandad.

Al llegar al pueblo noto que Rubius no está y para mi mala suerte no contesta su móvil. No quiero ir solo a la guarida, no porque tenga miedo,  sino porque no quiero estar solo con Willy. A lo lejos veo que una figura camina en mi dirección y mi esperanza de que sea Rubius se va al piso cuando veo a Willy.

—Fargan...—dice sonriendo—Pero qué haces aquí afuera, por que no vas a la guarida?

—Estaba esperando a Rubius. —respondo nervioso.

—Vendrá en una hora—sonríe con perversidad—Así tú y yo tendremos tiempo de estar juntos.

—Willy me voy a casar, lo sabes no!?—sabía que esto lo hacía con ese propósito.

—Pero que piensas que vamos a hacer Fargan? Solo quiero hablar—responde sin ánimo—Vamos a la guarida.

—Mejor esperemos a Rubius—confío en mi, pero no confío en Willy. Cuando solíamos estar juntos, el tenía algo en su forma de hablar que hacía que me ponga de rodillas frente a él.

—No te vas a quedar aquí una hora—responde y coge mi brazo—Vamos.

—Vale vamos, pero si intentas algo me voy Willy—no podría hacerle más daño del que ya le hice a Alexby después de lo de Rubius.

Ambos entramos a la guarida y yo no dejo de contar los minutos para que llegue Rubius. Willy se acerca al bar que teníamos en la guarida y me sirve un poco de whiskey, yo no dejo de observarlo, qué tal si me droga, nunca lo ha hecho pero lo creo capaz de hacerlo.

Yo fui el primero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora