8

673 73 158
                                    

Vegetta

Rubius va dormido en el coche, me alegra que me haya llamado y no haya conducido en el estado que está. Alexby menos mal no estaba tan borracho, mañana es su gran día así que debería descansar, aunque por lo nervioso que estaba, espero que pueda dormir.

—Vege... Vegettita... detén el auto—dice Rubius adormilado.

—Que te pasa? Estás bien?—acaricio su espalda mientras se reclina.

—Creo que quiero vomitar...—dice respirando hondo.

—Está bien, está bien, no vomites el coche... ahora me aparco—como vomite el coche me voy a enfadar.

Aparco a un lado de la carretera, Rubius intenta torpemente desabrocharse el cinturón de seguridad, pero no lo logra, así que se lo desabrocho yo. Abre la puerta y sale, pongo las luces estacionarias y bajo del coche con el, no quisiera que se caiga y se golpee la cabeza.

—No... quieeerooouu que... me veas asiiii—dice avergonzado.

—Ya te he visto de todo, tranquilo—intento reconfortarlo.

Supongo que mi yo del pasado se habría cabreado con el por estar así de borracho, pero esta vez creo que me calma el hecho de que está a salvo conmigo y no está tirado en un hueco como lo encontré hace un tiempo. Rubius se apoya en un árbol y tiene los ojos cerrados con fuerza, su respiración es lenta y veo que intenta retomar la compostura pero no puede, está muy borracho.

—Vas a vomitar o no? —pregunto

—No lo sé, me siento... muyyy mareaAdouu—intenta decir—Vamos a casa...

—No quiero que vomites el coche—respondo

Rubius intenta levantarse y da dos pasos antes de caerse al piso.

—Rubius!!—alcanzo a coger su cabeza antes de que se golpee

Le doy un par de palmadas suaves en ambas mejillas e intento levantarlo, tendré que cargarlo hasta el coche. Me pongo en cuclillas, paso un brazo por debajo de sus piernas y la otra la coloco detrás de su espalda, tomo impulso y me levanto, menos mal no es pesado porque sino tendría que llevarlo a rastras. Meto a Rubius en el coche y se me ha dificultado la vida intentar sentarlo y ponerle el cinturón, menos mal lo he logrado, reclino su asiento hacia atrás para que vaya a costado y cierro la puerta. Rodeo el coche y subo en el.

Conduzco hasta casa, lo bueno es que ya no queda mucho por llegar. Mi móvil empieza a sonar, veo en la pantalla y es Willy, no quiero contestar, pero a la vez me carcome la duda, así que conecto los auriculares y contesto.

—Willy...—tragó saliva.

—Vegetta, solo quería saber si ya has llegado a tu casa...—la supuesta preocupación de Willy no me la creo.

—Aún no, estoy por llegar—respondo.

—Crees que puedas venir a verme un momento?—dice Willy seriamente.

—Par que?—es lo único que se me ocurre responder.

—Porque estoy aburrido y quizá podríamos pasar tiempo de calidad juntos—dice sugerente

Yo fui el primero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora