Después de que Luis me dejo en mí casa luego de la fiesta, mis padres me preguntaron cómo me había ido, yo solo conteste que bien ya que no quería darles detalles de Luis y de porqué tarde una hora más en llegar así que solo dije eso y me subí a mi habitación estaba muy feliz de que al fin Luis me hiciera esa pregunta tan esperada, pero esa noche me quede pensando en cómo haría para decirle a Luis que no les pude contar a mis padres la verdad porque no lo aceptarían si descubren su situación económica. Sabía que si le contaba a Luis la razón por la que mentí lo lastimaría y no quería herir sus sentimientos.
Al día siguiente como siempre vi a Luis en el metro de regreso a casa, estábamos platicando normal cuando de repente Luis cambio de tema y me soltó la pregunta que tanto estaba queriendo evadir, de repente dijo: ¿Y cómo lo tomaron tus padres cuando les dijiste la verdad? Yo no supe que decir, tan solo en los segundos que tardo en decirme la pregunta empecé a pensar que decir, pero sabía una cosa, no podía decirle la verdad, así que solo le dije: bien, la verdad no fue la reacción que esperaba...después lo vi a los ojos y le sorprendió mi respuesta, me dijo: así, no me lo esperaba, que bueno que se lo tomaron bien. Yo asentí la cabeza y después le pregunte que habían dicho sus padres, él también me dijo que lo habían aceptado aunque no les había parecido que les mintiera. Me sentía tan mal de que él había cumplido con la promesa y yo había tenido que mentirle, el resto del viaje me sentí muy incómoda sabía que tarde o temprano tendría que decirle a Luis la verdad, y me sentía aun peor ya que no era lo único que le estaba ocultando y él se dio cuenta de eso, me pregunto muchas veces que era lo que tenía pero desgraciadamente tampoco le podía contar esto, así que solo le decía que estaba bien para que no se preocupara. Pero la verdad era que si estaba preocupada por algo que paso en la mañana. Cuando llegue a la escuela todos estaban hablando del baile de invierno y yo no podía contarle a nadie de mi aventura con Luis esa noche así que me quede escuchando las versiones de los demás. En eso llego John con el mismo grupo de brabucones populares que nos molestó el día del baile, se acercaron a mí y John empezó a molestarme: ¿y dónde está tu vagabundo Mía? Yo no conteste nada, trate de ignorarlo pero eso lo hizo enojar así que me dijo: será mejor que no vuelva a verlo cerca de ti o le enseñare a ese vago el lugar al que pertenece y comenzare contándole a tus padres todo, apuesto a que ellos no saben de tu aventura con ese tal Luis, o si...después de eso se fueron pero la verdad esas palabras me dejaron pensando, John era capaz de hacer lo que sea para conseguir lo que quiere y no quería que nada malo pasara.
Estaba muy preocupada por lo que pasaría si mis padres se enteraran de lo mío con Luis. Estaba harta de pertenecer a ese grupo de personas, de vivir en el otro lado de la sociedad, el rango social al que todos quieren pertenecer, "LOS RICOS", sí, todos quieren ir a una escuela como la mía, todos quieren los autos, las casas, la ropa, la popularidad y lujo de presumir lo que tienes. Pero la verdad es que todo tiene sus pros y contras y en mi caso no todo es felicidad y lujos. La realidad es que todos los ricos ocultan su estado emocional, tú los puedes ver disfrutando de la vida con todo su dinero pero en verdad es que por dentro están sufriendo, me di cuenta que la gente rica por más que tengan dinero nunca van a ser felices porque viven comprando cosas sin fin con tal de que sea una competencia donde tú tienes que ganar constantemente y solo se gana si tienes algo más caro o más lujoso que los demás. Y viven preocupados pensando que sería de ellos si un día les quitaran toda su fortuna y en si su esposa realmente los ama o solo se casó con él por el dinero, así que esa es la razón de que siempre le quieran dar más, para que no los deje y a la esposa tú la puedes ver feliz porque tiene todo lo que quiere, pero por dentro está tratando de ver cómo hacerse notar y ser más destacada que las demás mujeres ricas y poderosas, es por eso que todas siempre están supuestamente haciendo una dieta y comiendo lo más fino que encuentren con tal de tener el cuerpo perfecto aunque tengan 48 años. Y si no lo consiguen es ahí cuando acuden a comprarse lo más caro que se encuentran para presumir lo que sí tienen: dinero. Y en el caso de los hijos, ellos son felices mientras sean niños pero cuando comienza la etapa de la adolescencia, ahí es donde empieza la lucha por la popularidad, y eso se decide por quien tiene más: en el caso de las mujeres por quien tiene el mejor cuerpo y por quien sale con el más guapo y rico. En el caso de los hombres se decide por quien tiene a la mujer más sexi y cuál es tu puesto en el equipo de futbol o basquetbol. Así que la gente de mi edad se preocupa por cuidar su reputación y la conserva cueste lo que cueste. Y por supuesto, lo más importante de ser rico es juntarse con los de tu clase, para ellos los demás son pobres sin futuro, ni derechos. Aunque no sea así.
Y la verdad es que ya me había cansado de aparentar estar bien cuando no lo estaba, de fingir ser feliz cuando no lo era, la verdad era que mi vida era muy monótona, siempre lo mismo: padres que no te escuchan en casa y que lo único que les importa es su negocio; y en la escuela la lucha por la corona de la popularidad. No importan los sentimientos ni las opiniones, lo único que importa es el dinero. Esa era mi vida hasta que llego Luis y por fin pude ser yo misma sin aparentar nada, él le dio un giro a mi vida y no quería que cambiara eso, así que debía evitar que mis padres se enteraran de lo mío con Luis, cueste lo que cueste.
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La carta del metro
RomanceTodo comenzó con una carta que Mia recibió una vez en el metro por parte de un chavo de universidad y a partir de ahí se encontraban todos los días a las 7:30pm en el metro pero sin decirse nada, hasta que un día el chavo decide invitarla a salir fu...