Capitulo 3 Mas de una palabra (Ella)

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Después de esa noche se me ocurrió una idea, decidí que yo también iba a jugar en su juego. Cuando me subí al metro ese viernes él ya se encontraba ahí y yo en eso saque mi libreta, arranque una hoja y empecé a escribir, después se la entregue a él y le dije: yo también puedo y me fui. No quise ver su cara preferí quedarme con el suspenso.

Al día siguiente al salir de la escuela me dirigí al metro esperando encontrarme con él pero cuando entre al tren no estaba. Una vez más me pregunte todo el camino porque no estaría ahí y esta vez jamás llego. Me pregunte si habría sido por la nota que le di aunque no escribí nada malo. No sabía que había pasado, solo esperaba que algún día me lo aclararan todo.

Pasaron dos días desde que le había dado la nota y no lo había vuelto a ver desde entonces, no sabía si algo le había pasado o si lo había ahuyentado, pero quería volver a verlo no tenía idea de porqué pero había algo en el que me atraía sentía que tenía que investigar más a fondo para saber toda la historia, y aunque el misterio al inicio era interesante ya me estaba ganando la desesperación de saber quién era el, de donde me conocía y como es que jamás lo había visto antes.

Días después sin verlo sentía que a mi vida le faltaba algo, una chispa de emoción que se había ido con aquel extraño que ya no se sentía tan indiferente como antes a pesar de que nunca nos habíamos dicho más de una palabra. A decir verdad lo extrañaba, extrañaba su sonrisa blanca y esa mirada profunda que tenía cuando me veía, tal vez por eso era que cada vez que estaba a punto de bajarme del metro volteaba verlo, no quería irme de ese momento tan emocionante que tenían todos mis días a las 7:30pm. Me preguntaba a donde iría.

Una tarde al salir de la escuela me dirigí a mi casillero para sacar mis cosas e irme a casa pero cuando lo abrí me encontré con una nota muy similar por fuera a las que él me daba, esta decía: Nos vemos a las 7:30 pm en la estación del norte. Con amor...Luis Eduardo

No sabía de quien era la carta pero me emocione al pensar que la carta podría ser del chico del metro aunque esta vez la nota estaba firmada así que si era de el por primera vez había sabido cuál era su nombre. Pero, ahora tenía que decidir qué hacer, la estación del norte en el metro era la mejor estación que había en toda la central así que inseguro no era, lo que me tenía algo nerviosa era la hora y que no sabía si de verdad lo vería a Él, a "Luis Eduardo"

Decidí ir y esa noche en vez de irme por el camino de siempre tome uno diferente hacia la estación del norte. Tenía demasiada intriga de saber qué es lo que me esperaba ahí. Cuando llegue no vi a nadie conocido hasta que de repente en mí oreja sentí una voz que me hablaba detrás de mí, y de repente me dijo: ya es tiempo de conocernos...

Era el, entonces después de tantos días por fin me dirigió la palabra y me dijo una frase entera. Como si no fuera poco su atractivo físico resulto que su voz era muy agradable, a pesar de que era grave como la de cualquier hombre se veía que era muy educado lo cual me sorprendió ya que no es por ser juzgona pero no se veía que fuera alguien que va a una escuela como la mía. Pero eso nunca me ha importado.

Después de esa frase me voltee y lo vi, el me tomo de la mano y me dijo que me llevaría a un lugar donde se puede conversar sin que nos molesten. Yo no entendí a qué se refería con eso ultimo pero igual lo seguí. Lo curioso fue que de la estación del norte tomamos unas escaleras que nos dirigían a la salida de la estación y en eso vi que nos dirigíamos a un parque, fue muy curioso porque esa era la zona que transitaba seguido los fines de semana y jamás en mi vida había visto ese parque tan hermoso. Nos sentamos en una banca que estaba colgada a un árbol y en eso él me dijo: ¿te gusta? Le dije que sí que me encantaba todo esto pero también le dije que quería que me explicara todo así que pregunte: ¿Quién eres tú?

La carta del metroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora