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YoonGi

Llegué a mi apartamento, bastante tarde ya, eran las nueve de la noche. Quise tirarme al suelo y dejar todas las tareas pendientes en ese mismo estado: pendientes. Hasta que mi sueño reparador terminase. Que, podría asegurar, no sería calificado de "breve".

Escuché a mi celular gritar anunciando mensajes, la gran cantidad que me llegaba diariamente. Tal era el caso que había personas que apostaban mi número telefónico. Si, así de locos traía a algunos. Y pues, antes no me habían llegado porque solo en mi hogar tenía wifi, el que pagábamos mi vecino y yo. Mitad y mitad.

Abrí Kakao y empecé a silenciar la mayoría de los contactos, más vi uno con la foto de JungKook que era de apenas cinco minutos.

Buenas noches, YoonGi.

Habíamos intercambiado números después de acordar nuestro encuentro mañana en la universidad.

¿Ya comenzamos con los mensajes cariñosos, JungKookie?

Le mandé el mensaje y me salí rápidamente de la aplicación. Me eché en el sofá que, si bien no era una cama completa, tampoco su función era completamente la de un sofá, de eso me aprovechaba yo. Bueno, me lancé allí, pero me volví a levantar con pereza saliéndome de los poros al recordar que no me había cambiado la ropa. Y es cierto que mucha gentuza sale a fiestas, se emborracha y donde le den posada se queda a dormir, sin nada que le perturbe, con los mismos trapos que estuvo tal vez desde hace contados días, y bueno, no les sucede nada, vuelven a tomar, salir, beber y coger. Pero a mí, por el contrario, me salé un salpullido rosa que suele dar picazón, si es que duermo con ropa que estuvo en exteriores.

Me quité mi abrigo, zapatos, pantalones y camisa, con una extrema flojera y me puse unos shorts y una playera grande de segunda mano que compré porque me gusto el tigre de estampado que la adornaba. Ya cambiado, busqué mis pantuflas de dinosaurio que tengo y al hallarlas me las puse para dirigirme al baño minimalista que tiene mi pequeño hogar. Lavé mis dientes, y ya bien seguro de que no tenía nada más que hacer, -además de los quilos de tarea de los que estaba bien consciente- me dirigí a mi cama y deslicé hacía afuera un cajón con tres cobertores gordos y calientitos dentro.

Escogí uno y con ese me envolví bien hasta quedar como un burrito mal envuelto, de esos baratos que no le encuentras inicio ni fin.

Ya todo listo para el viaje, el viaje a la tierra de los sueños, me moví por la cama entre cinco a diez minutos. Entonces, llegué a mi destino.






Omnisciente

- No le digan nada, se ve molesto JungKook.

Sorpresa expresada en "Uhs" y "Ohs" se hizo presente en el salón. Antes de que el salón comenzara a extrañar a vuestros estudiantes; pues los jóvenes ya se salían a aliviar el hambre o la picazón social.

- Dicen que sus amigos son maricones, que TaeMin los encontró en la salida y vaya golpiza que les regaló. – No tenían discreción, y JungKook no creía que nadie fuera tan tonto para no saber cual era el tono de su voz. Lanzó un cuaderno de no le importaba quien, y salió empujando hasta a la profesora Lee que aún no se iba. Pobre viejecita, casi la tira si no hubiese sido por otro compañero que amablemente la sostuvo antes de que su equilibrio se perdiera totalmente.

Linda chica_KOOKGIWhere stories live. Discover now