Linda chica_KOOKGI

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YoonGi

—Buenos días, señora... —¿Cómo era? — Wong.

La amable señora se rio de mí y me devolvió el saludo.

Qué estupidez.

Desde hace tres años, aproximadamente, había saludado a la misma señora al ir a la escuela o al centro de la ciudad, y nunca había olvidado su segundo nombre, por la constancia con la que la llamaba claro, pero esta vez, por un segundo dude al ver el rostro de la mujer. Estaba pensando en otros asuntos...

¡Puaj! Casi pisaba un pastelillo café del suelo. Como dije, estaba pensando en otros asuntos.

Ayer KiHyun había hablado conmigo, lo curioso es que lo conocía desde ayer y de él si me acordaba el nombre, y es que me había parecido un poco extraño que alguien me hablara así, de la nada se había aparecido para ayudarme a levantarme y después regalarme una sonrisa radiante que me contagio. Entonces yo también había sonreído.

Había dicho que había oído hablar mucho de mí en la escuela. Dime algo que no sepa, KiHyun, hubiera dicho, pero seguí sonriendo como un bobo para que siguiera hablando; tenía curiosidad en lo que expresaban sus palabras.

¿Qué era muy popular en la escuela? Claro, no había duda, ¿Pero de qué forma? Recordé a JungKook con su cara totalmente ajitomatada, ¿Y a qué precio?

Desde este punto, en la calle, ya algunos comerciantes me observaban caminar como si fuese un flamenco con plumas fosforescentes caminando en plena acera. Y ya comenzaban a aparecer también estudiantes, comprando en las papelerías lo que habían olvidado en casa o comprando el desayuno en los cafés para universitarios luciendo sus amplias billeteras y sus esplendorosos bolsos.

Miré las cintas de mi mochila y ya estaban peladas de las orillas, su color no era el mismo a cuando compré la mochila hace tres años y ya empezaba a sospechar que solo fueran tres.

Apreté los labios, además de ropa debía comprarme una mochila. Hoy tocaba ir a Fruit's Paradise a trabajar y por mi paga también.

Sonreí más motivado y seguí caminando hacia la escuela.

JungKook

Miré con desinterés a la bola de compañeros que se encontraban sentados en el piso del salón, eran unos pubertos. El profesor había faltado el día de hoy, y mis compañeros hacían honor a la frase "Cuando el GATO se va, los RATONES hacen fiesta".

—¡Eh, gira la botella, Daniel! —gritaron unos, haciendo sonidos extraños y estridentes.

Kang giró la botella y el extremo de la botella señaló a Mark.

—¡Wuuuuu! —Volvieron a gritar.

Después de algunas risitas que tuvieron que callar Daniel dijo.

—Callen la boca, silencio. —La mayoría se detuvo para darle la palabra a Kang. — ¿Verdad o reto?

Mark permaneció en silencio unos segundos y luego dijo:

—Verdad.

Volvieron a hacer ruido.

—Bien, bien. —Continuó Daniel con una sonrisa fervorosa. — ¿Es cierto que engañaste a EunBi con HyeJin?

—¡Ohhh! —Se agitaron todos, más porque en el mismo circulo de quince estudiantes estaba HyeJin.

Yo reí silenciosamente y me giré un poco en mi lugar para poder verlos mejor.

Todos miraban de Mark a HyeJin y de HyeJin a Mark. Ninguno se veía muy dispuesto a hablar, pero...

—No le diremos nada a EunBi, ¿Cierto, chicos? —Habló Kang en voz alta mirando a todos en advertencia. Todos asintieron de acuerdo.

Hubo otro silencio, aunque no duró demasiado.

—Si, si lo hice con HyeJin. —Y a pesar de que ya era algo obvia la respuesta, todos saltaron de sus lugares y gritaron como monos salvajes por la confesión.

Yo volví a reír mientras veía el espectáculo. HyeJin salió del circulo, pero no del salón, siguió viendo, al igual que yo, como estos jugaban.

La botella volvió a rotar y señaló a un espacio sin nadie, o entre dos personas, pero todos voltearon a verme porque la botella parecía señalarme y todos parecían querer desnudar todos mis secretos.

Los miré a todos, y en unos pocos apareció una expresión de terror, pero en otros una pequeña sonrisita emocionada se formó en sus rostros.

—JungKook —Canturreó Daniel. — ¿Quieres jugar?

El salón entero se calló para conocer mi respuesta y yo me lo medité por unos segundos.

Al carajo con todo, no iba a ser tan difícil.

—Si, vamos a jugar.

Una nueva ola de gritos de emoción se hizo en el salón y ellos me hicieron espacio entre el amorfo circulo que formaban sus cuerpos.

Miré a Jihyo, la novia de Daniel, a ella le tocaba preguntarme, sin embargo, noté inmediatamente como Kang le susurraba algo al oído.

—¿Verdad o reto?

Fácil.

—Reto. —Hubo una cierta desilusión en todos, mas no en Kang o Park Jihyo, cuando después pronunció:

—Buscarás a YoonGi le darás un beso como la semana pasada...

Mierda.

—¡Pero eso no es todo, tendrás que pasarle un chile ají habanero por la boca! —Terminó por decir Jihyo y todos gritaron emocionados.

Oh, no. Mi cara no cambió, pero un tragó de saliva pasó por mi garganta lenta y pesadamente. Todos allí presente estaban con una sonrisa en su rostro, expectantes a lo que haría.

—¿Y? —Dijo Daniel.

—¿Y qué? —Respondí yo.

—¿Lo harás?

—¿Tengo otra opción?

—JinYoung, ve a la cafetería, pídeles a las noonas un ají muy picante.

JinYoung asintió y todos vimos como desaparecía por el marco de la puerta. Ahora a esperar.