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YoonGi

No había nada como un poco de ejercicio matutino.

Salí de mi casa con unos shorts color vino holgados y una playera deportiva que tenía desde la secundaria, por suerte mi complexión no había cambiado mucho y no había dejado de estar a mi medida.

En mi nuevo bolso deportivo tenía una botella de agua, mis llaves, dinero y un tóper con un poco de cereal por si después tenía algo de hambre. Creo que llevaba lo necesario, entonces caminé fuera del edificio y luego volví a emprender el camino hacia el parque Sagwa, un lugar enorme para hacer una merienda en familia en el fresco pasto, o también para hacer deporte, como haríamos en un rato.

La mañana era fresca y mi humor también se acoplaba al optimismo del buen clima que hoy hacía.

Caminé por lo menos quince calles hasta llegar al gran parque.

Ya en el punto de encuentro, busqué con la mirada a mis amigos, se suponía que vendríamos todos a hacer algo de ejercicio y convivir. Aunque pensándolo bien, ellos no eran las personas más puntuales que conocía.

Eran las ocho horas de la mañana, entonces supe que tal vez tardarían unos minutos más en venir. Sonreí, tal vez HoSeok aún tenía pegadas las sabanas.





JungKook

Mi boca se amplió como el rugido de un león, no había nada como despertar tarde en día de suspensión de clases, estiré mi cuerpo y al menos dos cosas tronaron dentro de mí, estaba agotado por las constantes discusiones que habían dado rienda suelta desde que mi tía llegó llorando aquel día. Antes había un claro equilibrio entre las peleas normales entre la familia y los buenos momentos que pasábamos, no obstante, en estos momentos eran situaciones en la cuerda floja; ya que los momentos podían desencadenar gritos estridentes por horas, así como también un largo silencio gris en toda la casa.

Me levanté aún con el pijama y moví un poco mi cuerpo para que pudiese avivarse del todo. Mis ojos pasaron distraídamente por el reloj pegado en la parte alta de la pared, pero recapitulando lo que allí marcaba me fui inmediatamente a mi armario para ponerme la ropa con prisa.

Habíamos quedado de vernos a las ocho y ya eran las ocho cinco.

Finalmente salí de la casa con un conjunto negro mal acomodado, había tomado un licuado que mi tía había hecho hace unas horas -ella siempre se paraba a las cinco de la mañana- y un plátano. Al menos no quedaba tan lejos el Sagwa.

Puesto que llegué en menos de diez minutos y al entrar caminé hacia las canchas de baloncesto, a la mayoría nos atraía más que el futbol. Pero antes de seguir una sonrisa pequeña apareció en mi rostro al visualizar un cuerpo delgado y muy pálido calentando en el área de juegos.

Me acerqué a él y me posé apenas a dos metros de él, recargado en un pequeño tobogán, al que le ganaba en altura, seguramente también en peso. YoonGi estaba tocando las puntas de sus pies, pero poco a poco al ver a una sombra impidiéndole ver todo el panorama a su disposición fue levantando su cabeza y su vista con curiosidad.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? —fue lo primero que dije al ver sus mejillas ya un poco rosadas y su frente un tantito brillosa.

—Buenos días, también. —Mencionó con un tono normal, no parecía molesto ni nada, un poco aburrido sí. — Aproximadamente media hora.

Linda chica_KOOKGIWhere stories live. Discover now