2. Kallego, el profesor estricto

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El timbre de tu casa sonó y como si fueras un rayo corriste a abrir la puerta, al hacerlo encontraste a tu madre con un pesado libro en mano.

- ¡Mama!- dijiste emocionada- Dime que encontraste algo...

Luego del incidente del día anterior llamaste desesperada a tu madre para preguntar por qué 3 hombres habían sido inmunes a tu poder de línea de sangre, pero para tu desgracia ella no sabía nada, pero prometió buscar información de antecedentes en la biblioteca familiar.

- He encontrado algo.

Rápidamente la hiciste pasar y juntas se sentaron en el sofá a hablar del tema

- Lo que te ocurrió no tiene precedentes, pero ha habido una ancestro que le ha pasado lo mismo que a ti, con 2 demonios... - asentiste con la cabeza mientras escuchabas atentamente- Ella no se decidía por ninguno, así que se propuso conquistarlos, el que la correspondió termino siendo su esposo.

- Ya... ya veo...

- Parece como si fuera que el destino te da la posibilidad de elegir entre esas 3 personas...

- Debes estar bromeando, ¡no me gusta ninguno de ellos! Todos tienen algún problema, no son normales.

- Cariño, debes tomarte esto en serio, este poder no es broma... He encontrado otro caso en la familia, uno en el que un ancestro muy antiguo rechazo a su persona destinada- tu madre hizo una pausa y con seriedad agrego- Nunca más pudo volver a enamorarse de nadie... termino muriendo en soledad.

Tragaste saliva, era cosa seria, sería uno de ellos o nada. Te agarraste la cabeza lamentándote por ello. Estabas tan concentrada lamentándote tu suerte que la pregunta repentina de tu madre te saco de trance.

- ¿Hace cuánto los conoces cariño?

- ¿Eh? ¿Hace cuánto? Desde ayer solamente

- Ahí está el punto- dijo tu madre con resolución- porque no te tomas el tiempo de conocerlos mejor, quizá halles en ellos algo que te guste y enamore... quizá no has tenido una buena primera impresión de ellos...

- Quizá tengas razón- reconociste.

- ¡Da lo mejor de ti cariño! Yo te estaré apoyando... y cuando te decidas trae a mi futuro yerno a casa.

- ¡Mama!

Tu madre se reía, parecía que no se había tomado tan en serio el problema, pero estabas agradecida de la ayuda que te dio.

Pronto tuviste que prepararte puesto que debías ir a trabajar, te arreglaste el cabello, cambiaste tu ropa de entre casa por algo más formal, agradecías que no te hayan obligado a usar el uniforme de profesores: solo usarías tu bata blanca, y tomando tu maletín saliste de tu hogar y emprendiste vuelo hacia Babylus. Ya desde lejos divisaste las hordas de demonios que vistiendo sus uniformes volaban hacia el mismo sitio que tú. Cuando aterrizaste en la entrada pasaste desapercibida para todos debido a tus lentes, eso era bueno puesto que no querías llamar la atención.

Al llegar lo único que podías hacer era ir a la enfermería puesto que no conocías ningún otro lugar, querías investigar todos los sitios de la escuela... pero te daba pena perderte y tener que preguntar a los estudiantes. Todo debido a que Kallego, el profesor que debía mostrarte la escuela, dijo que no podía. Solo te llevo a tu lugar de trabajo: la enfermería, y como por arte de magia desapareció de tu vista. Pensaste que de seguro que es de esas personas que odian su trabajo y hacen las cosas a regañadientes y mal, siempre estaba con el ceño fruncido y regañando a todo mundo. ¿Porque el maldito destino que relaciono con alguien así?

Amor en BabylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora