10.Hablemos claro...

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Luego de haber hecho un par de travesuras con opera (tales como mezclar pociones en la sala de química, borrar los records de los juegos en el club de juegos, invertir el orden de los libros de la biblioteca y colocar un tirapedos en la silla del director), _______ por fin se quedó dormida bajo el árbol de cerezos de Iruma. Opera, que era todo un caballero, la tomo entre sus brazos y la llevo hasta su casa, entro por la ventana y con cuidado la coloco en su cama y se marchó no sin antes echarle un último vistazo y prometerse a s i mismo conquistarla para sí.

Al día siguiente, cuando _______ despertó y recordó todo lo que había echo se quiso morir... quería enterrarse 666 metros bajo tierra y no salir nunca de la vergüenza que sentía.

Sin embargo estaba claro que lo que hizo durante su ciclo del mal no fue más que dejarse llevar por lo que sentía, aquello que se forzaba a reprimir: sus ganas de ver a sus demonios favoritos, de abrazarlos y decirles todo lo que sentía era algo que no podía evitar. Y decidió no hacerlo más.

Así que se forzó a volver a la escuela, debía pedirle unas buenas disculpas a los demonios a los que tantos problemas les causo, y también confesarles lo que le ocurría. Con suerte, si uno de ellos sentía algo por ella, podría por fin encontrar su amor destinado sin tener que elegir entre los 3.

Para empezar se preparó y salió temprano, se dirigió directamente a la residencia de Sullivan, toco el timbre y como era de esperarse el mayordomo de la casa fue quien abrió la puerta.

- Buenos días Opera san, he venido a pedirle disculpas por lo de ayer,- _____ se inclinó lo más que pudo y el gatuno sirviente de dijo.

- Buenos días ____ san, no es necesario que se disculpe, de hecho lo he pasado muy bien con usted. Si en algún momento vuelve a sentirse estresada no dude en contactarme, yo la ayudare a distenderse.- dijo con una leve sonrisa en el rostro pero moviendo la cola de un lado a otro, era señal que estaba feliz de verla.

- Gracias opera san, usted siempre es tan amable conmigo... es por eso que me apena tener que pedirle este favor...

- ¿Qué favor?- pregunto curioso el pelirrojo moviendo la cola.

Luego de escuchar la petición este acepto y luego _____ se despidió para ir rápidamente a la escuela demoniaca antes que lleguen los alumnos.

Se colocó unos buenos lentes anti detección para pasar lo más desapercibida posible hasta llegar a la sala de profesores, ahí encontró a Kallego que, al verla retrocedió unos centímetros temeroso de ser atacado otra vez, sin embargo al notar que su ciclo había acabado respiro aliviado. La hizo sentar en el mismo sofá que había hablado con Iruma y la clase anormal y le dio un terrible sermón acerca del comportamiento de los profesores mientras todos los demás observaban tras el biombo como la pobre enfermera asentía apenada.

- Si, tiene razón Kallego san, lo siento, pido disculpas nuevamente Kallego san...- decía agachando la cabeza y mostrando la raíz de sus alas. Kallego que sentía debilidad por aquella mujer detuvo su sermón y la dejo marcharse. Pero antes de hacerlo _____ le pidió un favor también al estricto demonio que, dudando un poco, termino aceptando.

La pobre enfermera camino un poco hasta llegar hasta al laboratorio de Balam, era el último y con el que más culpable se sentía debido a la patada en la entrepierna. Respiro hondo y abriendo la puerta lo encontró sentado bebiendo té y leyendo un libro. Cuando la vio entrar se sorprendió casi derrama todo su te pero atrapo el recipiente a tiempo.

- Disculpe Balam sensei, debí haber golpeado antes

- Descuida, no hay problema. Quieres sentarte y beber un poco de te también?

Amor en BabylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora