11. Cita Sofisticada

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Te encontrabas muy ocupada ultimando los detalles de tu maquillaje cuando oíste que llamaban a la puerta. Casi tiras todo del susto, aunque sabias que ya era el horario no pensaste que sería tan puntual. Te apresuraste a abrirle la puerta no sin antes echarte una última mirada en el espejo: lucias hermosa, con un fino (y algo escotado) vestido elegante, cabello recogido y zapatos de lujo. Abriste y ahí estaba tu primera cita:

Naverius Kallego.

Lucía un elegante traje negro con cola, su cabello estaba prolijamente peinado con su característico flequillo rizado y, en sus manos, llevaba un hermoso ramo de rosas demoniacas rojas. Tras un breve intercambio de cumplidos por lo bien que lucían cada uno tomaste su brazo y subieron juntos al carruaje tirado por caballos demoniacos que había contratado.

Aunque ambos están nerviosos lograron mantener una charla amena durante el viaje hasta el restaurante. Ni bien llegaron te apresuraste a colocarte tus lentes anti detección para que tu poder no afectase a los demás comensales, Kallego bajo primero y te extendió su mano para ayudarte abajar como todo un caballero. Ingresaron y el personal del lugar los guio hasta la terraza del lugar, Kallego había planificado todo tan minuciosamente que rozaba la perfección: había velas, luz de luna y una pequeña orquesta que tocaba música tranquila mientras cenaban.

- ¿Cómo la está pasando señorita ______?- pregunto mientras sostenía su copa de vino y le daba un sorbo.

- De maravilla. No sabía que usted podía llegar a ser tan romántico Kallego san...

Era cierto que estaba enamorado de _____, pero su orgullo le impedía reconocerlo, se sorprendió el día que los cito a los 3 y les conto lo del amor destinado, parecía cosa del destino, se juró a sí mismo no dejar pasar esta oportunidad de conquistar a esa demonio que tan loco lo traía. Además aún seguía en pie a apuesta que había hecho con Balam y Opera: quien lograra conquistar a ____ podía pedirle a los perdedores lo que sea... y estaba decidido a lograrlo!

- Ya ve que si.... Además me he propuesto demostrarle que soy su mejor partido.

- Sabe Kallego? Cuando lo conocí me pareció una persona sumamente antipática y severa,- El maestro comenzó a toser,- pero pude notar que en verdad es amable y se preocupa por los demás.... Eso me gusta de usted.- ante tal comentario el peli morado se sonrojo levemente.- Pero... me he estado preguntando: que es lo que a usted le gusta de mí?

- Esto... muchas cosas...- Kallego dudo por un momento, no sabía cómo expresar lo que sentía sin hundirse en el proceso.

- Ya veo...Si no sabe decírmelo es porque solo soy un premio para usted, ¿verdad?- Kallego abrió enorme mente los ojos,- No crea que me paso desapercibida la competencia que tiene constantemente con Opera san Y Balam san... yo solo soy un motivo más para demostrar su superioridad ante los demás, ¿no es así? yo no quiero eso Kallego san, séame sincero, ¿qué siente por mí?

Fue entonces que el frio demonio supo que, si no dejaba de lado su orgullo, la perdería. Entonces extendió su mano hasta tocar la de ______, y sujetándola entre sus largos y finos dedos comenzó a decir.

- Normalmente los demonios son egoístas, solo buscan su propia satisfacción y no les importa incomodar a los demás con sus peticiones egoístas, ese tipo de demonios me molestan mucho, nunca he sido capaz de encontrar alguien que merezca totalmente mi respeto... pero usted, usted es una demonio amable, que se preocupa por los demás y siempre tiene una sonrisa para ofrecer, incluso a un amargado demonio como yo... - Kallego se puso de pie y acercándose hasta el asiento de la joven ____ se arrodillo ante ella y dijo,- Por eso... no me importaría servirla el resto de mi vida si usted lo quiere.

- Ka...Kallego san...

Aunque renegaba de ella su parte de súcubo no podía evitar sentirse feliz al ver a un hombre literalmente a sus pies. Extendió su mano y alzando el fino rostro del profesor lo acerco hasta casi rosar sus labios con los suyos.

- ¿Me obedecerá en todo lo que le pida Kallego san?

- C... claro que si...- Entonces la enfermera sonrió seductoramente.

- Béseme entonces.

Y el fino hilo que sostenía la cordura de Kallego se cortó, ya no le importaba demostrar su poderío y dominancia, solo quería ser utilizado por aquella demonio tanto como ella quisiese, el demonio de flequillo rizado apresuro sus labios a los de ella y la beso con vehemencia, como si no hubiese un mañana, la joven sintió la pasión emanar de ese demonio y supo que no mentía con sus palabras.

Si elegía a Kallego tendría una pareja que la tendría en un pedestal constantemente, la trataría como una reina y la tendría de prioridad ente todo... ese era Naverius Kallego.

 ese era Naverius Kallego

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¿Elegirás a Kallego?

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